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Latinoamérica se desacelera en 2023, pero políticas más restrictivas comienzan a ceder

América Latina volverá a reflejar un deterioro en su actividad económica durante el próximo año, presionado por una batalla de sus bancos centrales para detener el alza de precios que está impactando principalmente a los sectores más vulnerables.

Por Jaime Troncoso, DF / Foto: DF I Publicado: Lunes 19 de diciembre de 2022 I 15:42
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No han sido años fáciles para los países de América Latina que han debido enfrentar, al igual que el resto del mundo, el impacto de varios shocks distintos: la pandemia de Covid-19, la invasión de Rusia a Ucrania, el endurecimiento de las condiciones financieras e inestabilidades políticas, situaciones que han llevado a que buena parte del continente y sus gobiernos se inclinen hacia la izquierda.

La región como un todo terminará creciendo el año entrante entre 0,7% y 1,7% de acuerdo con los organismos multilaterales y bancos de inversión, lo que está por debajo del promedio de 3,7% que se preveé para 2022.

El próximo ejercicio se ve complejo, señalan los expertos. Las economías tendrán que continuar enfrentando la caída de actividad que han generado las alzas de tasas de interés emprendidas por los bancos centrales para detener los aumentos de precios. Aunque la inflación parece haber tocado techo, sigue siendo alta y las expectativas se han visto sacudidas por la incertidumbre y el ruido político.
Esto ha generado una aversión al riesgo de parte de los inversionistas que ha significado aumentos adicionales en los costos de financiamiento, lo que se ha unido a una alta volatilidad en los mercados, profundizada por la inestabilidad política de algunos países en el continente.

Toda esta situación ha inducido en menores flujos de capital, lo que ha incrementado la volatilidad de los tipos de cambio.

Ahora bien, a partir de 2024, América Latina recuperaría algo de dinamismo. “Una combinación de desinflación moderada, debilitamiento del crecimiento y disminución de las presiones sobre el tipo de cambio está generando llamados a los bancos centrales de América Latina para que finalicen sus ciclos de aumento y comiencen a considerar recortes”, señala el estadounidense JPMorgan.

Algo similar espera Morgan Stanley, quien dice que es posible que “posturas políticas más estrictas y una desaceleración global podrían causar una desaceleración en 2023, pero la mayoría de los países deberían recuperarse y experimentar un mayor crecimiento en 2024”.

“La buena noticia es que es probable que la inflación continúe cayendo en la mayoría de los países, terminando 2023 a mitad de camino a niveles consistentes con la estabilidad de precios”, dice el Bank of América. Agrega que, “dentro de los mercados emergentes, Asia debería tener un rendimiento superior, liderado por China. Si la reapertura se materializa sin problemas, deberíamos observar una aceleración secuencial en la actividad económica china hacia el segundo semestre de 2023, lo que eventualmente debería favorecer a Latinoamérica”.

Para BlackRock Investment, “América Latina reflejará tasas de intereses más altas y una recesión económica mundial afectará el crecimiento en la región el próximo año. Los aumentos más tempranos y más pronunciados también significan que los ciclos de relajación podrían comenzar a mediados de año y estimular un repunte del crecimiento en 2024”.

De todas formas, la Cepal es lapidaria en advertir que el crecimiento potencial, que es la capacidad que tienen las economías de crecer con sus factores de producción disponibles, se mantendrá en torno a 2% en los próximos años. Con ello, la expansión de este período es peor que, incluso, a la época de la llamada década perdida del América Latina durante los años '80. La tasa de crecimiento real del PIB para la región fue de sólo 2,3% entre 1980 y 1985.

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Por países

Para 2023, al tomar las principales economías de la región, Venezuela encabeza las proyecciones al situarse en torno al 5,8%, por debajo del promedio de 9% en que cerraría 2022. No obstante, sólo las entidades multilaterales realizan el seguimiento. Parte de la mejoría está en el levantamiento de algunas restricciones sobre la venta de petróleo hacia Estados Unidos, lo que permitirá generar mayor liquidez en dólares. Sin embargo, las cifras de inflación siguen siendo un problema en el manejo de la economía al mantenerse a nivel interanual por sobre los tres dígitos.

