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Bolivianos se refugian en la búsqueda de dólares mientras se extiende la crisis de confianza

La caída de las reservas provoca una rebaja de la calificación y temores de una devaluación e impago de la deuda.

Por Financial Times, traducido por María Gabriela Arteaga / Foto: Reuters I Publicado: Jueves 16 de marzo de 2023 I 08:30
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"SomosUnPaísEstable", ha dicho el banco central de Bolivia en Twitter en repetidas ocasiones este mes. Las largas filas de personas ante sus oficinas clamando por comprar dólares sugieren lo contrario.

Las reservas de divisas de la empobrecida nación sudamericana llevan años reduciéndose, amenazando la vinculación del boliviano al dólar estadounidense. El 8 de febrero sólo quedaban US$ 372 millones de reservas netas y US$ 3.500 millones de reservas brutas, insuficientes para cubrir siquiera tres meses de importaciones. El Banco Central no ha publicado nuevas cifras desde entonces y los inversionistas se preguntan cuánto tiempo podrá Bolivia evitar una devaluación.

En una señal de la profundización de la crisis, Fitch rebajó el martes la calificación de la deuda boliviana hasta el nivel de "basura", asignándole una clasificación de B- con perspectiva negativa. La agencia de calificación citó "una mayor incertidumbre en torno a la capacidad de las autoridades para manejar esta situación, así como en torno a su gravedad, dado el continuo retraso en la publicación de los datos sobre las reservas internacionales".

El bono soberano de Bolivia para 2028 se cotizaba el miércoles a 64 centavos por dólar, un nivel que sugiere que los inversionistas creen que existe una posibilidad significativa de impago. El precio ha bajado desde los 80 centavos de principios del año.

Detrás de la crisis inmediata hay un problema más grave a largo plazo: el modelo económico boliviano de las dos últimas décadas ha fracasado. Este país sin salida al mar de 12 millones de habitantes ha prosperado durante años exportando gas natural a sus vecinos, pero las reservas están disminuyendo rápidamente y es probable que en 2030 Bolivia se convierta en un importador neto.

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Compra desesperada

El Banco Central adoptó este mes la medida poco convencional de ofrecer la venta directa de dólares al público después de que los bolivianos se quejaran de la dificultad para encontrar la divisa estadounidense en bancos y casas de cambio. El domingo pasado, el banco central dijo que había vendido US$ 24,1 millones de sus reservas al público entre el 6 y el 12 de marzo.

El presidente del Banco Central, Edwin Rojas, dijo que los compradores de dólares habían sido "víctimas de un proceso especulativo" y una nota de prensa del banco afirmaba que había "satisfecho la demanda del público" la semana pasada.

Sin embargo, esta semana siguieron formándose filas de personas intentando comprar dólares frente a la sede del banco central en La Paz. La gente también esperaba fuera de las sucursales del Banco Unión, un banco estatal al que el Banco Central le permite vender dólares, en las ciudades de Santa Cruz y Cochabamba.

La crisis de confianza se extendió este martes al Banco Fassil, un banco privado con activos por valor de US$ 4.200 millones. Los clientes se apresuraron a retirar sus ahorros entre rumores, desmentidos por el banco, de que el organismo regulador financiero de Bolivia estaba a punto de intervenir. La gente esperaba fuera de las sucursales para retirar efectivo, y algunas personas dijeron en los medios locales que no se les permitía retirar más de 10.000 bolivianos (US$ 1.451).

El Banco Fassil dijo en un comunicado que la crisis fue provocada por "intereses específicos orientados a generar desestabilización en el sistema financiero boliviano".

El Ministerio de Finanzas no respondió a las solicitudes de comentarios y el banco central remitió las consultas a sus declaraciones publicadas.

Los economistas dicen que los problemas económicos de Bolivia están muy arraigados y exigen medidas drásticas. "Las reservas de divisas están tan agotadas que será muy difícil para Bolivia evitar una corrección de la tasa de cambio y los controles cambiarios", dijo Ramiro Blazquez, jefe de investigación de BancTrust en la vecina Argentina. "Podrían subir las tasas de interés para intentar evitar una devaluación, pero en algún momento tendrán que hacerlo".

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Políticas erróneas

Años de políticas estatistas del gobierno socialista de Bolivia han ahuyentado a los inversionistas y han desalentado la realización de nuevas exploraciones de petróleo y gas. Las subvenciones a los combustibles, ruinosamente caras, han generado un floreciente comercio de contrabando, en el que el diésel boliviano de bajo precio se transporta ilícitamente por la frontera para venderse a los vecinos Perú y Chile. Las importaciones de combustibles se dispararon del 11% de las importaciones totales de Bolivia en 2015 al 34% el año pasado, según estimó la agencia de calificación S&P Global Ratings.

Las reservas de oro de Bolivia podrían constituir una fuente alternativa de reservas de divisas, pero en su mayoría son extraídas por operadores no registrados que sacan del país de contrabando hasta US$ 2 mil millones al año del metal precioso, según algunas estimaciones.

El gobierno está intentando aprobar una ley que le permitiría al banco central comprar oro directamente de los mineros informales y utilizar sus reservas actuales con mayor libertad, pero la medida está atascada en el Congreso.

La crisis económica se produce en medio de una lucha política cada vez más enconada entre el presidente Luis Arce y su antiguo aliado, el expresidente Evo Morales. Arce fue ministro de Economía en el último gobierno de Morales, pero desde entonces ambos se han distanciado en una lucha de poder que ha dividido al gobernante Movimiento al Socialismo (MAS).

"El gobierno tiene muy poco margen de maniobra", dijo Luis Prato, economista senior de Torino Capital en Nueva York. "Tienen algunas posibilidades a corto plazo para acceder a la liquidez, como vender los DEG (derechos especiales de giro; activos de reserva) del FMI o acelerar los préstamos de las entidades crediticias multilaterales. Pero el mayor reto es el déficit fiscal, que será del 6,5% este año".

En 2022, la deuda pública de Bolivia representaba aproximadamente el 66% del Producto Interno Bruto, pero la mayor parte se les debe a entidades crediticias multilaterales. La deuda externa con los tenedores de bonos privados es baja, de sólo US$ 2 mil millones, con un servicio de la deuda de US$ 300 millones que vence en 2023, según Fitch.

"Aunque se trata de cantidades bajas, la capacidad y la voluntad soberanas para pagarlas podrían ponerse en duda si las reservas internacionales siguen disminuyendo", dijo la agencia de calificación.

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