Inversión privada a la baja y alza del riesgo: los coletazos económicos de la crisis política por la que atraviesa Perú
Mientras el Presidente Castillo acaba de nombrar este martes un nuevo gabinete, la crisis volvió a romper ciertas mejoras que se veían en la percepción de riesgo. De todos modos, el mercado ha internalizado que el mandatario no tiene el poder suficiente para hacer cambios radicales.
Pese a que este martes la Bolsa de Valores de Lima tuvo el mejor desempeño respecto a sus pares de la región y que Perú se apronta a informar un importante crecimiento del PIB para 2021 –que los analistas apuntan a poco más de 13%-, el riesgo político está volviendo a subir y se ven nubes en el camino.
La crisis que está enfrentando el presidente Pedro Castillo –que lo llevó a presentar la noche de este martes su cuarto gabinete, con Aníbal Torres a la cabeza- ha vuelto a golpear los alicaídos indicadores de expectativas económicas y de inversión de Perú.
“La continua tensión política en estos primeros meses de gobierno ha tenido un impacto negativo sobre la confianza empresarial y la inversión privada”, explica Luis Ramos, Strategy Peru & Colombia LarrainVial Research.
Explica que “la confianza empresarial se ha mantenido en terreno negativo en los últimos 10 meses, lo cual tendría impactos negativos en la dinámica de crecimiento de este indicador en el 2022. En efecto, en medio de las altas tensiones políticas, tanto nosotros como el consenso de analistas hemos revisado a la baja nuestras perspectivas para la inversión privada este 2022, lo cual ha traído consigo revisiones a la baja en nuestras proyecciones del PIB para este año”.
El exministro Alfredo Thorne, de Thorne & Associates, explica que esta nueva crisis política que se está viendo podría implicar un alza del riesgo político para los próximos meses, luego de que se había mostrado una tendencia decreciente en las últimas semanas.
Aunque con el nuevo gabinete se busca superar la crisis, Castillo –dice Thorne- ha quedado más expuesto frente a una vacancia presidencial debido a su bajo capital político y pérdida de apoyo acelerado.
Carlos Penny-Bidegaray, presidente de Pennynvest, firma que se dedica a la asesoría en inversiones en Perú, tiene una visión crítica de lo que está pasando. “A Perú, este gobierno de seis meses le ha costado más de US$ 15.000 millones en fuga de capitales. Ni en el primer gobierno de Alan García hubo una fuga de esta magnitud. Si no tuviéramos a un presidente del Banco Central de la Reserva como Julio Velarde, no sé cómo estaría nuestra moneda o nuestra inflación”, dice.
Inversiones a la baja
Se estima que la inversión privada se expandió 33% en Perú durante 2021, sin embargo todo indica que este año habrá una contracción, dependiendo cómo se comporte el sector vivienda y la minería, que fueron los que sostuvieron el desempeño el año pasado.
Thorne explica que gran parte del resultado del año pasado se debió a que la construcción habitacional tenía un stock acumulado producto de retrasos por la pandemia y baja tasa de comparación, pero que la gestión de Castillo en la economía ya se está dejando sentir.
Explica que mientras el PIB creció 13,5% el tercer trimestre, todo apunta a que el cuarto período de 2021 vendrá con una contracción que en su consultora estiman de -0,3%. “Ha habido una fuerte desaceleración de la economía desde que Castillo entró al gobierno”, dice.
Penny-Bidegaray agrega que “entre los efectos que vemos de la gestión de Castillo, está el pésimo manejo económico, que ha provocado –sumado a la pandemia- la expansión de la informalidad laboral. Además hay muchos proyectos mineros que están stand by, por las señales que ha entregado, como lo que pasó con la minera Hochschild, donde la exprimera ministra anunció que no extendería unos permisos y que en un día le hizo perder US$ 500 millones en valor bursátil en Londres”.
Peter Anders, presidente de la Cámara de Comercio de Lima coincide en que el clima político está alejando la inversión, donde hay proyectos detenidos y que son necesarios para poder sostener los 100 mil puestos de nuevos trabajos que anualmente se requieren para soportar el crecimiento de la fuerza de trabajo.
“El clima de inversión en Perú no es muy alentador y se estima que este año el indicador va a ser negativo, con una caída de hasta 9% respecto de 2021”, dice Anders.
Se suma a esto, las indefiniciones del gobierno para negociar cambios en contratos que gatillarían importantes inversiones públicas, como mejoras en aeropuertos, puertos y en la implementación de iniciativas hídricas que permitirían el desarrollo de la agroindustria y la generación de miles de empleos.
Anders recalca que “es el clíma político el que está ahuyentando la inversión, donde los capitales se están moviendo a otros países. El aparato del Estado no está funcionando, hay grandes proyectos de irrigaciones, aeropuertos, terminales portuarios que necesitan renegociar contratos, pero estamos parados porque los ministerios no funcionan”.
Esto se ha visto en las cifras. Según un reporte del 3 de febrero del Banco Central de la República de Perú, la expectativa de inversión de las empresas para los próximos tres meses están en niveles que se asocian con una contracción. En 12 meses son un poco mejores.
Por sector, los más golpeados en sus expectativas son construcción, minería e hidrocarburos, servicios.
“Cuando haces inversiones, se necesita planificar el mediano y largo plazo, pero en las actuales circunstancias no se puede planificar. No se sabe qué es lo que se va a hacer este gobierno en el país en materia económica y jurídica. Es decir, si es que se va a respetar la actual Constitución. No sabemos qué tipo de incentivos y definiciones se anunciarán en materia de la urgente falta de infraestructura, etc.”, agrega Penny-Bidegaray.
El ascenso de la Bolsa
Pese a este complejo panorama, el principal indicador bursátil de ese país ha mostrado una trayectoria alcista desde la llegada de Castillo a la presidencia, explica Ramos de LarrainVial Research.
A su juicio, pese al temor inicial por el discurso disruptivo de Castillo, los inversionistas se han enfocado en los “fundamentos del juego político”. Esto, porque el gobierno no tiene favor el respaldo en el Congreso, ni en la población (bajó a 33% en solo seis meses).
“El mercado ha aprendido a convivir con los constantes vaivenes políticos entendiendo que los espacios de radicalización de este gobierno son acotados. Muestra de ello es la reciente crisis política, la cual no ha tenido impacto significativo en la performance bursátil”, recalca.
Otros expertos agregan que la bolsa local tiene un portafolio acotado, donde influyen el desempeño de acciones mineras, que han estado impulsadas por los precios de los minerales.
De todos modos, dado que el riesgo de tener un proceso constitucional se han acotado, Ramos explica que a su juicio los temas a monitorear son algunas medidas populistas que pudieran surgir de cara preservar el capital político del Presidente, los que podrían llevar a cambios micro-regulatorios en sectores financieros, pensiones y/o consumo.
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