El sello que Perú planea imprimir al mando de la Alianza del Pacífico

A partir de agosto y hasta el primer trimestre del año próximo, Perú ostentará la presidencia pro tempore de la Alianza del Pacífico, organización multilateral integrada también por Colombia, Chile y México, siendo esta última economía, la protagonista de polémicos episodios que han tensionado las relaciones al interior de la instancia.

A inicios de este año, el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) -quien entonces presidía el organismo- se negó a traspasar el mandato a Perú, argumentando que la llegada de Dina Boluarte al poder carecía de legitimidad por haberse producido de forma brusca tras la salida del izquierdista Pedro Castillo.

Para aliviar las tensiones, Chile entró a la ecuación. Asumió por un mes el liderazgo y finalmente lo traspasó a la nación vecina este martes, en una cita en la que participó la viceministra de Turismo de Perú, Madeleine Burns, junto a la canciller Ana Cecilia Gervasi.

En conversación con DFSUD durante su visita a Santiago, la alta funcionaria de Turismo abordó la polémica con México y compartió los principales ejes que prevén marque la gestión del país a la cabeza de la alianza.

“Estamos muy contentos de asumir este desafío”, señaló la funcionaria quien también recordó que el bloque nació en 2011 como iniciativa precisamente de Perú con miras a que, de manera conjunta, los países pudieran establecer sinergias comerciales y así destrabar el potencial exportador y económico. 

Burns aseguró que ese precepto de base sigue imperando al interior de la organización, pese a los desacuerdos recientes. “Gracias al sector empresarial y a las PYME, este espacio ha seguido funcionando como también lo ha seguido haciendo su parte técnica. Así que el balance es positivo a pesar de los temas políticos”, dijo. 

Al ser consultada sobre qué pesa más en la dinámica interna, si los vínculos políticos o los económicos, la ejecutiva optó tajantemente por esta última opción. “Los vínculos económicos y las relaciones empresariales que existen son mucho más fuertes que las ideologías. Efectivamente, Latinoamérica ha sufrido muchos vaivenes políticos en el último tiempo, pero en el caso de Perú o Chile, han prevalecido los principios y posiblemente algo de eso pase con las elecciones en México”, apuntó. 

El sello de Perú y los desafíos pendientes

Burns se define como una optimista por naturaleza, por lo que dijo ver espacios para profundizar en las relaciones comerciales dentro y fuera de la instancia. 

“Yo sí creo que es probable, pero porque tenemos un sector empresarial muy sólido y eso pesa más que lo político. Al final ellos marcan la pauta, nosotros somos solo servidores públicos”, indicó. 

Entre los desafíos destacó el avance en la estandarización de procesos para ganar eficiencia, profundizar en la interconexión eléctrica y vial entre países, y hacerse cargo de las barreras arancelarias. “Hay que retirarlas”, exclamó sobre esto último. 

Ese es precisamente el sello que busca dejar Perú al mando de la alianza, junto con hacerla crecer aún más a través de la incorporación de nuevos miembros como, por ejemplo, Costa Rica, que hace un tiempo atrás estaba preparando su ingreso al bloque, pero decidió ponerlo en pausa precisamente por los conflictos políticos que azotaron a Perú a finales del año pasado. 

“La promoción del turismo interno e interregional y la profundización de desarrollo comercial conjunto” también son parte de los ejes que quieren profundizar.

Y es que el Pacífico es de vital importancia, dijo, sobre todo en el caso de Perú que pronto va a tener el megapuerto en Chancay, que se suma a otros importantes puntos de conexión entre los países miembros y hacia afuera.

En ello, será clave también la integración de Singapur como el primer asociado del grupo.

“La idea es aprovechar la oportunidad de conectar de mejor forma con Asia a través de las diferentes rutas exportadoras donde participan pequeñas y medianas empresas”, remarcó. 

Esto último adquiere especial relevancia si se considera que sobre el 90% de las empresas de estas economías miembros son PYME. En el caso de Perú, el 55% de las que exportan a los países de la Alianza, son de menor tamaño. 

“Este debe ser uno de los focos: ayudar a esas empresas a crecer para que esto genere impacto en las economías y en las personas”, remató.