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La gran deuda ambiental de la agricultura en Latinoamérica

En la última década, las emisiones vinculadas a la destrucción de bosques y áreas verdes se han duplicado.

Por Marcela Vélez-Plicker, desde Londres / Foto: Reuters I Publicado: Viernes 1 de diciembre de 2023 I 17:16
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El camino hacia las “cero emisiones” en Latinoamérica conducen al campo. De los 3.635 millones de toneladas de gas de efecto invernadero (GHG, su sigla en inglés) que la región produjo en 2022, casi la mitad están vinculadas al uso y explotación de la tierra.

La Base de Datos de Emisiones para la Investigación Atmosférica Global (Edgar) atribuye a la agricultura (cultivos y ganadería) el 28% de las emisiones contaminantes producidas en esta parte del mundo. Pero ese porcentaje se eleva a 49%, si se agregan los cambios de suelo, principalmente la quema de bosques y áreas verdes para su explotación económica.

La contribución de esta actividad en las emisiones de GHG de Latinoamérica no sólo más que duplican al promedio mundial (19%), sino que no se alinean con el rol que las industrias tienen en las economías locales.

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El aporte de las naciones

Si bien Brasil y Argentina están entre los mayores productores de carne y cereales del mundo, la actividad agrícola aportó menos del 7% del Producto Interno Bruto (PIB) en ambos países en 2022.

Sin embargo, en los dos mercados, la agricultura es responsable de hasta 45% de sus emisiones contaminantes. Les siguen Colombia (34%), Perú (21%) y Ecuador (17%).

En México, el segundo mayor emisor de la región, la agricultura genera 15% de los gases GHG, similar al monto proveniente de la generación de electricidad.

En su hoja de ruta climática hacia 2025, el Banco Mundial definió la reducción de las emisiones de la agricultura y cambio de suelo como una de las prioridades, especialmente en América Latina.

El organismo ha llamado la atención sobre el rol de la ganadería, que sería responsable de un tercio de las emisiones provenientes de este sector.

Los gases generados por el ganado son principalmente metano, que tiene un mayor poder de generación de calor que el dióxido de carbono (CO2). Si bien el metano permanece menos tiempo en el ambiente, una tonelada de este elemento puede generar 28 veces más calor que el CO2.

De ahí, la urgencia porque los países incorporen en sus planes medidas concretas para reducirlas a cero.

“Por eso hablamos de impulsar una ganadería sustentable y más eficiente”, afirmó Ana María Loboguerrero, jefa de investigación en el Centro Internacional de Agricultura Tropical, con sede en Colombia.

El cambio en los pastos y la alimentación del ganado, y el aumento de la productividad en el sector son consideradas las primeras medidas para reducir los gases de metano de esta industria.

Hay otras acciones que requieren no sólo de mayores inversiones y subsidios, sino también de cambios culturales.

En la última década, la región ha logrado reducir el ritmo de deforestación. Pero es alarmante que las emisiones generadas por los incendios forestales (intencionales y estacionales) se hayan duplicado en el mismo período.

“Tenemos que cambiar la forma en que tradicionalmente se ha hecho ganadería, en la que entre más despejado el campo, mejor. En Colombia se han implementado con éxito programas silvopastoriles, en que la producción de ganado se combina con bosques, y ha aumentado la productividad y la captura de carbono, y por lo tanto se reducen las emisiones”, explicó Loboguerrero.

Este es uno de los programas sugeridos en la hoja de ruta propuesta por el Banco Mundial para la región, junto con el uso de semillas y especies resistentes a condiciones climáticas más adversas y un mejor manejo de los recursos hídricos, incluyendo riego de precisión y la reutilización de aguas residuales.

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