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Un mermado ejército venezolano se prepara para ataques estadounidenses

Las fuerzas del régimen no se enfocan en la defensa, sino en reprimir la disidencia, según analistas y figuras de la oposición.

Por Financial Times, editado por María Gabriela Arteaga / Foto: Archivo I Publicado: Jueves 30 de octubre de 2025 I 09:30
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Por Joe Daniels

Bogotá

Venezuela se está preparando para enfrentar un posible ataque de EEUU con un ejército que ha sufrido un cuarto de siglo de decadencia bajo su represivo gobierno socialista revolucionario, según los expertos.

Mientras una flotilla de buques de guerra estadounidenses hunde presuntas lanchas de narcotraficantes y el Presidente Donald Trump amenaza con ataques terrestres, el líder autoritario Nicolás Maduro ha empuñado un arco y flechas (celebrando el Día de los Pueblos Indígenas este mes) y ha organizado un desfile de tropas por Caracas.

Pero tras una ola de deserciones y décadas enfocado en las disputas internas en lugar de en la defensa nacional, su ejército no está preparado para un conflicto serio, según analistas, figuras de la oposición y exfuncionarios estadounidenses.

"Todo el sistema de inteligencia venezolano está enfocado en amenazas internas", dijo Julio Borges, veterano opositor exiliado en España. Estima que la preparación operativa total es de "entre el 30% y el 40% como máximo".

Aunque oficialmente forma parte de una operación antinarcóticos, el tamaño de la flotilla -que incluye lanchas de desembarco anfibias y tres destructores- ha llevado a muchos a sospechar que su verdadera misión es derrocar a Maduro. Trump exacerbó esos temores el jueves al decir que "ataque por tierra será lo siguiente", aunque no especificó qué países serían atacados.

Desde principios de septiembre, EEUU ha hundido al menos 14 embarcaciones presuntamente dedicadas al tráfico de drogas, causando la muerte de al menos 57 personas y suscitando inquietudes sobre la legalidad de estas acciones. La semana pasada, el USS Gerald R. Ford, el portaaviones más grande de Washington, fue enviado para unirse a la flotilla.

Washington ha designado a Maduro, capacitado en Cuba, como líder del Cartel de los Soles, presuntamente dirigido por miembros de la élite venezolana. Maduro se proclamó vencedor en las elecciones presidenciales del año pasado, en unas votaciones que EEUU y la oposición calificaron de fraudulentas.

La mayoría de los analistas coinciden en que, si el ejército de Washington decidiera intervenir en territorio venezolano, lo haría en uno de estos tres posibles escenarios.

El primero sería un ataque limitado con misiles o drones contra objetivos militares sospechosos de estar involucrados en el tráfico de drogas. El segundo sería una misión de secuestro para capturar a Maduro u otros funcionarios. El tercero, que se considera poco probable, sería una invasión a gran escala similar a la operación llevada a cabo en Panamá en 1989, que logró derrocar al dictador Manuel Antonio Noriega.

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El primer escenario requeriría degradar las defensas aéreas de Venezuela, que incluyen sistemas de misiles tierra-aire Pechora, Buk y S-300 de la era soviética. Maduro pareció contemplar esa posibilidad durante un discurso televisivo el miércoles, en el que dijo que se habían distribuido 5.000 misiles que pueden ser disparados con lanzadores rusos Igla montados al hombro.

Los lanzadores Igla serían "prácticamente irrelevantes" para detener los ataques selectivos estadounidenses, dijo Evan Ellis, exfuncionario del Departamento de Estado durante el primer mandato de Trump.

Son "armas de muy corto alcance que sólo supondrían una amenaza para objetivos como helicópteros que vuelan a baja altura y vehículos aéreos no tripulados", dijo Ellis, quien dijo que dudaba "mucho" que Maduro tuviera 5.000 misiles operativos para desplegar.

Un vocero del gobierno venezolano dijo que es "falso" que las fuerzas armadas se hayan deteriorado en los últimos años.

