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Los capítulos que han marcado la histórica disputa entre Ab InBev y CCU en la región

Colombia se puso en el centro de atención, después que la autoridad de libre competencia formulara cargos con la gigante belgo-brasileña por su estrategia de firmar acuerdos de exclusividad, lo que podría entorpecer el crecimiento de otros actores.

Por Deborah Donoso M. / Foto: Ingimage I Publicado: Viernes 29 de abril de 2022 I 16:41
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¿Qué cerveza prefiere? Una dura competencia se ha venido dando en algunos países de Latinoamérica desde que, en octubre de 2015, se concretara la fusión entre la gigante belgo-brasileña AB Inbev y la británica-sudafricana SabMiller. La principal contrincante en este rincón del mundo, la chilena CCU, una empresa ligada a la familia Luksic y Heineken, ha estado dando competencia para ir ganando mercado en países como Argentina o Colombia, donde justamente hace unos días la autoridad de libre competencia levantó cargos contra su contraparte por supuestas prácticas de abuso de posición dominante.

En Chile, CCU tiene más del 60% del mercado, mientras Cervecerías Chile -parte de AB Inbev- tiene del orden del 25% de participación, creciendo a raíz de la entrada en operación de una nueva planta. Por el contrario, en Colombia Bavaria, que es parte de la firma belgo-brasileña, ocupa por lejos el primer lugar del mercado, mientras que la Central Cervecera de Colombia (CCC), de Postobón y CCU, está empezando a subir.

La batalla también se ha desenvuelto en Argentina -donde la chilena está buscando crecer, después de haber logrado en 2018 una acuerdo con su competidor para devolverle la marca Budweiser a cambio de una compensación económica- y Uruguay.

Ofensiva y contraofensiva

El inicio de este conflicto viene de 2017, dos años después de la fusión de AB Inbev, cuando la compañía chilena advirtió que en la mayoría de los mercados donde operaba o planificaba hacerlo (excepto Chile), su principal competidora tenía una captura de mercado superior al 90%.

Así, con niveles de participación del 98% en Perú en aquella época o 95% en Uruguay, Ab Inbev era la embotelladora más fuerte del continente. En Colombia, mercado que hoy concentra las miradas, no existía CCU, la que solo comenzó a producir en 2019.

Hoy, junto a Postobón, superaron los dos millones de hectólitros en volúmenes, un alza de de 37,8% respecto de 2020, lo que les permitió “seguir ganando escala de negocios y participación de mercado”, destacó la firma en su memoria.

Sin embargo, después del anuncio de 2014 entre CCU y Postobón, según datos publicados por La República, Bavaria reaccionó y pasó de tener 88 acuerdos de exclusividad para la venta de sus cervezas en 2016 a 8.268 en 2017.

La SIC puso un freno a las cláusulas de exclusividad que utiliza Bavaria en el mercado

Los resultados han sido evidentes. En 2021, los volúmenes de AB Inbev en ese país crecieron 20% respecto del año anterior, en un contexto donde la categoría logró el consumo per cápita más alto que se tenga registro en ese país en los últimos 25 años, destacó en su reporte anual.

Colombia, para AB Inbev, forma parte de lo que llama Middle America, que icnlue México, Perú y Ecuador, entre otros, donde tiene un volúmen de 141,4 millones de hectolitros anuales.

Exclusividad, la bisagra de la competencia

El mercado de la cerveza ha sido históricamente complicado en Colombia. En los contratos de suministros que exigen exclusividad, ahí es donde está la gran discusión, porque no están prohibidos, pero cuando uno tiene una posición dominante como Bavaria, todas las mini cervecerías encuentran bloqueos porque los distribuidores tienen un contrato de suministro con exclusividad”, explica Diego Márquez, abogado en Del Hierro Abogados.

A partir de ahí, CCU decidió emprender un enfrentamiento legal en cada mercado, que cinco años después aún tiene a ambas compañías enfrentadas.

El gerente general de CCU, Patricio Jottar, afirmó en ese momento que era necesario entender que la industria no es local, sino internacional, a la hora de mirar los temas antitrust, “porque hoy se compite sin barreras”.

Por esto, en esa época acudió a organismos de otros mercados, para visibilizar prácticas que creía anticompetitivas, tal como las exclusividades e incentivos.

Bajo este contexto, durante los últimos meses la gigante AB Inbev ha recibido dos sanciones que se suman a los recursos presentados por la Superintendencia de Industria y Comercio (SIC) de Colombia contra Bavaria.

A inicios de esta semana el Ministerio de Economía y Finanzas de Uruguay impuso una multa de unos US$ 4,6 millones a Fábricas Nacionales de Cerveza (FNC), filial de AB Inbev, tras ser demandada por abuso de su posición dominante por medio de la celebración de contratos de exclusividad con vendedores minoristas.

Esta conducta, de acuerdo con la resolución, ha sido ejecutada de manera reiterada incluso posteriormente a la sanción de 2017 por US$ 2 millones.

A fines de 2021, en Argentina, el órgano de libre competencia impuso una multa a la cervecera Quilmes -parte de AB Inbev- por US$ 1,5 millones, también por abuso de posición dominante, esto luego de que la filial local de la chilena CCU presentara una denuncia formal contra su principal competidora por  prácticas anticompetitivas.

En Chile, el mercado aún está mayoritariamente controlado por la compañía local CCU, pero AB Inbev llegó pisando fuerte y acordó a fines de 2020 una alianza con Andina y Embonor que fortaleció la distribución de sus marcas. El fin de este acuerdo era “acelerar” el crecimiento y aumentar a un 30% la participación de mercado.

Al respecto, aunque CCU ha señalado que no ve amenazado su liderazgo, ha admitido que “obviamente cuando hay un competidor de nivel mundial, líder en el mercado cervecero global, que tiene alianzas relevantes, se genera una mayor preocupación”.

En 2021 Bavaria ya había sido condenada por la SIC de Colombia al pago de más de US$ 2 mil, entre otras cosas, por incurrir en competencia desleal con “pactos desleales de exclusividad". Al respecto Márquez apuntó que “Bavaria siempre ha tenido posición dominante y por eso ha sido difícil que se amplíe, perfeccione o mejore el mercado. Hay muchas cervecerías pequeñas, pero no son suficiente competencia y tienen los bloqueos de los contratos de exclusividad”.

Los pasos que vienen en la disputa colombiana

En Colombia, se prevé que el caso abierto por la SIC dure varios años. "Optimistamente, pienso que podrían ser unos siete años”, dice Márquez, a raíz de lo que se ha visto en otros procesos similares. 
Bavaria ha dicho que no comparte la visión del regulador y presentará sus descargos, para lo cual tenía 20 días hábiles. Una vez que la autoridad defina si impone o no multas, lo que podría tomar unos meses, se abre un plazo de cuatro meses para ir a la Justicia, por lo tanto “a esto le queda siete u ocho años mínimo, porque estamos en la parte administrativa y luego viene la judicial”. 
La principal carta de Bavaria para defenderse es que hay un fallo a favor de su postura del Tribunal de Bogotá en el que concluyó que “los pactos de exclusividad que ha firmado la compañía con sus clientes no son desleales ni anticompetitivos”.

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