El legado de Fujimori y las bases del milagro económico en Perú

A los años ‘80 en Perú se les conoce popularmente como “la década perdida”. Fue un periodo de estancamiento económico que culminó con una gran crisis, una deuda externa de alrededor de US$ 21.000 millones y una inflación de 7.481% para el cierre de esos 10 años.

En este contexto, Alan García finalizó su mandato y resultó electo Alberto Fujimori, un político de ascendencia japonesa, de profesión ingeniero agrónomo y quien había ejercido como rector universitario.

Entró a la política con la promesa de atacar la inflación y aseguraba que sería sin causar shock. Pero no lo logró.

En agosto de 1990, en cadena nacional, el entonces ministro de Economía, Juan Carlos Hurtado Miller, informó la aplicación de un aumento a los precios de los productos básicos. La lata de leche evaporada pasó de costar 120.000 intis (US$ 0,38) a 330.000 intis (US$ 1,05) en un solo día.

Hurtado sabía que el impacto sería gigante. Su mensaje culminó con un “que Dios nos ayude“.

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Medidas del Fujishock

Con esas palabras, se dio inicio a la terapia de choque.

El actual presidente del Banco Central de Reserva y, en ese entonces asesor del ministerio de Economía, Julio Velarde definió en cuatro categorías los principales cambios: política cambiaria, monetaria, fiscal y salarial.

En política cambiaria, las principales medidas fueron la unificación y estabilización del mercado cambiario; la flotación “sucia” del dólar y la eliminación a las restricciones de importaciones, entre otras.

En lo monetario, el Gobierno asumió el compromiso de no solicitar financiamiento alguno por parte del Banco Central. “De esta manera, la política monetaria contemplaba limitar la emisión a la que procedía de la compra de divisas”, señaló Velarde en el documento “El programa económico de agosto de 1990”.

El ítem fiscal fue el que más cambios tuvo. Se privilegió la austeridad en el Estado; se retiraron los subsidios y aumentaron las tarifas públicas de gasolina, electricidad, agua y teléfonos; se subió el impuesto general a las ventas de 14% a 16% y se eliminaron la exoneraciones de este tributo, además de instaurar otros impuestos extraordinarios.

Respecto de los salarios, los trabajadores recibieron una bonificación del 100% equivalente al sueldo de julio de 1990; el salario mínimo aumentó un 400%; y en las empresas estatales se prohibieron los aumentos hasta diciembre de ese año.

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Autogolpe y nueva Constitución

En abril de 1992, se produce el “Fujimorazo”: un autogolpe que disolvió el Congreso, intervino otros poderes del Estado y mandó a crear una nueva Constitución, a través del proceso constituyente en el que la coalición de Fujimori logró más de la mitad de los escaños. Fujimorazo

Dentro de algunos de los cambios introducidos por la Constitución de 1993, se estableció la autonomía del Banco Central y se prohibió la emisión de financiamiento para el Estado; se limitó la actividad empresarial estatal, de modo que esta tenía que ser aprobada con una ley previa.

Asimismo, se dio seguridad jurídica para las inversiones extranjeras, de modo que los términos contractuales no podían ser modificados una vez suscritos. “Con reglas de juego predecibles, el sector privado se convirtió en el principal motor de la inversión”, señaló en un informe el Instituto Peruano de Economía.

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Resultados económicos

Luego de una década de Fujimori en el poder, el logro económico más notable fue la eliminación de la hiperinflación heredada, pasando de 7.481% en su primer año a 3,8% en el año 2000. Desde entonces, Perú lleva más de 27 años con una tasa de inflación de un solo dígito.

En cuanto al crecimiento del PIB, la década promedió una expansión del 3,2%, siendo su peor año 1990 (-5%) y su mejor año 1994 (12,3%), según datos del Banco Mundial.

La pobreza, en tanto, pasó del 31,1% en 1991 a 39,3% al cierre de su mandato, de acuerdo con cifras del Instituto Nacional Demócrata para los Asuntos Internacionales. Durante ese periodo, la pobreza extrema descendió de 24,2% a 14,8%.

Sobre los números de desempleo, según estimaciones de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), tanto en 1991 como en el año 2000, se registró un 5% de la fuerza laboral sin trabajo. El desempleo promedio fue de 4,9%.

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La huella política

Fujimori siempre fue considerado una figura que polariza al país y su muerte no fue la excepción.

Falleció en la misma fecha y a la misma edad que el líder de Sendero Luminoso, Abimael Guzmán, aunque este lo hizo en 2021.

Si bien Fujimori será recordado por haber pacificado el país tras derrotar a Sendero Luminoso, con el apoyo de la Policía, también estuvo envuelto en procesos por corrupción y delitos de lesa humanidad. En el año 2007 fue condenado a 25 años de prisión por la masacre de Barrios Altos y La Cantuta, y salió años después tras recibir un indulto humanitario.

Recientemente afrontaba un juicio oral por la masacre de Pativilca; una acción del destacamento paramilitar peruano Grupo Colina perpetrada el 29 de enero de 1992 en la que se dio de baja a seis personas supuestamente vinculadas a Sendero Luminoso.​​​

Su influencia en el país fue tal que, a su edad, fue considerado como candidato presidencial con miras a los comicios de 2026.