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El boom de los contratos NEC en Perú: ¿Qué hace que el país sea la incubadora de estos acuerdos para el desarrollo de infraestructura?

Desde 2019 el país ha estado impulsando este tipo de convenios para proyectos públicos como colegios y hospitales.

Por Déborah Donoso Moya / Foto: Archivo I Publicado: Viernes 28 de junio de 2024 I 12:30
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Los Juegos Panamericanos que se desarrollaron en Perú en 2019 fueron clave para la llegada de los contratos NEC como una alternativa para solucionar las compleja situación que vivía el país con los acuerdos tradicionales en materia de infraestructura, especialmente tras el escándalo de corrupción de la brasileña Odebrecht que dejó a muchas empresas fuera de los parámetros para ejecutar obras

Esta alternativa, que partió en el Reino Unido, hoy está con fuerza en el mercado andino, representando el 80% de la inversión pública y con la opción de expandirse por la región.

En DFSUD conversamos con expertos en este tipo de acuerdos y coincidieron que ofrecen más oportunidades positivas que negativas al país, además del impulso que genera a la inversión acumulando más de US$ 7.800 millones durante los últimos tres años.

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¿Qué son los contratos NEC?

Los contratos NEC (New Engineering Contract) son modelos de acuerdo entre dos partes, desarrollados por la Institución de Ingenieros Civiles del Reino Unido hace más de tres décadas, cuyos pilares se basan en la claridad, simplicidad, flexibilidad y el estímulo de buenas técnicas de gestión de proyectos.

Para Augusto Gutiérrez, country manager de Gleeds en Perú, este tipo de compromiso nace con ADN británico, por ende “no es tan fácil entenderlo en Latinoamérica”.

Sus impulsores los crearon con la idea de mejorar los acuerdos tradicionales de construcción. 

Bajando la figura a la región, Álvaro Beckdorf, gerente general de Grupo Flesan Perú, contó a DFSUD que “desde los Panamericanos de Lima 2019 se toma la decisión de que la administración de la construcción de los centros sea con un convenio de Gobierno a Gobierno con la administración británica”, con la que además se están haciendo colegios para el programa Escuelas Bicentenario.

A la fecha, la nación andina tiene nuevos acuerdos bilaterales con Corea del Sur, por ejemplo, para levantar el aeropuerto de Chinchero y con el Ejecutivo francés, para la carretera central.

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¿Cómo ha sido la experiencia en Perú?

Según los expertos, este tipo de contratos tiene más puntos positivos que negativos para el mercado que los utiliza, aunque Gutiérrez fue claro al señalar que la rapidez con que se aplicó a raíz de la urgencia de su uso, no permitió que se entendiera a cabalidad lo que implicaba este tipo de convenio.

Para el experto, su aplicación fue “traumática”, pero al final se ha transformado en una incubadora.

Además, hoy el gran cliente en Perú es el sector público con sus grandes proyectos de infraestructura como drenajes de ciudades, colegios, fortalezas de ríos, hospitales, entre otros.

En Lima 2019, solo hubo US$ 500 millones en inversiones en dos años. Actualmente desde 2020 y hasta 2027, van a superar los US$ 8 mil millones en más o menos 45 contratos que se han firmado”, señaló Gutiérrez, quien agregó que este tipo de inversiones superan incluso la principal producción del país, la minera.

Por su parte, el gerente general de Flesan -una de las principales empresas que opera bajo esta modalidad en el país- comentó que solo en los últimos tres años se han alcanzado inversiones por unos US$ 7.800 millones.

El impulso va de la mano con las certezas que entregan estos convenios. Aun cuando sus costos pueden ser más elevados que con contratos tradicionales, en la industria apuntan a que hay ahorro en tiempo y eficacia.

El Estado peruano contaba con mucha desconfianza; nadie quería entregar fianza para desarrollar obras en conjunto, pero hoy día, con este marco teórico, sí hay confianza”, dijo Beckdorf.

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Pros y contras

Gutiérrez señaló que a este tipo de contratos es difícil encontrar algún factor que vaya en su contra; sin embargo, señaló que un punto es que requieren mucha gestión y otro, el idioma, ya que las reglas están en inglés.

Pero, dijio, “esto se solucionará a fines de este año en Perú, ya que lanzarán la versión en español, basada en la experiencia local”.

Por su parte, Beckdorf apuntó -como opinión personal- que este tipo de convenios “entrega bastante información estratégica a otro Gobierno". “Geopolíticamente es una decisión relevante porque hoy los ingleses saben donde están todos los colegios de Perú, sus defensas ribereñas y hospitales”, señaló.

En ello radicaría, por ejemplo, que hasta ahora no haya llegado al vecino país, Chile.

Ahora, analizando las cualidades positivas, los expertos apuntan a una larga lista. “La confianza en el convenio y certeza de culminación de las obras, mejora la disposición de inversionistas y financistas e inversionistas”, señalo Beckdorf.

En tanto, según Gutiérrez, se “maneja de una manera profesional, procedimental, completa y enteramente adecuada el riesgo y el cambio. Hay dos cosas que son inherentes en un compromiso y que por lo general el sector público peruano y yo diría que todo el latinoamericano no entiende, que es que el riesgo y el cambio son lo único permanente en un acuerdo de construcción. Y esas dos cosas el convenio las maneja con eventos compensables (el cambio) y con warnings o alertas tempranas (el riesgo)”. 

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Oportunidad en otros mercados

Actualmente, desde Chile se está mirando este tipo de contratos como una medida para reactivar el sector de la construcción, sobre todo cuando se trata de obras de alta complejidad, por su geografía y el impacto social y del entorno.

Al respecto, Gutiérrez indicó que en el país se está hablando de los NEC “y de los famosos pactos colaborativos -que es una palabra que me causa mucha preocupación porque la gente la utiliza de una manera desmedida y cree que colaborar significa, en el fondo, que si el otro hace lo que yo quiero, entonces colabora y eso es lo más alejado de la realidad-, pero no los han utilizado”.

Sin embargo, aún no se ha introducido el modelo porque “a Chile le gusta conocer cada detalle de este acuerdo y, a diferencia de los peruanos, no tiene esa presión de desarrollar obras de manera urgente porque el peruano lo hace porque ya es la última opción”.

“Chile no quiere usar el convenio estándar porque considera que puede hacer una versión mejor que esa”, señaló el experto de Gleeds.

Respecto de las empresas que operan en el país andino, Gutiérrez enfatizó que “muchas empresas españolas y chilenas han entrado a Perú con estos contratos con el gobierno y  por primera vez han trabajado para el sector público, pero ninguna de ellas trabajaría con el gobierno con la Ley Nacional, solo con convenio NEC en el marco de los acuerdos gobierno a gobierno y es ahí donde han encontrado un nicho”.

Ahora bien, Beckdorf advirtió que, considerando la compleja situación de la industria de la construcción e inmobiliaria en Chile, con empresas endeudadas y en reorganización financiera o derechamente en quiebra, podría ser una solución.

Estos contratos NEC también están presentes en países como Panamá y Costa Rica, que es donde están basadas algunas firmas británicas. En el mercado colombiano y chileno, tanto Flesan como Gleeds están buscando impulsar este tipo de convenio.

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