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Brasil estaría en una posición "privilegiada" para resistir la guerra comercial, según ministro de Hacienda

En medio de su viaje a Europa, el jefe de cartera de Finanzas, Fernando Haddad, expresó sus grandes esperanzas en un acuerdo de libre comercio entre la Unión Europea (UE) y los países sudamericanos.

Por Financial Times, editado por Karen Flores / Foto Financial Times. I Publicado: Lunes 31 de marzo de 2025 I 16:30
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Por Michael Pooler y Michael Stott

En Brasilia 

Brasil estaría bien posicionado para enfrentar una guerra comercial como un importante exportador de materias primas vitales con fuertes vínculos con los tres grandes bloques económicos del mundo, dijo el ministro de Finanzas, Fernando Haddad. "Brasil se encuentra en una situación privilegiada", declaró al Financial Times en una entrevista previa a un viaje a Europa.

Haddad expresó sus grandes esperanzas en un acuerdo de libre comercio entre la Unión Europea (UE) y los países sudamericanos, al tiempo que presumía de una "excelente relación bilateral" con China y calificaba a Estados Unidos de "socio histórico".

Haddad, ex académico y antiguo aliado del veterano presidente izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva, fue elegido para supervisar la economía más grande de América Latina cuando Lula regresó al poder en 2023.  “No hay manera”, dijo, de que Brasil se ponga de parte de China y Estados Unidos, su primer y segundo socio comercial más importante. Pero también apuntaría a abrirse a nuevos mercados, dijo, señalando que Lula "trabajó muy duro personalmente" para sellar el gran acuerdo del grupo comercial Mercosur con Europa, que se firmó en diciembre después de más de 20 años de negociaciones pero que todavía está esperando ratificación. 

El acuerdo entre la UE y el bloque Mercosur —que incluye a Argentina, Bolivia, Brasil, Paraguay y Uruguay— elimina los aranceles sobre el 90% del comercio bilateral, pero debe superar la resistencia de algunos estados miembros de la UE, entre ellos Francia y Polonia.  "Creo sinceramente que ha llegado su momento, pues creo que Europa se da cuenta de que tampoco tiene otro camino», dijo Haddad. «No se trata de alejarse de China ni de Estados Unidos... sino de crear nuevos espacios".

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Brasil es uno de los principales exportadores de alimentos del mundo, y Haddad destacó la creciente importancia de su industria procesadora. "Brasil ya no es solo el granero del mundo. Brasil se está transformando, en parte, en una especie de supermercado del mundo", afirmó.

La Casa Blanca ha nombrado a Brasil entre las naciones que cobran altos aranceles a los productos estadounidenses, pero aún no ha recibido medidas específicas y el presidente Donald Trump apenas ha mencionado al país desde que asumió el cargo por segunda vez. Lula ha tenido cuidado de evitar un conflicto abierto con Washington, aunque prometió quejarse ante la Organización Mundial del Comercio por el arancel del 25% que Trump impuso a todas las importaciones de acero. Trump busca revertir los déficits comerciales de Estados Unidos con otros países, pero Haddad señaló que Brasil es una de las pocas economías importantes con las que Washington disfruta de un superávit en bienes, que alcanzará los US$ 7.400 millones en 2024. También insistió en que los aranceles efectivos de importación de Brasil sobre productos estadounidenses eran mucho más bajos que las cifras principales debido a exenciones para productos específicos. 

Haddad llegó a Francia el lunes y se mostró optimista sobre las relaciones comerciales de Brasil con sus socios del continente. "Sobre todo después de los recientes episodios que sugieren que Europa ha vuelto al ruedo y tratará de reaccionar ante el acorralamiento fomentando el multilateralismo", afirmó.

En el ámbito nacional, Haddad ha supervisado un crecimiento del PIB superior a lo previsto, un bajo desempleo y una reforma histórica para simplificar el complejo sistema tributario brasileño. Sin embargo, se encuentra bajo presión de la clase empresarial debido a la fragilidad de las finanzas públicas y de los miembros de izquierda de su propio partido, que se resisten a los recortes de gastos. La preocupación de los inversores por el elevado déficit presupuestario nominal —que alcanzó el 8% del PIB en el año hasta enero— y la deuda provocaron una depreciación de la moneda brasileña en 2024, mientras que la popularidad de Lula se ha visto perjudicada por la inflación, que supera el límite objetivo del 4,5%. Los críticos dicen que el gasto público excesivo está complicando la tarea del banco central, que ha elevado los tipos de interés al 14,25%.

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Haddad afirmó que el sector financiero había estado excesivamente pesimista desde la victoria electoral de Lula. Algunos gestores de activos que apostaron contra el gobierno habían "perdido dinero", afirmó. "Están molestos porque el gobierno funcionó". Insistió en su firmeza con el gasto, recortando 35 mil millones de reales brasileños (US$ 6.1 mil millones) del presupuesto el año pasado, y afirmó que el gobierno seguía saneando las finanzas públicas. Sin embargo, las previsiones del FMI indican que la deuda pública bruta de Brasil aumentará del 87,6% del PIB el año pasado al 97,6% en 2029.

Al preguntársele si el gobierno tenía el déficit fiscal bajo control, respondió que era una pregunta sin sentido. "El ministro de Hacienda es como un piloto de Fórmula 1 en plena carrera... no se le llama para preguntarle si todo está bajo control". “Creo que tenemos un buen equipo, un buen coche y, quién sabe, quizá incluso un buen piloto”.

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