Se desacelera la inflación en Venezuela: ¿qué factores hay detrás y qué esperar en año electoral?
La variación de precios alcanzó su nivel más bajo desde 2014, a un 59,2% interanual en mayo pasado.
Hace poco más de una década, específicamente en febrero de 2014, Venezuela vio niveles de inflación por debajo del 59% interanual. Esa fue la última vez, porque en marzo el dato se ubicó en 59,3% y no fue sino hasta mayo de este año que logró volver a bajar.
En el quinto mes de 2024 descendió a 59,2%, muy por debajo del 430% anotado en igual periodo de 2023, según cifras del Banco Central del país (BCV).
En DFSUD consultamos a analistas respecto de esta situación, cómo impacta al bolsillo del ciudadano y si su desaceleración se debe a que pronto se desarrollará una nueva elección presidencial.
Al respecto, tanto el economista de Datanálisis, Luis Vicente León, como el analista financiero y director-fundador de Albusdata, Henkel García, coincidieron en que las cifras son reales y no están manipuladas.
“Se ha desacelerado de manera importante. Uno pudiese poner en duda la cifra, pero cuando comparamos con otras como las del Observatorio Venezolano de Finanzas -que tiene la misma tendencia-, nos lleva a pensar que no está manipulada”, dijo García.
En esa línea, León explicó que efectivamente el indicador “se ha desacelerado desde el año pasado, luego de muchos años de hiperinflación”.
¿Por qué su desaceleración?
Para este último experto, “hay múltiples” razones que han llevado a la desaceleración del índice, pero en especial destacó la estrategia de “anclaje cambiario” del Ejecutivo, que “ha impedido el desplazamiento de la moneda por un periodo relativamente largo y desestimula el crecimiento de los precios negros”.
Para García, “esta desaceleración viene en un ambiente totalmente distinto al que tuvimos hace años, por la dolarización o el uso del dólar de manera extendida”.
En el último tiempo, explicó, “el Gobierno ha sido bastante conservador en el gasto público y, con la medida del encaje legal, el crédito en el país es muy limitado”.
En resumen, son esas las acciones que permiten que la economía se mantenga desinflada: “un gasto público muy restringido y sin crédito disponible”, lo que impacta en la economía real.
Eso sí, León advirtió que esas medidas traen consigo “otras distorsiones importantes, como crear una fuerte sobrevaluación de la moneda, lo cual encarece los costos internos en moneda extranjera”.
A pesar de esto, consideró que “2023 y 2024 han sido periodos con estímulos importantes de la demanda, lo cual ha provocado una estabilización del valor real de la moneda y es lo que en efecto estamos viendo hoy”.
Impacto en los bolsillos venezolanos
Para los analistas, el principal impacto de esta desaceleración lo reciben aquellos venezolanos que tengan sus sueldos anclados al bolívar, ya que para el resto es mínimo porque se basan en las fluctuaciones del dólar. “Quienes sufren son los que tienen tienen los salarios atados a bolívares y que no tengan como referencia el dólar, como los pensionados”, apuntó García.
A raíz de esto no se puede celebrar, ya que según añadió León, “sigue siendo una de las más altas del mundo” y a pesar de que “el golpe en las billeteras ya había ocurrido de manera brutal en los últimos años… (el descenso) llega cuando ya el ingreso real de la población está en mínimos históricos”.
Aunque desde esta base ya no existiría otra alternativa para el ingreso de los venezolanos que solo subir, este “lo hace desde niveles tan bajos que no resuelve el problema de incapacidad de compra. Es el segundo ingreso familiar más bajo de la región. Con costos que son parejos con los países más caros. No es una solución al problema es solo una tendencia a mencionar”.
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Influencia del año electoral
Ahora, hacia adelante, la proyección de baja inflación no es tan certera.
El próximo 28 de julio Venezuela vivirá una nueva jornada electoral, por lo cual se podría pensar que el dato impacte en los resultados y, al mismo tiempo, que la previa del proceso vuelva a disparar las cifras.
“Estamos en año electoral y no es fácil evitar el incremento de gasto público. Lo poco que ha remontado se ha traducido en presiones sobre el mercado paralelo, que el Gobierno ha tratado de evitar esterilizando dinero y manteniendo un diferencial de 10% entre oficial y paralelo. Pero no sabemos hasta cuando resiste, porque la moneda está siendo devaluada y cada vez necesita más recursos para evitar” que esto se mantenga.
Asimismo, insistió que el mercado no ha experimentado el crecimiento esperado para un año electoral, sin embargo, advirtió que “puede terminar con un crecimiento moderado de 3-4%, pero no creo que podamos relacionar la baja inflación con crecimiento sino al revés, ya que las limitaciones al crecimiento han impedido que los precios sigan aumentando desbordadamente como en el pasado”.
Del mismo modo, García comentó que “uno hubiese esperado que en un año electoral esa disciplina fiscal se hubiese perdido y hubiésemos visto una aceleración de la inflación producto del gasto público no financiado por la vía de recaudación o de ingresos petroleros sino por la emisión monetaria del BCV -como ocurrió en el pasado y que nos dejó en hiperinflación-, pero este no es el caso”.
Para el experto, el panorama latente es que “no veremos cambios significativos” en cuanto a las medidas que podría tomar el Ejecutivo.
¿Cómo llevar la inflación a un dígito interanual?
A pesar de este alentador panorama para los venezolanos, García fue claro al señalar que “bajar la hiperinflación es relativamente sencillo…Es más difícil disminuir la inflación que tenemos hoy hacia un dígito interanual, porque necesita mucha disciplina fiscal y son medidas que por el momento no estamos viendo”.
Respecto de este punto, comentó que las medidas que debe tomar el Gobierno “tienen que ser mucho más restrictivas en la parte fiscal de gasto público, mucho más de lo que están siendo hasta ahora”. A esto sumó que la actual administración debe generar “un aumento importante en la oferta de bienes y servicios; es decir en la producción de Venezuela, ya que eso podría ayudar a bajar la inflación a un solo dígito”.
Sin embargo, “no estamos viendo ninguna de las dos”, por ende para el resto del año -de continuar así- “veremos una inflación que disminuya un poco más o que se mantenga, porque por ahora no estamos viendo medidas (más duras) que cambien esa dinámica”.
Finalmente, García detalló que desde el exterior se está viendo la desaceleración de la economía venezolana, “pero aún sigue muy estancada, con mucho descontento hacia lo interno y con un poder de compra de salario todavía disminuido”. “Se ve un país con una crisis política tremenda, que no ha logrado superar su crisis humanitaria y una economía que si bien está algo más estable, todavía está en precarias condiciones”, concluyó.
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