Ica y Huancayo, los epicentros de las protestas en Perú
Ambas ciudades han marcado parte de las protestas que se han dado en el país. Incluso el gobierno hizo una reunión de gabinete en una de ellas para enviar una señal y tratar de dejar atrás el conflicto.
Un oasis en el desierto. El departamento de Ica, situado al sur de Lima, en el valle que forma el río del mismo nombre, es una de las ciudades más importantes por su cercanía con la capital y porque es donde se sitúan las grandes agroexportadoras del país, especialmente de espárragos.
Con uno de los niveles de pobreza más bajo del país (en 2020 alcanzó un 8,6% afectado por la pandemia, frente a 2019 cuando registró un 1,9% de pobreza), ha sido uno de los lugares que acapararon miradas en las manifestaciones de los últimos días en ese país, con fuertes enfrentamientos en la carretera, los que incluso terminaron con un muerto. El descontento social en la zona se hace sentir por malas condiciones laborales de los trabajadores.
Por el contrario, Huancayo, una ciudad más hacia el interior del país, donde iniciaron las protestas y que este jueves recibió la reunión de ministros del gobierno, es una de las ciudades con más pobreza en Perú, superando el 30% según el organismo. También es la cuna de Perú Libre, partido que llevó a la presidencia a Pedro Castillo, sin embargo, eso no ha implicado que sus ciudadanos se sientan descontentos con el Mandatario.
De acuerdo con el politólogo Alonso Cárdenas, “Ica es una región netamente agroexportadora, estas compañías ganan mucho dinero pero los trabajadores no tienen derechos laborales plenos. Además, se han recortado muchos de sus derechos por una ley para fomentar la agroexportación”, es por esto que muchos peruanos se han sumado a un descontento transversal y nacional, agravado por la inflación y el alza de los combustibles.
Protestas
No es la primera vez que Ica se ve envuelto en movimientos sociales. A fines de 2020 se levantaron los trabajadores agrícolas por sus condiciones laborales.
Hoy, sin embargo, la situación parece ser distinta y en Perú está la teoría de que quienes han participado de las protestas más duras, “no es gente de la zona”, sino que serían grupos que buscan aprovechar la debilidad del gobierno.
Por el contrario, Cárdenas explica que en Huancayo, la realidad es distinta. “Ahí la protesta es efectivamente porque el gobierno no ha tenido ninguna reacción frente al incremento internacional de los precios de los fertilizantes y de la energía, básicamente el petróleo”, dice.
El descontento social se refleja en el nivel de desaprobación que tiene el Gobierno actualmente, el cual alcanza el 76% y supera el 81% en el caso del Congreso, según los últimos datos entregados por Datum.
Origen y ¿final?
Cárdenas argumentó que este descontento no es reciente, es solo una olla a presión que viene desde la década de 1990 y los peruanos se han cansado. “El problema es que el sistema político peruano nacido de la Constitución de Fujimori ha entrado en una crisis terminal, pero al mismo tiempo no lo dejan morir”, dice.
Con cinco gobiernos durante los últimos seis años y quizá un sexto- si dimite o logran la vacancia de Castillo en una tercera oportunidad-, el nivel de inestabilidad del país ya está llegando a la ciudadanía, dado que no se han impulsado soluciones reales a los problemas de la población.
El gobierno “se está desmoronando, no por la oposición de la extrema derecha, sino porque Castillo ha sido totalmente incapaz de rodearse de un equipo de nivel”, dice el politólogo.
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