Sector privado en alerta por alza en contrabando que impulsa al crimen organizado en la región

La triple frontera que existe entre Perú, Bolivia y Chile se ha transformado en una especie de caldo de cultivo para el crimen organizado, estiman expertos en seguridad.

De acuerdo con la Cámara Nacional de Industrias (CNI) de Bolivia, la legitimidad social del contrabando en este país es tal que "el 48% de los encuestados consideran que esta actividad ilícita es importante para la economía nacional”. 

Esto es respaldado por la Iniciativa Global contra el Crimen Organizado Transnacional, organismo que develó que este fenómeno crece en 22 de los 35 países del hemisferio y Bolivia tiene el crecimiento más acelerado después de Guyana.

A raíz de esto, la CNI organizó un evento donde participaron expertos de los tres mercados, exponiendo las causas y las consecuencias asociadas al crimen organizado.

"Desde hace un año venimos advirtiendo sobre el progresivo incremento del contrabando y su acción cada vez más violenta en la región. Ahora le toca al sector público hacer su trabajo para lograr acciones coordinadas contra este flagelo”, señaló a DFSUD el presidente de la CNI, Pablo Camacho.

Al respecto, el abogado y exfiscal chileno, Carlos Gajardo, comentó que "Bolivia no es solo un país de paso, también recibe el impacto de la delincuencia que acarrea el contrabando y las bandas transnacionales detrás de este”.

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Cabe señalar que este crecimiento se produce, entre otros factores, por la colusión del contrabando con otros delitos transfronterizos como el narcotráfico, el lavado de activos o la trata de personas.

Por su parte,  el exministro del Interior de Perú, Ruben Vargas, expresó que "el comercio ilícito comparte territorios, logística y rutas con el tráfico de otros bienes, entre ellos la droga, el oro ilegal o las armas".

“El contrabando integra un sistema complejo mercados y economías ilegales que coinciden en los mismos territorios y circuitos logísticos; se soportan en las mismas redes de actores criminales (incluyendo organizaciones criminales); y apelan a un uso similar de la violencia”, argumentó.

Asimismo, Camacho señaló que en Bolivia la dinámica del contrabando ha cambiado y pasó de ser una actividad comercial informal, a ser parte de organizaciones delictivas cada vez más violentas.

Esta situación (contrabando) ha sido "naturalizada" por los ciudadanos, "y ahora tenemos que luchar para evitar naturalizar, también, el crimen organizado”.

Asimismo, apuntó que "la convivencia ancestral con la práctica del contrabando, la convicción de que se trata de una fuente de ingresos fundamental en el ámbito de la informalidad y el impacto en el ahorro en los gastos familiares, hace que la gente perciba al contrabando como una actividad legítima, socialmente permitida y masiva".

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