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De joya turística a la “lista negra” de destinos internacionales: la crisis que amenaza a Machu Picchu con pérdidas que podrían llegar a US$ 400 millones

Desde 2022, la ciudadela inca se enfrenta a colas interminables, reventa de entradas y denuncias de corrupción que, además, han deteriorado la imagen de la zona.

Por Karen Flores Becerra / Foto Pexels. I Publicado: Martes 12 de agosto de 2025 I 04:00
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Considerada una de las siete maravillas del mundo y Patrimonio de la Humanidad, Machu Picchu se ha consolidado como uno de los grandes destinos turísticos de Perú. Según datos del Ministerio de Comercio Exterior y Turismo (Mincetur), entre enero y febrero de 2025, la ciudadela inca recibió más de 191.000 visitas, posicionándose como el principal atractivo del país.

Sin embargo, detrás de esas cifras optimistas, la ciudad enfrenta una profunda crisis que amenaza su reputación a nivel internacional. Un listado de la revista especializada Travel and Tour World (TTW) incluyó a Machu Picchu entre los destinos que ya “no valen la pena visitar”. Si bien la publicación alude este efecto una tendencia más bien viral, desde el sector advirtieron que la crisis es estructural y no reciente.

Para los gremios, los problemas responden a una mala gestión de años, marcada por la reventa informal de boletos, filas interminables y denuncias de corrupción interna. Esto no solo ha deteriorado la percepción de la zona, sino que también ha generado pérdidas económicas. 

De no revertirse la situación, la Cámara de Comercio, Industria, Servicios, Turismo y de la Producción del Cusco estima que para el primer semestre de 2026 las reservas podrían caer un 15%, lo que equivaldría a US$ 400 millones menos para la economía nacional. 

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Los detalles de la crisis

Los problemas actuales datan de 2022. Tras conflictos sociales en la zona, el Ministerio de Cultura (Mincul), junto a la Municipalidad Distrital de Machupicchu, representantes de la sociedad civil y la Dirección Desconcentrada de Cultura (DDC) de Cusco, autorizaron la venta presencial de 1.000 entradas diarias. 

Para entonces, esa cantidad equivalía al 25% del total de tickets permitidos por jornada, considerando que el aforo del parque era de 4.000 personas. El 75% restante se vendía online. Actualmente, el escenario ha cambiado con el ajuste al alza de la cantidad de personas permitidas para el ingreso. Hoy son 5.600, pero la venta presencial se mantiene los 1.000 boletos. 

La medida gubernamental buscaba atender las demandas locales y garantizar un acceso equitativo para quienes llegaban sin reserva previa, pero su impacto fue adverso. Los turistas empezaron a agolparse ante las ventanillas esperando por su pase, muchos se vieron obligados a pernoctar entre dos a tres días más en la ciudad, y se desencadenó un sistema de reventa y falsificación de boletos.

En octubre de 2023, la DDC estableció dos horarios para la venta presencial, pero tras denuncias por malos tratos, el ministerio retomó la venta electrónica. La iniciativa encontró detractores que acusaron una privatización del sistema y advirtieron impactos negativos en la economía de la zona.

En enero de 2024 se desencadenaron protestas que dejaron heridos, pérdidas monetarias y a más de 1.800 turistas varados. Investigaciones oficiales detectaron ventas irregulares de boletos y la existencia de un mercado negro impulsado por la DDC, que habría generado ganancias ilegales por 25 millones de soles (US$ 6,26 millones).

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Persisten los problemas

Pese a todos los antecedentes, la venta presencial de 1.000 boletos se mantuvo, con un sistema de doble fila. A las seis de la mañana, los turistas debían esperar un pre ticket y a las 15 horas pasaban a comprar formalmente su ingreso a Machu Picchu. 

En julio de 2025, ante críticas gremiales, el Mincul eliminó este formato desde agosto, habilitó cinco ventanillas de atención simultánea y un sistema de visualización en tiempo real de la disponibilidad de cupos. 

Sin embargo, para el presidente de la cámara turística del Cusco, José Fernando Santoyo, la crisis está afectando considerablemente a Machu Picchu como motor turístico de Perú. 

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Mala gestión y poca inversión

El gremio turístico atribuye la crisis a mala gestión estatal y baja inversión. Según dijo Santoyo a DFSUD, el Mincul dispone de 365.000 boletos anuales para venta presencial en Aguascalientes, de los cuales un 45% no se venden ni se transfieren al sistema online, generando pérdidas cercanas a 25 millones de soles solo en 2022 (US$ 6,5 millones) y una “falsa escasez”.

Para el vicepresidente de la Cámara de Turismo de Cusco (Cartuc), Juan Stoessel, a esto se le suma la falta de inversión. De acuerdo con el ejecutivo, el Mincul tiene recursos suficientes para ampliar la zona de visita, pero “han preferido mantener un status quo y seguir manejando Machu Picchu como se viene haciendo hace 40 años”.

Desde una mirada local, las agencias de turismo vinculan el problema con una falta de planificación y saturación de la ciudad. Según la gerente general de la agencia de turismo Qosqoinkatour, Madeline Lucero, el sistema actual carece de trazabilidad y transparencia, “lo que impide que se planifiquen los viajes con certeza”. Esto, además, se evidencia en la sobrecarga del sitio arqueológico que “ha superado el aforo permitido en varias rutas, poniendo en riesgo la conservación del patrimonio”.

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Propuestas y nuevos actores

En plena temporada alta, el sector privado exige eliminar la cuota de venta presencial y avanzar hacia un sistema 100% digital. Según un comunicado de Cartuc, “la virtualización completa del boletaje no es una alternativa, sino una necesidad impostergable”.

“Las consecuencias ya se evidencian. Tour operadores internacionales están retirando al Perú de sus catálogos por falta de certeza en la disponibilidad de entradas. Las cancelaciones aumentan y los turistas reconsiderar su decisión de visitar el país. El daño reputacional es tangible y creciente”, enfatizó el escrito.

De acuerdo con Santoyo, estas exigencias requieren además de un cambio en la entidad que gestiona Machu Picchu. Por eso proponen que sea el Ministerio de Comercio y Turismo el que se haga cargo de la ciudadela y que se cree una mesa técnica que involucre la participación del sector privado para construir soluciones sostenibles. 

“La solución de la crisis tiene dos líneas. Una es que haya voluntad política de nuestras autoridades nacionales para resolverla, y segundo, que nosotros como gremio empresarial junto con otras agrupaciones -incluso nacionales-, hagamos nuestro trabajo de convencer y evangelizar a las autoridades sobre la importancia de la gestión del turismo”, enfatizó Santoyo. 

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