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Fiebre mundial del cobre atrae a inversionistas a yacimientos sin explotar de Argentina

En los últimos años han cambiado las cosas. Perú y Chile han perdido parte de su brillo, según los analistas, ya que su oferta de proyectos totalmente nuevos ha disminuido y ha aumentado la oposición política a la minería.

Por Financial Times, editado por María Gabriela Arteaga / Foto: Reuters I Publicado: Jueves 24 de octubre de 2024 I 08:52
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Por Ciara Nugent

Acceder al cobre en Taca Taca, un yacimiento del metal en el inhóspito noroeste de Argentina, es una tarea titánica. El mineral de cobre de baja ley de 0,5% yace a varios cientos de metros bajo un desierto de dunas rojas, volcanes y lagos salados similar a Marte. Se encuentra a 3.600 m sobre el nivel del mar y a siete horas en auto de Salta, la ciudad más cercana.

Para alcanzar el objetivo de producir 1 millón de toneladas de concentrado de cobre al año, First Quantum Minerals, empresa que cotiza en la bolsa canadiense y propietaria de Taca Taca, debe retirar 250 millones de toneladas de roca estéril, abastecerse de energía equivalente a la de una gran ciudad y reconstruir una línea de ferrocarril derruida hasta la costa chilena del Pacífico. La construcción tendrá un costo de aproximadamente US$ 3.600 millones.

Las empresas mineras del cobre no habían querido hacer una apuesta tan grande en Argentina, un país que ha sufrido décadas de inestabilidad macroeconómica y dramáticos cambios políticos. Como resultado, Argentina casi no ha producido cobre, a pesar de compartir la geografía andina que ha convertido a su vecino Chile en el mayor productor mundial, con 5 millones de toneladas anuales.

Pero eso ya está cambiando. El cobre es un componente clave para las redes eléctricas, las turbinas eólicas y otras tecnologías de transición energética. Al mismo tiempo, la escasez de nuevas minas ha puesto al mundo en vías de un déficit de 7.7 millones de toneladas anuales en 2034, según la compañía de inteligencia empresarial CRU Group.

Esa escasez está provocando que finalmente se le preste atención al cobre argentino, en un momento en que el Presidente Javier Milei está introduciendo reformas de libre mercado e incentivos destinados a atraer a los inversionistas extranjeros.

"Argentina es la próxima frontera para el crecimiento del cobre", dice Tristan Pascall, presidente ejecutivo de First Quantum Minerals, quien añade que las reformas del Gobierno sitúan a la industria argentina en vías "de una expansión emocionante y sostenida durante muchas décadas".

Taca Taca, que se encuentra a la espera de que el gobierno provincial de Salta apruebe su evaluación de impacto ambiental antes de buscar un socio financiero, es uno de los seis proyectos de cobre en fase avanzada de desarrollo en el noroeste de Argentina.

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Obstáculos

Sin embargo, hay obstáculos que superar antes de que esos proyectos se hagan realidad. La economía argentina, asolada por la crisis, tendría que atraer inversiones por valor de unos US$ 20 mil millones y actualizar unas infraestructuras de transporte y energía que se encuentran en estado de abandono.

Sin embargo, si las seis tuvieran éxito, la producción de cobre superaría el millón de toneladas para principios de la década de 2030 y las exportaciones alcanzarían los US$ 6 mil millones anuales, según la Cámara Argentina de Empresas Mineras (CAEM).

Eso catapultaría al país hasta ubicarlo entre los 10 mayores productores del mundo.

"Es un escenario optimista, pero factible", dice Nicolás Muñoz, analista de suministro de cobre del CRU.

Según los analistas, el cobre podría ser un mayor impulso a largo plazo para la economía del país que el litio, que es más volátil desde el punto de vista financiero. Cuatro nuevas minas de litio habrán entrado en funcionamiento para finales de 2024, pero el desplome de los precios mundiales ha paralizado varios proyectos.

Los inversionistas han dado señales de que están dispuestos a apostar por el cobre argentino. En julio, BHP, la mayor empresa minera del mundo, anunció que invertiría US$ 2.100 millones en la producción de cobre en la provincia de San Juan, en asociación con la canadiense Lundin. El acuerdo se produjo nueve semanas después de que BHP perdiera en su intento para ampliar su acceso al cobre mediante la compra de Anglo American.

Cuando Argentina adoptó su código minero moderno en 1995 y abrió la mina de cobre de La Alumbrera dos años después, la industria del cobre parecía que pronto despegaría. Pero ese impulso se desvaneció y, mientras Chile y Perú experimentaban un auge, en Argentina no se abrieron más proyectos de cobre. La Alumbrera cerró en 2018.

Las empresas mineras se lo achacan a los cambios erráticos de política. Dicen que a veces las autoridades manipulaban las regulaciones fiscales del código, lo que provocaba largos litigios e impuestos más altos de lo previsto. Argentina impuso estrictos controles de divisas y capitales en 2011, mientras que algunos líderes del movimiento peronista, que ha gobernado durante gran parte de las dos últimas décadas, se oponían a la minería por motivos medioambientales.

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Argentina se posiciona

Sin embargo, en los últimos años han cambiado las cosas. Perú y Chile han perdido parte de su brillo, según los analistas, ya que su oferta de proyectos totalmente nuevos ha disminuido y ha aumentado la oposición política a la minería.

Mientras tanto, el Congreso argentino aprobó en junio un plan de incentivos para inversiones superiores a los US$ 200 millones, que les ofrece a las compañías estabilidad fiscal, exención de controles de capital para una parte de los beneficios y acceso a arbitraje internacional.

“El esquema es muy robusto; es muy claro en cuanto al funcionamiento de los sistemas, a lo que está explícitamente permitido", dice Michael Mending, vicepresidente de McEwen Copper, que está desarrollando el proyecto de cobre Los Azules, en la provincia de Mendoza. "También limita lo que los futuros gobernantes pueden hacer para influir negativamente en un proyecto".

Pascall, de First Quantum Minerals, cuya emblemática mina de cobre en Panamá, valorada en US$ 10 mil millones, cerró abruptamente el año pasado en medio de una oleada de protestas contra las empresas mineras, dice que, con el plan, "Argentina parece estarse abriendo a los socios adecuados", lo que debería facilitar la búsqueda de financiación para Taca Taca.

Las empresas mineras también señalan un creciente consenso político en apoyo de la minería. Los tres principales candidatos presidenciales en la campaña de las elecciones generales de Argentina del año pasado promovieron la minería como una forma de impulsar el suministro crónicamente bajo de divisas del país y estabilizar su economía.

Aun así, será difícil poner en marcha los seis proyectos avanzados al mismo tiempo, dice Roberto Cacciola, presidente de la CAEM. La mayoría requerirá cientos de kilómetros de nuevas carreteras, varios miles de trabajadores altamente cualificados y nuevas infraestructuras de generación y transmisión de energía.

Muñoz, del CRU, dice que las empresas mineras necesitarán que se levanten los controles de divisas y capitales antes de iniciar la construcción. "Una cosa es la inversión previa a la construcción, de cientos de millones, pero la verdadera prueba llegará cuando una empresa minera esté lista para empezar a construir", dice. "¿Estará la economía en las condiciones adecuadas para que inviertan miles de millones de dólares?".

Carlos Saravia Frías, abogado especializado en minería radicado en Buenos Aires, coincide en que los clientes no tomarán decisiones de inversión definitivas antes de que se eliminen los controles. "No creceremos con controles, al menos no en la minería", dice. "Pero creo que el mundo realmente quiere que Argentina supere sus retos, porque necesita minerales, especialmente el cobre".

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