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Debate laboral en México: ¿Hasta dónde podrá llegar la defensa de los derechos del trabajador?

Legisladores del partido gobernante de izquierda Morena quieren limitar la jornada laboral a 40 horas semanales.

Por Financial Times, editado por María Gabriela Arteaga / Foto: Reuters I Publicado: Jueves 16 de noviembre de 2023 I 11:33
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Por Christine Murray

En el centro histórico de Ciudad de México hay una calle llamada Artículo 123, en honor a una venerada cláusula de la Constitución que consagró los derechos de los trabajadores hace un siglo. Un pilar central del texto, que fue escrito durante una sangrienta revolución, era la jornada laboral de ocho horas, con un día de descanso, y un máximo de 48 horas semanales.

Los legisladores del partido gobernante de izquierda Morena quieren ahora reducir el límite a 40 horas, tras los cambios introducidos recientemente en Chile y Colombia a niveles similares.

Los mexicanos se encuentran entre quienes trabajan las jornadas más largas de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). Cerca de 15 millones de personas trabajan más de 48 horas a la semana, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). No es raro que los oficinistas se queden tarde y en las fábricas la mayoría trabajan largas jornadas o trabajan los sábados.

"Los mexicanos trabajamos mucho", dice Juan Contreras, un encargado de estacionamiento de 48 años que trabaja 60 horas a la semana. "Es nuestra cultura, de nuestros padres, nuestros abuelos que trabajaban en el campo; largas jornadas con muy poca paga".

Sin embargo, el sector privado se opone a la reducción propuesta, y advierte que se traduciría en un drástico aumento de los costos, agravaría la creciente escasez de mano de obra y aumentaría la proporción de trabajadores en el sector informal.

El debate se produce tras varios años de notables mejoras para los trabajadores formales bajo la presidencia del izquierdista Andrés Manuel López Obrador, algo que reconocen incluso muchos de sus críticos. El salario mínimo —fijado por una comisión descentralizada— se ha duplicado con creces, y se ha reprimido una añeja práctica de subcontratar trabajadores para evitar el pago de prestaciones. Los contratos sindicales, que a menudo protegían a las compañías más que a los trabajadores, deben someterse ahora a votación democrática.

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Al mismo tiempo, el desempleo es inferior al 3% y el salario promedio diario en el sector formal ha aumentado casi un 20% en términos reales en los últimos cinco años. Pero los líderes empresariales dicen que la propuesta de recortar la jornada laboral regular significaría que las compañías tendrían que encontrar cobertura para 105 millones de horas extra a la semana, probablemente con 2,6 millones de trabajadores, a un costo de 360 mil millones de pesos mexicanos (US$ 20.400 millones).

"El gran impacto de las iniciativas para reducir la semana laboral en todos los sectores no generaría una mayor productividad, ni más tiempo libre para los trabajadores. Aumentaría los costos laborales", dijo Lorenzo Roel Hernández, presidente de la Comisión Laboral del Consejo Coordinador Empresarial (CCE) de México, estimando que los costos laborales aumentarían entre un 25% y un 40% para las distintas compañías.

Los inversionistas se muestran cada vez más positivos con respecto a México como un lugar donde se pueden fortalecer las cadenas de suministro puestas a prueba por la guerra comercial entre EEUU y China y las tensiones geopolíticas más amplias. Más que los costos, es preocupante la escasez de mano de obra en algunas partes del país. La propuesta sobre la mesa es una semana laboral de cinco días, con una jornada máxima de ocho horas con efecto inmediato. Requiere un cambio constitucional, lo que significa que Morena necesita algunos votos de la oposición para alcanzar la mayoría de dos tercios necesaria.

"No estamos en contra de reducir la semana laboral, pero es necesario que la reducción se aplique gradualmente", dijo Pedro Casas Alatriste, director de la American Chamber of Commerce of Mexico.

Los esfuerzos actuales en favor de la reforma laboral se han enfocado en la economía formal. Pero más de la mitad de los trabajadores de México pertenecen al sector informal, lo que significa que son más vulnerables a condiciones abusivas y que sus empleadores probablemente sigan siendo más pequeños y menos productivos que sus competidores formales.

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"Es muy contradictorio: a los que están en la parte inferior de la distribución salarial no los ayuda esto, y potencialmente los perjudica porque incluso les dificultará más conseguir un trabajo formal", dijo Santiago Levy, investigador principal de la Institución Brookings de Washington.

En casi dos décadas, desde 2005, la proporción de trabajadores informales apenas se ha reducido del 59% al 55%, según el INEGI. Pocos políticos se han mostrado dispuestos a tomar medidas difíciles para reducirla aún más, como construir un sistema de atención sanitaria unificado o emprender una ambiciosa reforma fiscal.

López Obrador no ha hecho ninguna declaración pública sobre la propuesta de limitar las horas, y las discusiones para limitar las horas podrían extenderse hasta el próximo año, cuando México celebre elecciones.

"Tenemos la intención de aprobarla este año, pero siendo realistas, es un poco difícil", dijo Napoleón Gómez, senador de Morena y líder del sindicato minero. "Las discusiones probablemente van a ser largas y acaloradas".

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