Jorge Canelas, excónsul de Chile en Bolivia: “La única salida (a la crisis) es obtener financiamiento externo”
El también Investigador del Instituto Libertad aseguró que la llegada de Rodrigo Paz al poder abre una posibilidad de mejorar la relación con Chile y el resto de la región.

Bolivia eligió este domingo un nuevo Presidente para el período 2025-2030 y, aunque aún falta la confirmación oficial del Tribunal Supremo Electoral, el virtual vencedor, Rodrigo Paz, ya inició las gestiones para una transición ordenada.
Ahora, ¿cuáles son los desafíos y qué tanto margen de acción tiene el próximo jefe de Estado, considerando la severa crisis económica y política que atraviesa el país? DFSUD entrevistó a Jorge Canelas, excónsul de Chile en Bolivia e investigador del Instituto Libertad para conocer su impresión sobre lo que se puede esperar hacia adelante.
- ¿Qué balance hace de los resultados electorales en Bolivia?
- En Bolivia se ha resuelto un asunto político importante: la salida del Movimiento al Socialismo (MAS) de Evo Morales del poder, lo que abre la posibilidad de un cambio estructural capaz de ordenar una economía que está en un estado muy complejo. Rodrigo Paz logró un apoyo significativo de una parte de ese masismo, lo que podría complicar la transición, porque el partido aún conserva fuerza social. Morales sigue teniendo capacidad de movilización, sobre todo en el Chapare, y su influencia podría traducirse en presión callejera.
- ¿Qué debe hacer Paz para garantizar la gobernabilidad y poder aplicar sus reformas?
- El dilema es cómo dar tranquilidad a una población sometida a un gran estrés económico. Hay déficit de balanza de pagos, falta de liquidez en dólares y una brecha cambiaria que llegó a 14 bolivianos por dólar cuando el oficial sigue en 6,95.
La única salida es obtener financiamiento externo en el corto y mediano plazo para atender las urgencias y contener la presión social. El Gobierno de Luis Arce utilizó todos los recursos disponibles, incluso los que no tenía, para sostener los subsidios y llegar a esta elección. Pero ya no es sostenible.
En los mejores tiempos de Morales, Bolivia llegó a tener US$ 15 mil millones en reservas internacionales. Hoy eso ha desaparecido.
- Pero Paz ha dicho que no recurrirá al FMI y que utilizará recursos internos. ¿Es viable?
- Difícilmente. Bolivia necesitará financiamiento externo. Ahora, si logra crear certezas jurídicas y atraer inversión extranjera puede empezar a descomprimir la presión económica. El país tiene recursos naturales, condiciones para la agricultura, ganadería, minería e hidrocarburos. Si se promueve el retorno de capitales bolivianos y se facilita la inversión nacional y extranjera, podría generarse un punto de inflexión.
- En esa línea, ¿qué oportunidades se abren desde Chile?
- Las relaciones con Bolivia mejorarán, tanto política como económicamente. Paz ha sido explícito en dar un contenido económico a los vínculos con Chile, lo que abre una posibilidad cerrada por más de 20 años. Existen grandes oportunidades en la zona oriental boliviana, con una mentalidad empresarial distinta y más abierta. Chile, por su parte, ha manifestado su disposición a tener una hoja de ruta común con Bolivia y con este nuevo Gobierno eso puede materializarse en proyectos concretos.
- ¿Este cambio en Bolivia refleja una tendencia regional hacia la derecha?
- Sí. Nuestra región está viviendo el fin del ciclo del “Socialismo del siglo XXI”. Durante décadas hubo una pugna entre el modelo de democracia liberal y economía de mercado, y el modelo revolucionario inspirado por Cuba, Venezuela o el propio MAS.
Hoy los electorados están desencantados. Cuando la gente siente el impacto económico en su bolsillo, deja de creer en los discursos ideológicos. Lo que ocurre en Argentina, Bolivia y, probablemente pronto, en Chile, refleja ese cambio de ciclo.
El péndulo se mueve hacia la otra dirección, y ojalá esta vez sea más duradero, porque nuestros países necesitan estabilidad.
- ¿Cómo describiría el panorama económico que hereda el nuevo Gobierno?
Bolivia vive una situación económica muy compleja. Hay un déficit fiscal superior al 10% del PIB, una inflación anualizada de alrededor del 22 o 23%, y una deuda pública cercana al 90% del PIB.
- El futuro presidente ha prometido eliminar los subsidios al combustible, excepto en las zonas más vulnerables. ¿Es viable esa medida?
Implementarlo es muy difícil. Incluso con subsidios generalizados se genera contrabando en las zonas fronterizas -por ejemplo, con Perú-, donde se busca gasolina boliviana barata. Encapsular zonas para aplicar subsidios focalizados es casi imposible. Es un tema que todos los gobiernos enfrentan: hay que hacerlo, pero la implementación es extremadamente compleja.
-¿Debería Paz mantener su posición centrista o adoptar un enfoque más radical, al estilo de Javier Milei en Argentina?
- Debe mantener el equilibrio. Un discurso muy extremo generaría una explosión social, porque Evo Morales ya ha advertido que no permitirá medidas “neoliberales”. El desafío de Paz es combinar seguridad para la derecha y tranquilidad para quienes aún siguen vinculados al MAS. En el ámbito legislativo, es probable que logre acuerdos con fuerzas de derecha, lo que le permitiría sostenerse políticamente. Pero una cosa es atender la urgencia económica y otra, muy distinta, hacer los cambios estructurales.
El periódico británico especializado en información económica y financiera reconocido a nivel global
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