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Federico Sturzenegger al FT: "Cuanto peor sea la sociedad, más leyes habrá. En el infierno, sólo hay leyes"

El ministro de Desregulación de Argentina tiene como objetivo reformar todo el código legal del país.

Por Financial Times, traducido por María Gabriela Arteaga / Foto: Reuters I Publicado: Lunes 4 de noviembre de 2024 I 11:47
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Por Michael Stott y Ciara Nugent
Buenos Aires

Federico Sturzenegger tiene una gran ambición: convertir a Argentina de uno de los países más regulados del mundo en la economía más libre del planeta. El objetivo del ministro de desregulación: todo el código legal del país.

Designado por el Presidente Javier Milei tras la victoria electoral del líder libertario hace un año, Sturzenegger ha clasificado las aproximadamente 4.200 leyes de la nación sudamericana en tres categorías: desechar, cambiar o conservar.

“Cuanto peor sea la sociedad, más leyes habrá. En el infierno, sólo hay leyes”, dijo Sturzenegger, exdirector del banco central de Argentina, al Financial Times, citando al fallecido profesor de derecho estadounidense Grant Gilmore. “Vamos a desmontar todo eso”, añadió el ministro.

Milei tiene mucho trabajo por delante para cumplir su promesa electoral de “utilizar una motosierra para destrozar el Estado”. Argentina se encuentra en el puesto 145 del Índice de Libertad Económica del centro de estudios estadounidense Heritage Foundation, por debajo de Uganda y por encima de Pakistán.

El partido La Libertad Avanza de Milei también tiene sólo una pequeña minoría en ambas cámaras del Congreso, lo que obliga al gobierno a formar coaliciones ad hoc para aprobar leyes.

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Para evitarlo a corto plazo, en junio Milei convenció al Congreso de que le otorgara poderes de emergencia durante un año y aprobara una “ley ómnibus” de amplio alcance. El Presidente también emitió un decreto de emergencia de gran alcance que anulaba o modificaba más de 300 regulaciones en diciembre.

Estas medidas le abrieron el camino para cumplir su promesa de campaña de decretar cambios y reestructurar el gobierno sin necesidad de la aprobación legislativa cada vez. Espera ganar un bloque legislativo mucho más grande en las elecciones de mitad de mandato del próximo octubre.

“Esta delegación (de poder) fue extraordinariamente amplia”, dijo Sturzenegger al FT. “Se pueden cerrar entidades (gubernamentales), se puede reestructurar prácticamente cualquier parte de la administración pública”.

El resultado ha sido un audaz experimento de terapia de choque de libre mercado. Milei ha reducido el déficit presupuestario del país de alrededor del 5% del PIB a cero casi de la noche a la mañana mediante medidas como la suspensión de todo gasto de capital y el aumento de las pensiones y los salarios del gobierno a un nivel inferior a la tasa de inflación de Argentina, que alcanzó el 209% en el año hasta fines de septiembre, la cifra más reciente disponible.

Pero los economistas y los políticos de la oposición cuestionan cuán sostenibles son algunos de los recortes del mandatario.

JPMorgan advirtió en una nota de investigación reciente sobre “un margen más limitado para seguir ajustando los gastos” el próximo año. “Es probable que la caída de las pensiones reales y… los salarios no se repita el próximo año (electoral), con una inflación que tiende a la baja, mientras que el gasto de capital y las transferencias a las provincias ya están en mínimos históricos”, afirmó.

“No veo que estén dejando un Estado mejor”, dijo Martín Lousteau, una figura centrista del partido opositor Radical. Milei “tiene la idea de que Argentina puede reducir el gasto público en (otros) 13 puntos del PIB y eso liberará más fuerzas productivas. No creo que ese camino sea posible”.

Sturzenegger, economista formado en el MIT, dijo que el 15% de las leyes de Argentina debían ser eliminadas y otro 15% modificadas. El ministro también ha puesto su mira en una maraña de decretos y regulaciones secundarias, muchas de las cuales, según él, no tenían sentido para los consumidores y estaban frenando la economía.

El Gobierno ha desregulado los viajes en autobús y avión, simplificado el divorcio, puesto fin a los controles de alquiler, obligado a los proveedores de atención sanitaria estatales a recetar medicamentos genéricos más baratos en lugar de los de marca y ha facilitado el cumplimiento de los contratos denominados en dólares estadounidenses.

“En todos los lugares donde hemos desregulado se han producido caídas significativas en el precio real de los bienes”, afirmó Sturzenegger. 

Entre las normas más arcanas que el ministro ha citado como listas para ser eliminadas se encuentra una regulación que obliga a los importadores a convocar a un representante de la empresa local que fabrica el mismo producto cuando traen las mercancías al país.

Justicia argentina levantó la clausura de La Matanza que frenó millonaria inversión de Mercado Libre“Argentina está atrapada en un triángulo de las Bermudas”, dijo Sturzenegger, señalando que sus “tres vértices” eran “la casta empresarial, que ha hecho de Argentina el segundo (mercado) más cerrado del mundo”, los sindicatos y el partido peronista de tendencia izquierdista, que gobernó Argentina durante la mayor parte de los 41 años desde que regresó a la democracia en 1983.

“Yo llamo al partido peronista el partido conservador argentino”, afirmó el ministro. “Es el partido de los grupos de interés, el partido que defenderá los intereses de los sindicatos y los intereses de las grandes empresas en detrimento de la población en general”.

Pero los líderes peronistas afirman que muchos argentinos quieren un Estado más grande y mejor que la alternativa reducida de Milei.

“Nada de lo que ha dicho Milei… representa las ideas más profundas de la sociedad argentina”, dijo el mes pasado al FT Axel Kicillof, gobernador peronista de la provincia de Buenos Aires . “Su victoria se debió… a la insatisfacción y el enojo con la política, que no es algo exclusivo de Argentina”.

Hasta ahora, sin embargo, la oposición a la reforma libertaria por parte de un público cansado del despilfarro y la corrupción del gobierno ha sido más moderada de lo que muchos analistas habían predicho. A pesar de que los sindicatos han convocado protestas periódicas y huelgas breves, sólo un par de ellos han obtenido un apoyo público más amplio.

“La agenda (de desregulación) no es sólo una agenda de libertad”, dijo Sturzenegger. “Creemos que las personas libres que comercian libremente encontrarán los mejores acuerdos para ambas partes”.

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