La gran mayoría de las economías de la región se moverán en el rango de entre 2% y 3% de expansión durante 2023. Uruguay podría crecer al 2,8% tras el 5,8% de 2022. Esta desaceleración se explica, principalmente, por un menor crecimiento en los socios del Mercosur, y la finalización de inversiones relacionadas con una planta de celulosa por US$ 3 mil millones.

También en este rango está Bolivia, que se expandirá en 2023 en torno a 3,1% tras terminar 2022 en 3,5%. Las ayudas fiscales y alza en el precio de algunas materias primas han permitido una recuperación tras las caídas durante los años de pandemia. Sin embargo, “el alto endeudamiento público y las modestas reservas internacionales podrían limitar los esfuerzos para dinamizar la economía solo mediante políticas expansivas, en especial si el sector privado no juega un rol más activo y sostenido”, sostiene el Banco Mundial.

Perú aparece como una economía con alto grado de incertidumbre. Si bien las proyecciones giran en torno al 2,4% para 2023, su inestabilidad política ha llevado a que, por ejemplo, la clasificadora Standard & Poor’s haya rebajado su perspectiva a negativa.

La nueva presidenta Dina Boluarte, quien se convirtió en la sexta presidenta en asumir el cargo en cuatro años, tras el depuesto exPresidente Pedro Castillo genera una incógnita de cómo seguirá el comportamiento económico. “Hasta ahora, la economía ha capeado la tormenta de otra agitación política, aunque las protestas se han extendido al sector minero y, por lo tanto, podrían obstaculizar la producción económica el próximo año”, señala el informe de Consensus Forecast.

Ecuador enfrenta también incertidumbres políticas que se arrastran tras la pandemia. Durante junio de 2022, el paro nacional significó importantes pérdidas en materia de crecimiento de la economía. Así y todo, se espera que cierre este año con un crecimiento del PIB de 2,5% y que el próximo sea levemente inferior al subir 2,2% como promedio de las proyecciones de los analistas.

El desafío, según el Banco Mundial, pasa por la disciplina fiscal que deberá evitar que el reciente aumento del precio del petróleo lleve a una nueva expansión procíclica del gasto que termine perpetuando los desequilibrios macroeconómicos.

Una de las estrellas en materia de crecimiento durante 2022 fue Colombia. El país cafetero cerrará con expansión en torno al 8%, fomentada por el gasto interno que ha derivado un mayor ingreso como consecuencia de una mejoría en los precios de las materias primas. Ello ha generado una presión sobre los precios que llevará al Banco de la República a intensificar su política monetaria más allá de lo que los han hecho otros países como Chile o Brasil. Para 2023 se espera un crecimiento de 1,7%. “El crecimiento debería cambiar a una marcha más lenta después de la sorprendente fortaleza de 2022, pero la desinflación será un proceso muy gradual en el mejor de los casos, lo que obligará a Banco de la República a seguir avanzando con sus intereses hasta el primer trimestre de 2023”, indica Morgan Stanley.

El gigante latinoamericano del norte, México, sigue enfrentando la alta inflación. El Banco Central subió nuevamente la tasa de política monetaria en 50 puntos base hasta 10,5%, disminuyendo el ritmo, versus los 75 pb de los movimientos anteriores, en línea con la expectativa del mercado. Los altos precios de las materias primas para el petróleo y las materias primas agrícolas, el levantamiento de las restricciones de la pandemia y el regreso completo del turismo nacional y extranjero han sido parte de los fundamentos para esperar un cierre este año de niveles de 2,8%. Pero la caída del crecimiento en EEUU y medidas monetarias más restrictivas hacen pensar en un menor ritmo de crecimiento para 2023 el que en promedio alcanzaría 1,4%.

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Bajo el 1%

Tras el cambio de gobierno en una campaña en que se extremaron posiciones, la principal económica Latinoamérica, Brasil, es seguida desde cerca por parte de los bancos de inversión y autoridades multilaterales. Las proyecciones de crecimiento se ubican en un promedio de 0,8% para el PIB en 2023, tras cerrar en torno a 3% en 2022.

