Crisis en Bolivia: falta de dólares impacta la economía y el Gobierno “raspa las reservas" para sobrevivir hasta las elecciones de 2025
Los ciudadanos han optado por refugiarse en la moneda de sus vecinos, pero esto generará una presión inflacionaria que terminará golpeando los bolsillos de los peruanos.
A fines de septiembre, la estatal boliviana YPFB dejó de exportar gas a Argentina, lo que dejó al mercado altiplánico en jaque, con prácticamente cero acceso a los dólares y con sus ciudadanos refugiándose en la divisa vecina: el sol peruano.
En 2023, Bolivia captó US$ 875 millones por la venta de gas a Argentina que, junto a Brasil, fueron los principales destinos del mercado liderado por Luis Arce.
Sin embargo, desde inicios de ese año ya se veían los primeros indicios de la crisis económica que empezaría a vivir el país. En ese momento, la incertidumbre que existía respecto de una devaluación generó una alta demanda de dólares que terminó disminuyendo la reserva en moneda extranjera.
Esta vez la situación es similar, aunque más profunda, según reveló el profesor asociado de Economía y director del Centro de Estudio de Economía y Libertad de Mercer University, Antonio Saravia, en entrevista con DFSUD.
“Hemos llegado a un punto de crisis que nos va a llevar a un descalabro si no se cambian las cosas inmediatamente en los próximos tres meses”, enfatizó.
Según Saravia, si al inicio de 2025 no se soluciona esta situación, “entraremos a un descalabro parecido al de Venezuela”, ya que en el mercado boliviano no hay dólares y las reservas internacionales han caído 50% desde 2014, a solo US$ 153 millones.
Para el analista boliviano Francesco Zaratti, el alto déficit “ha llevado a una devaluación práctica -no oficial- del 50% de la moneda boliviana, que incide en el comercio exterior, formal e informal”.
Ello también ha derivado en la proliferación del mercado paralelo y de una especie de “corralito”, con “gente que no puede sacar bolivianos del banco porque ese dinero tampoco existe”.
Refugio en el sol
En 2023 el impacto era, de momento, interno, pero esta vez el refugio y las decisiones que están tomando los bolivianos para sobrevivir están llegando a los países vecinos.
Los ciudadanos están copando la frontera para vender sus productos, con el objetivo de conseguir soles y dólares; ello ha generado un “contrabando a la inversa”.
Para controlar esto, Arce ordenó militarizar la frontera y detener “lo que en todo el mundo se llama exportación”.
Así, la búsqueda de un refugio en soles para adquirir dólares a un mejor precio “va a generar una presión por los soles. El boliviano está desesperado por encontrar monedas estables porque la suya no lo es, y como no hay dólares en el país, la oleada de compra de soles generará una apreciación” de la moneda peruana.
Con ello, se impulsarán los precios de los productos peruanos, con efecto no solo en el bolsillo de los ciudadanos de ese país, sino en territorios, como Chile, que importan productos de Perú.
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Medidas de corto plazo
La cantidad de reservas en dólares que maneja el mercado altiplánico “solo alcanza para un par de semanas de importaciones y si no hay dólares no podemos importar combustibles. Entonces, no habrá diésel, sin eso no hay producción y, por ende, no hay comida ni empleo, ni medicamentos, lamentó el académico de Mercer University, quien también es presidente del Partido Liberal.
Según apuntó Saravia, Bolivia ha llegado a “una situación desesperante” y el Gobierno de Arce solo ha buscado soluciones de corto plazo, como el hacer uso de los ahorros pensionales.
Para enfrentar la falta de dólares y la depreciación del boliviano, se debe “reducir la oferta monetaria” de la divisa local, porque así se “pone menos presión al mercado del dólar y como consecuencia éste baja en valor”.
Mientras esto no pasa, dijo el experto, el temor es que “los bancos quiebren y se ocasione una corrida bancaria; eso sería un caos de proporciones”.
En paralelo, el Ejecutivo ha “raspado la olla de las pensiones”, ya que los ahorros de los bolivianos están administrados por la Gestora de Pensiones -una entidad estatal- que le permite al Estado movilizar dinero "a través de algunos mecanismos financieros técnicos y cubrir los elevados gastos que han tenido al país con 11 años consecutivos de déficit”.
Con esto, aseguró Saravia, “lo único que está haciendo el Gobierno es tratar de sobrevivir hasta las elecciones de 2025”.
De manera externa, el Ejecutivo también está buscando financiarse a través de préstamos con el FMI u otro organismo, pero “son chicos, de US$ 100 o US$ 50 millones".
Sin embargo, estas medidas no reflejan un cambio real en la crisis financiera que vive el mercado altiplánico. “No hay ningún cambio estructural que vaya a solucionar el problema de fondo y no se ve que exista alguna solución de aquí a las elecciones y quizás más, todo lo contrario, lo que vamos a ver es que empeora todo".
Para Zaratti, las medidas son “ineficaces” y lo único que puede hacer es “regular el mercado fronterizo con una devaluación del boliviano".
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Otras medidas
La propuesta de Saravia parte desde el punto de terminar con el déficit fiscal del país que se ha generado por el subsidio a la gasolina, y por la gran cantidad de empleados y empresas públicas (más de 100).
“Lo que habría que hacer, racionalmente, es cerrarlas o privatizar las que se pueda, pero el Gobierno no lo hace porque es la forma que tiene de meter plata a la economía”, apuntó el académico.
Para Saravia, el puntapié para superar la crisis es “sincerar la economía y vivir nuestra realidad. Además, tenemos que ajustarnos el cinturón y dejar de imprimir bolivianos y eso es recesivo”.
A largo plazo, el académico de Mercer University explicó que hay que incrementar la oferta de dólares, pero “para incrementarla necesitas que las exportaciones crezcan y que la inversión extranjera llegue a Bolivia".
"Esto es complicado porque para que eso pase tienes que ofrecer seguridad jurídica respeto a los derechos de propiedad, eliminar regulaciones, especialmente en el mercado laboral y mover el mercado de combustibles al sector privado”, agregó.
El periódico británico especializado en información económica y financiera reconocido a nivel global
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