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Selina, de Instagram a la quiebra: cuando el sueño millennial no paga las cuentas

El sueño israelí que creó la cadena de hoteles Selina en Panamá en 2015 y saltó a la fama con viajeros millennials y de la generación Z se convirtió en una pesadilla. Las deudas ahogaron a la empresa, en las que el grupo peruano Wiese tomó participación.

Por Gestión, Perú / Foto: Gestión I Publicado: Miércoles 27 de agosto de 2025 I 10:34
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En la playa Venao de Pedasí, un pueblo pesquero de Panamá, el sueño de dos promotores inmobiliarios israelíes se hacía realidad: fundar Selina, una cadena hotelera para millennials y generación Z que llegó a tener una fuerte operación en Perú.

Con un alto nivel de popularidad en redes sociales como Instagram, todo apuntaba a que estaba por convertirse en una empresa exitosa. Sin embargo, sus estados financieros contaban otra historia.

La cadena nació con la premisa de satisfacer las necesidades de viaje de un perfil bien definido: el nómada digital, un público principalmente joven que busca y puede cumplir con sus rutinas (laborales o de otra índole) de forma virtual o remota, conociendo el mundo y a personas de diferentes culturas. Entonces, apostó por establecimientos que combinaban habitaciones compartidas con espacios individuales y para eventos sociales altamente lúdicos y, tal vez, lo más importante, zonas de coworking.

José Ruidiaz, docente de Pacífico Business School, también reconoce que la cadena no "inventó" nada nuevo, pero tuvo el importante mérito de integrar diferentes conceptos como el coworking, coliving y espacios creativos con una alta propuesta estética, mediática y con valores de sostenibilidad que sedujeron a un público en crecimiento.
"Le dieron en el clavo. Apuntaban a un segmento que ya comenzaba a tener suficiente ingreso económico como para poder viajar y costear su vida. Habían dejado de ser niños, ya eran jóvenes, comenzaron a trabajar", anotó.

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En 2021, Selina anunció con entusiasmo que ingresaría a la Bolsa de Nueva York tras fusionarse con BOA Acquisition Corp., con la expectativa de recaudar US$ 350 millones para financiar su expansión. El debut bursátil se concretó en octubre de 2022 con una valorización de US$ 1.200 millones. Sin embargo, el entusiasmo duró poco: hacia agosto de 2023 su valor había caído a cerca de US$ 50 millones, golpeada por la inflación global, el alza de tasas de interés y una volatilidad que apagó el atractivo de sus acciones.

"Selina comenzó a jugar en las grandes ligas, pero estas siempre demandan rentabilidad y flujo para cubrir deudas en el corto plazo. Con lo que generaban, no pudieron sostenerlo", señala el especialista en turismo y hotelería, Ruidiaz.

En julio de 2024, la cadena admitió que no tenía cómo evitar la insolvencia. No había cumplido con un préstamo de US$ 50 millones de BID Invest ni con intereses pendientes, lo que abría la posibilidad de perder activos en la región. Poco después, Selina empezó a explorar opciones de venta y en agosto anunció la transferencia de la mayor parte de su operación al grupo singapurense Collective Hospitality, que reconfiguró la marca bajo el nombre Socialtel.

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