“El debate sobre la política fiscal de Brasil en los próximos años y cómo interactúa con la política monetaria” son los temas que están llamando la atención en Brasil, indica el estadounidense JP Morgan mientras que Consensus Forecast ratifica este panorama que lleva a pensar que con el “nuevo gobierno encabezado por el exPresidente Luiz Inácio Lula da Silva, el panorama fiscal brasileño se ha deteriorado ante la perspectiva de un mayor gasto público en los próximos dos años”.

Argentina ha disfrutado este año los buenos precios de sus productos agrícolas, principalmente el trigo y la soya. Es así que la economía crecerá en torno al 5% en 2022, no obstante, la sequía le jugará una mala pasada en 2023; aunque ganaron el Mundial, y la teoría nos habla de que un país que lo gana mejora su eficiencia económica al año siguiente, es difícil que logre crecer este año más allá del 0,4%. La falta de lluvia impactará la cosecha de trigo de este año, en un momento en que la demanda mundial y los precios de las materias primas para alimentos están en máximos en una década.

“Con otro gran productor de trigo, Ucrania, en guerra, se esperaba que Argentina pudiera tapar el agujero en el suministro mundial. Los cultivos como el maíz y la soja son aún más lucrativos para Argentina, pero su temporada de siembra se ha retrasado en medio de la sequía, lo que sugiere una posible reducción de su producción”, señala Consensus Forecast.

A ello se suma la falta de reservas que posee Argentina para enfrentar dificultades. Morgan Stanley indica que “intentar salir del paso sin reservas de divisas es como caminar por la cuerda floja. Habría necesidad de una dosis de ortodoxia en las políticas económicas dada la escasez de recursos. El crecimiento será moderado en el futuro y la inflación se encuentra en niveles de aproximadamente tres dígitos. El riesgo de una macrocorrección es considerable”.

Sin tener un buen desempeño en 2022, Chile será uno de los países que entrará en recesión en 2023. Se espera que la economía que terminará creciendo en torno a los 2,4% este año retroceda en 1% durante el siguiente ejercicio. “La brecha de actividad continúa elevada y la inflación se mantiene en niveles excepcionalmente altos, ambas señales de que el proceso de ajuste de la economía chilena aún no concluye”, señalaría la presidenta del Banco Central, Rosanna Costa, durante la última presentación del Informe de Política Monetaria de diciembre.

Se prevé que tanto el consumo privado como la inversión en Chile tengan caídas relevantes de 5,9% y 5% en 2023, respectivamente, todo en línea con un debilitado mercado laboral y estrechas condiciones financieras.

Proyecciones de crecimiento para Latinoamérica
% var. del PIB 2022 y 2023
  JP Morgan FMI Goldman Sachs Cepal Consensus Forecast Morgan Stanley
País o región  2022 2023 2022 2023 2022 2023 2022 2023 2022 2023 2022 2023
Latinoamérica 3,6 0,7 3,5 1,7 3,8 1,1 3,6 1,3     3,3 1,0
Argentina 5,1 -0,5 4,0 2,0 5,4 0,0 4,9 1,0 5,1 0,0 3,9 0,8
Brasil 3,0 0,2 2,8 1,0 3,2 1,2 2,9 0,9 2,9 1,0 2,8 1,2
Bolivia     3,8 3,2     3,5 2,9 3,6 2,7  
Chile 2,7 -1,2 2,0 -1,0 2,6 -0,7 2,3 -1,1 2,4 -1,1 2,1 -2,2
Colombia 8,0 0,9 7,6 2,2 8,1 1,6 8,0 1,5 7,5 1,3 7,3 0,5
Ecuador 2,2 2,3 2,9 2,7 2,1 1,8 2,7 2,0 2,7 2,3  
México 3,1 1,8 2,1 1,2 3,0 1,3 2,9 1,1 2,8 1,1 2,6 1,4
Perú 2,5 2,3 9,0 2,7 2,8 2,3 2,7 2,2 2,7 2,1 2,5 2,5
Uruguay 5,2 < 5,3 3,6     5,4 2,9 5,0 2,3  
Venezuela     6,0 6,5     12,0 5,0 7,8 5,2    
Fuente: Elaboración propia a partir de los informes de las entidades.
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