Una operación de secuestro rápido probablemente requeriría infiltrarse en la gran base militar de Fuerte Tiuna, en Caracas, donde se cree que Maduro y los altos funcionarios pasan la mayor parte de su tiempo.

Probablemente utilizaría el MV Ocean Trader, que forma parte de la flotilla y puede transportar fuerzas especiales. El barco puede desplegar helicópteros 'Night Bird' que han insertado tropas tras las líneas enemigas en Somalia y Pakistán, incluso en la operación para matar a Osama bin Laden. Trump también ha autorizado a la CIA a realizar operaciones encubiertas.

Para tener éxito, la misión tendría que neutralizar las unidades del comando central en Caracas, dijo Andrei Serbin Pont, analista militar y director del grupo de expertos Cries, con sede en Buenos Aires.

Enfrentarían una "alta concentración de fuerzas, municiones y estructuras de mando", dijo. "Fuera de Caracas, la capacidad de las fuerzas armadas para proyectar su poder es limitada en términos de despliegue, dotación de personal y apoyo logístico".

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Para complicar aún más cualquier intento contra Maduro está su falange de guardaespaldas cubanos, muchos de los cuales han sido sustituidos recientemente para garantizar su lealtad, según empresarios vinculados a su régimen.

Una invasión a gran escala pondría a prueba a todas las fuerzas armadas de Venezuela.

Aunque las fuerzas combinadas sobre el papel ascienden a 120.000 personas, los analistas dicen que las recientes deserciones de soldados mal pagados han reducido la cifra a unas 70.000. Muchos soldados ganan alrededor de US$ 30 al mes, y se cree que la moral es baja.

Los miembros del ejército y la policía describen un ambiente de paranoia. "Nos vigilan en línea y en los pasillos", dijo un agente de policía. Un general del ejército en activo dijo que los altos mandos cambian regularmente de ubicación "de acuerdo al protocolo".

El grupo de derechos humanos Foro Penal reporta que, de los 866 presos políticos que hay en Venezuela, 171 son militares.

El mes pasado, Maduro hizo alarde de su armamento enviando 12 buques de guerra, 22 aeronaves -entre ellas cazas Sukhoi Su-30 de fabricación rusa y F-16 de fabricación estadounidense- y 2.500 soldados a la isla de La Orchila para realizar maniobras.

Sin embargo, los pilotos entrenados para volar los F-16 tienen entre 50 y 60 años de edad, según Carlos Paparoni, una figura de la oposición radicada en EEUU. "También existe el problema del mantenimiento, ya que los sistemas de radar no funcionan", dijo.

La Dirección General de Contrainteligencia Militar (DGCIM), que funciona como una guardia pretoriana, es clave para la defensa.

"La DGCIM es crucial para cualquier resistencia prolongada. Es la verdadera fuerza ejecutora del régimen, con acceso a rifles, lanzadores, granadas, ametralladoras M2 y vehículos blindados ligeros", dijo José García, analista militar venezolano. "Podrían unirse a las milicias para llevar a cabo una guerra de guerrillas urbana, manteniendo el control de Maduro mediante la intimidación y el contraespionaje".

Aunque Maduro ha dicho que 4,5 millones de milicianos estarían disponibles para movilizarse, la participación en las campañas de reclutamiento ha sido irregular y algunos reclutas han dicho que no lucharían por Maduro. Figuras de la oposición, entre ellas Borges y Paparoni, estiman que las milicias pueden contar con unos 40.000 combatientes entrenados y armados.

Ellis, ahora profesor de Estudios Latinoamericanos en la Escuela de Guerra del Ejército de EEUU, especuló que muchos soldados podrían optar por abandonar sus puestos o vender su equipo.

Se preguntó: "Si eres un sargento venezolano al que le han asignado un lanzador Igla, y probablemente vives en malas condiciones o tienes a tu familia en el extranjero, y de repente aparece un grupo de helicópteros estadounidenses . . . ¿disparas, sabiendo que hay un 99% de posibilidades de que mueras de forma dolorosa en los siguientes 12 segundos defendiendo a un régimen en el que no crees?".

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