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La difícil situación económica de Venezuela la aumenta presión sobre un acorralado Nicolás Maduro

La moneda se ha depreciado más de un 400% frente al dólar estadounidense en el año hasta la fecha. El FMI prevé que la inflación alcance el 270% a finales de año, la más alta del mundo.

Por Financial Times, editado por María Gabriela Arteaga / Foto: Archivo I Publicado: Lunes 10 de noviembre de 2025 I 09:10
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Por Joe Daniels y Ana Rodríguez Brazón

Bogotá / Caracas

Venezuela enfrenta una masiva caída de su moneda y una inflación de tres dígitos, lo que aumenta la presión sobre el autoritario Presidente Nicolás Maduro, mientras buques de guerra estadounidenses hunden presuntas embarcaciones narcotraficantes frente a las costas del país.

La moneda se ha depreciado más de un 400% frente al dólar estadounidense en el año hasta la fecha. El Fondo Monetario Internacional (FMI) prevé que la inflación alcance el 270% a finales de año, la más alta del mundo. En 2024, el 86% de los venezolanos vivían en la pobreza, según informó el Observatorio Financiero Venezolano.

"Estamos viendo una enorme demanda de dólares que no se puede satisfacer", dijo José Guerra, profesor de economía de la Universidad Central de Venezuela. "Que estemos sufriendo una hiperinflación o no depende de cómo se define, pero sin duda lo parece".

Mientras el Presidente estadounidense, Donald Trump, juega públicamente con la idea de lanzar ataques terrestres, los ciudadanos de este país rico en petróleo se desesperan, con el recuerdo aún fresco del período de hiperinflación de seis dígitos que sacudió a Venezuela entre 2016 y 2019 y llevó a millones de personas a huir al extranjero.

Los trabajadores con salario mínimo ganan ahora unos US$ 0,60 al mes, después de que el bolívar venezolano cayó de 43 unidades por dólar hace un año a 228 a principios de este mes, según datos del banco central. Las pensiones estatales paganas una remuneración mensual de US$ 50, más US$ 0,60.

"¿Quién puede vivir así?", preguntó un jubilado en un mercado de Caracas.

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En un supermercado, un comprador utilizó una aplicación de crédito móvil para comprar alimentos, donde 30 huevos cuestan ahora US$ 6,40 y un kilo de queso, unos US$ 10. "Es agotador no tener suficiente dinero para pagar la comida de una sola vez", dijo.

Guerra dijo que el panorama sombrío representa una amenaza tan grande para Maduro como cualquier acción militar estadounidense: "Cuanto más profunda es la crisis, más gente clama por un cambio".

El Gobierno de izquierda controló la última crisis de hiperinflación relajando los controles de precios y permitiendo tácitamente el uso del dólar estadounidense para las transacciones cotidianas.

En el período anterior a las elecciones del año pasado, el banco central de Maduro apuntaló el bolívar gastando millas de millones de dólares de las reservas.

Maduro, exconductor de autobús y líder sindical capacitado en Cuba, afirmó haber ganado un tercer mandato en unas elecciones que los observadores internacionales consideran fraudulentas. Un recuento de la oposición, verificado por observadores independientes, mostró que su candidato, Edmundo González, había obtenido más del 80% de los votos.

Poco después, el banco central redujo sus intervenciones monetarias y Maduro encarceló a manifestantes antigubernamentales y figuras de la oposición. Desde entonces, ha tomado medidas drásticas contra quienes informan sobre la pésima situación económica: se ha arrestado a economistas independientes y quienes publican las tasas de cambio del mercado negro.

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El FMI prevé que la inflación anual superará el 680% el próximo año. El banco central ha dejado de publicar datos sobre la inflación. Los dólares escasean en las calles, y los venezolanos dependen de las criptomonedas para comprar productos y ahorrar dinero.

Las sanciones estadounidenses al petróleo venezolano han complicado aún más las perspectivas. Después de permitir inicialmente que expirara la licencia de Chevron para producir crudo venezolano, la administración Trump renovó su permiso en julio. El Departamento de Estado dijo que no se le permitiría a la enorme compañía petrolera estadounidense pagarle impuestos y regalías al régimen de Maduro.

Mientras tanto, al menos 69 personas han muerto en al menos 17 ataques llevados a cabo por EEUU en la mayor concentración naval de la región en tres décadas. El mes pasado, Trump amenazó con lanzar ataques terrestres, pero el fin de semana pasada dijo que "no se inclinaría a decir" que ese fuera su plan.

El jueves, los republicanos del Senado bloquearon por 51 votos contra 49 una medida que habría prohibido la intervención militar en Venezuela. El portaaviones más grande de Washington, el USS Gerald R. Ford, viene desde el Mediterráneo con 4.500 soldados para unirse a la flotilla.

Maduro cree que el despliegue tiene como objetivo derrocarlo. "La verdad es que Venezuela es inocente y todo lo que se está haciendo contra el país es para justificar una guerra, un cambio de régimen y robarnos la inmensa riqueza petrolera, que es la principal reserva, y la cuarta reserva de gas del mundo", dijo durante una reciente reunión televisada con funcionarios.

Sin embargo, una encuesta realizada a 1.324 venezolanos, tanto residentes en el país como en la diáspora, publicada este mes por la empresa local de sondeos Es Noticia, reveló que sólo el 20% culpaba a las sanciones estadounidenses de los problemas económicos del país, frente al 33% en septiembre.

"Si los gringos van a intervenir, que lo hagan ya", dijo un cliente en el supermercado. "Intentamos votar y nos metieron en la cárcel, y ahora estamos sobreviviendo a duras penas, así que ¿qué más podemos hacer?"

En la plaza central de Caracas, una partidaria del gobierno adoptó un tono desafiante. "Maduro es nuestro presidente y EEUU sólo quiere quedarse con nuestro petróleo", dijo Graciela Tortoler, organizadora comunitaria del Partido Socialista Unido de Venezuela. "No pasarán; nos defenderemos con nuestras vidas".

Un vocero del Gobierno venezolano no respondió a una solicitud de comentarios.

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