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Inversión privada para América latina se mantendría estancada en 2023 por contexto económico desafiante

Asuntos regulatorios y políticos, una inflación alta que presiona a las tasas de interés, y la venidera recesión global son parte de los factores que estarían incidiendo en la toma de decisiones de los inversionistas.

Por Dayana Sánchez / Foto: Pexels I Publicado: Miércoles 21 de diciembre de 2022 I 08:00
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Proyectar en cuánto cerrará la inversión privada en América Latina este año, y el que viene, parece una tarea difícil, incluso, hasta para los organismos internacionales.

En su más reciente informe titulado “La Inversión Extranjera Directa en América Latina y el Caribe (IED)”, la Cepal no se atrevió a dimensionar el comportamiento de ítem, argumentando que “el deterioro de expectativas, la aceleración de la inflación (en la región y el mundo) y, de forma más general, la gran incertidumbre en relación con la duración y las consecuencias de la guerra en Ucrania hacen extremadamente difícil estimar el comportamiento de las entradas de IED en la región para 2022”.

Los analistas están en una posición similar. Kimberly Sperrfechter, economista para América Latina de Capital Economics, enumera tres factores que estarían golpeando a la inversión privada.

El primero de ellos, el giro político, dado que sumando la victoria de Luiz Inácio Lula da Silva en Brasil, las seis economías más grandes en la región tienen un presidente izquierdista. “Y es probable siga habiendo más injerencia en la economía lo cual va a tener un efecto negativo en la inversión privada. En México, por ejemplo, la política intervencionista del presidente (Andrés Manuel) López Obrador ha causado una fuerte caída en el componente”, argumentó.

A esto se sumarían las altas tasas de interés. Aunque ya se habla del fin del ciclo de aumentos, la consultora proyecta que los tipos se mantendrán en niveles elevados, al menos por un tiempo.

El último factor: una esperada recesión global que afectaría los precios de las materias primas en su mayoría a la baja, salvo por el cobre, donde las apuestas son algo más optimistas. En este contexto, Chile sería uno de los eventuales beneficiados, no así Perú que, a juicio de la economista, se vería afectado por los desequilibrios políticos producto de la crisis que atraviesa el país tras la destitución de Pedro Castillo del poder.

Pero además del metal rojo, el sector extractivo en general se vería beneficiado en especial aquellas materias primas ligadas a la transformación de la matriz energética, como es el caso del litio que sigue proyectándose en territorio alcista. Así lo prevé el vicepresidente de riesgo soberano de Moody’s, Jaime Reusche, quien suma a los hidrocarburos en la lista de los más favorecidos.

“Aún se depende mucho de los hidrocarburos antes de poder hacer esta transición verde, y a raíz de eso, todavía hay expectativas de inversión en esos sectores. Vemos que la demanda sigue siendo inelástica pese al potencial de la economía verde”, dijo el experto. Allí, Colombia y Venezuela aparecen bien posicionados.

“Hemos visto a Estados Unidos tratando de relajar las sanciones y algo más permisivo con empresas americanas para que puedan seguir invirtiendo en industrias extractivas petroleras en Venezuela”, añadió sobre este último.

En la vereda opuesta, la clasificadora prevé una caída del componente en el sector construcción, y una moderación en el crecimiento del sector tecnológico y de servicios.

Con todo, proyectó que la inversión privada para Latinoamérica será de 21% en relación al PIB regional, un 2% menos respecto del promedio del periodo 2010-2019.

Latinoamérica se desacelera en 2023, pero políticas más restrictivas comienzan a cederRepública Dominicana, Costa Rica, Uruguay y posiblemente Chile son los países que, según Reusche, podrían mantener un flujo de inversión privada similar al de los últimos años. “Para el resto de la región, incluyendo Centroamérica y el Caribe, veríamos a todos por debajo del promedio”, indicó el analista. 

El escenario más contractivo lo tendrá Panamá, “donde típicamente veíamos niveles del 35% en relación al Producto y que proyectamos caerá al 22% debido a un sector de la construcción menos propenso a desembolsar recursos”.


Mirada empresarial

En este escenario, DFSUD.com consultó a los principales gremios empresariales de la región para conocer su visión respecto de las apuestas privadas en América Latina. Aunque disímiles las percepciones, prima el apetito por seguir creciendo.

El Consejo de Empresarios Iberoamericanos (CEIB), -organización que agrupa a los principales gremios empresariales de la región, España, Andorra y Portugal- así lo manifestó a través de su secretario permanente Narciso Casado.

Aseguró que “el sector privado se muestra optimista de cara al futuro”. “A pesar de las dificultades, debemos seguir apostando por todo aquello que nos identifica como región. Debemos fomentar la apertura de los mercados de referencia, impulsar las inversiones de calidad y tratar de potenciar las oportunidades de negocio, generando siempre valor y creando más y mejores empresas”, señaló.

José Medina Mora, presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana, señaló que “las empresas americanas que están listas para invertir” en ese mercado “están esperando para ver si AMLO cumple con el tratado de libre comercio” que suscribió el país con EEUU y Canadá (mejor conocido como T-MEC).
Y agregó: “Empresas alemanas con inversiones en el país nos dicen que somos el mejor país para apostar en América Latina y que las decisiones que están tomando son de largo plazo”.

En Ecuador, el vicepresidente ejecutivo de la Cámara de la Industria y Producción (CIP), Pablo Jimenez, comentó que si bien el panorama macroeconómico es de estabilidad “existen actores políticos que impiden que el proceso de consolidación fiscal se transforme en una reducción del riesgo país”.

En el caso chileno, Juan Sutil -quien fue presidente de la cúpula empresarial local hasta el jueves pasado- dijo que esperan un alza de 2% de la inversión para este año, pero una caída de 6% para el próximo. Factores regulatorios, una inflación que no cede y el proceso constituyente son parte de los elementos que estarían incidiendo.

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