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Sube presión en torno a Castillo en Perú mientras paralización y toque de queda trae costos millonarios

La decisión de suspender algunas libertades individuales en Lima y Callao, abrieron un nuevo flanco para la administración de Pedro Castillo, quien la tarde de este martes adelantó el fin de la medida.

Por A. Pozo y D. Donoso / Foto Principal: Gestión I Publicado: Martes 5 de abril de 2022 I 16:28
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Calles vacías o, al menos, con mucho menos movimiento de tráfico que un día normal fue la tónica en la mañana de Lima, la capital de Perú, este martes 5 de abril.

Tras las violentas manifestaciones realizadas por transportistas, quienes iniciaron este lunes un paro de 48 horas en reclamo al alza de los combustibles, el gobierno de Pedro Castillo sorprendió al endurecer su postura y decretar un toque de queda en Lima y el Callao que se extendería por toda esta jornada. Sin embargo, durante su asistencia al Congreso, el mandatario terminó de forma anticipada con la medida.

Lejos de calmar los ánimos, las protestas continuaron en el país. Incluso, Geovani Diez, presidente de la Unión de Gremios de Transporte Multimodal, que citó la movilización, dijo que ésta se puede volver indefinida, si es que no hay solución a sus demandas.

33

cambios de ministros
ha heco Castillo.

La crisis se suma a la larga lista de problemas que ha tenido Castillo desde que asumió la presencia de su país, a mediados del año pasado. Ha hecho 33 cambios de ministros y ha enfrentado dos procesos de vacancia, el último la semana pasada, donde logró salir ileso.

La medida ha generado fuertes críticas de distintos sectores y parece no haber aplacado las manifestaciones. Según El Comercio, hasta la noche del lunes habían 36 vías en el país con tránsito interrumpido y durante el mediodía de este martes se mantenían 30 con esa condición y 81 con tránsito restringido (ver situación real en este link).

El presidente Castillo fue hasta el Congreso para explicar la situación. Foto: Congreso de Perú

Alonso Cárdenas, experto en políticas públicas de la Universidad Antonio Ruiz de Montoya, explica que la situación más grave se está dando en las ciudades de Junin, Ica y Cusco, donde, a diferencia de Lima, no se ha decretado toque de queda.

La reacción del gobierno -agrega- muestra improvisación, dado que a su juicio no hubo anticipación, aludiendo a que se veía venir que la guerra ruso-ucraniana iba a traer problemas en el alza de los combustibles, que fue lo que desató este problema. Cuando el gobierno anunció unas bajas en impuestos este fin de semana, ya era muy tarde.

Esto, porque se han ido sumando otros grupos -por ejemplo de agricultores o taxis informales- que han presionado con sus propias demandas, dado que ven un gobierno débil.

A juicio de Alonso Cárdenas, la decisión de impulsar un toque de queda demuestra improvisación por parte del gobierno.

El experto ve que los hechos se están precipitando en una forma similar a lo que le pasó al presidente Pedro Pablo Kuczynski, quien se vio obligado a renunciar tras perder todo su apoyo político. 

“Castillo está en esa misma dirección”, dice y agrega que hay una hemorragia que va a continuar en los próximos días.

Esta posibilidad también la ha visto la agencia internacional Moody’s, que en un informe dijo que es poco probable que el Presidente termine su mandato.

David Warthon, socio de Impuestos de EY Perú, explicó que a su juicio, la decisión de impulsar esta medida de fuerza -que tiene cuestionamientos de su constitucionalidad- “es un tema que agrava la situación que ya venía dándose en el interior del Perú. Todo esto agrava la situación general y sólo lleva a la incertidumbre, que es el principal enemigo de las inversiones”.

“Estamos viviendo tiempos complicados”, reconoce el experto en materia de impuestos, quien agrega que lo que está sucediendo es grave, porque “lo último que uno puede perder es la restricción de tus libertades”.

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Los efectos económicos directos de la crisis

Mientras el gobierno intenta aplacar la crisis -donde las próximas 48 horas son fundamentales para detener la escalada-, en Perú ya se comenzaron a sacar cuentas del efecto del paro y el toque de queda.

Javier Salinas, economista jefe LarrainVial Research, señaló que “a nivel macroeconómico, estos paros de transportistas que estamos observando pueden presionar aún más la inflación, debido a la afectación de estos en la cadena de suministros. Si bien este efecto tiende a revertirse rápidamente en la medida que las protestas retroceden y se restaura la cadena de transporte, la pregunta abierta al día de hoy es cuánto tiempo perdurará esta situación”.

Agrega que toda esta situación podría retroalimentar el descontento social, “lo que es una mezcla peligrosa para la continuidad del gobierno de Castillo. Todo ello podría generar repercusiones negativas en la confianza de los inversionistas en la medida que ello persista”.

Aunque dice que es pronto para anticipar efectos de mediano plazo, claramente se podría dañar la inversión y se podría tentar al gobierno a subir el gasto público para bajar la presión social.

"La pregunta abierta al día de hoy es cuánto tiempo perdurará esta situación”.

En lo inmediato, la Cámara de Comercio de Lima (CCL) cuestionó la medida y dijo que “por cada día de inmovilización, solo en Lima Metropolitana y el Callao, el Producto Interno Bruto (PIB) del país pierde alrededor de mil millones de soles”, equivalente a unos US$ 270 millones.

El problema es, además, que el 80% de la población local tiene trabajos informales, por lo que requieren salir de sus hogares, sumado a que 47% de los hogares no tiene refrigerador, lo que dificulta el almacenamiento de algunos alimentos.

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