¿Hacia dónde va la crisis de Venezuela con la nueva emergencia económica de Maduro?
En medio de sanciones y un contexto arancelario global, Venezuela intenta de nuevo salir adelante con medidas económicas drásticas que pesan sobre sus ciudadanos, en especial, sobre los comerciantes que son amenazados por duras fiscalizaciones y multas cuantiosas para contener el alza del dólar paralelo.

En medio de sanciones y un contexto arancelario global, Venezuela intenta de nuevo salir adelante con medidas económicas drásticas que pesan sobre sus ciudadanos, en especial, sobre los comerciantes que son amenazados por duras fiscalizaciones y multas cuantiosas para contener el alza del dólar paralelo.
El régimen de Nicolás Maduro en Venezuela, que había logrado cierto alivio económico tras el levantamiento de los controles cambiarios y de precios en 2018, enfrenta ahora un nuevo escenario adverso: el retorno de sanciones por parte del Gobierno de Donald Trump. Entre las medidas destacan aranceles del 15% a las exportaciones, un 25% adicional para los compradores de petróleo y gas venezolano, y el fin de licencias para operar en el país a petroleras extranjeras como la estadounidense Chevron y la española Repsol.
Bajo este contexto, ¿cuál es el escenario que se plantea para la economía venezolana? Para el economista y presidente de Datanálisis, Luis Vicente León, el retorno de Trump a la Casa Blanca ha significado un cambio para el mundo, pero, para Venezuela es más evidente porque se pone sobre la mesa la posibilidad de regresar a una política de máxima presión, que ya se impuso en 2019. “Con esa política, se podría generar un nuevo ciclo de aislamiento y sanciones, especialmente en el sector petrolero, con el objetivo de forzar cambios en la conducta” de la actual administración, dijo el experto.
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León calificó la estrategia de Trump como inesperada y advirtió que podría tener al menos tres efectos adversos. En primer lugar, dificultaría la cooperación entre ambos países para abordar la crisis migratoria venezolana, pues requeriría cierta estabilidad económica para la reintegración de los deportados.
En segundo lugar, señaló que los aranceles podrían generar presiones inflacionarias en EEUU, al afectar los precios de la gasolina. “Cuando se saca del mercado a Venezuela que, a pesar de ser un productor pequeño, es la mina de petróleo más grande del mundo, pierdes la oportunidad de impulsar una estrategia que permita comprar petróleo a precios más competitivos que los de Canadá o México”, indicó.
Y advirtió que las sanciones podrían no tener el efecto deseado sobre el régimen de Maduro. Al contrario, podrían abrir las puertas a una mayor presencia de actores no occidentales, como China, Rusia o Irán, dispuestos a operar en el país sin atender las restricciones impuestas por EEUU. “No es verdad que esos campos petroleros se van a paralizar. Primero los operará Pdvsa, y luego también lo harán estas potencias que ignoran la estrategia sancionatoria estadounidense”, explicó.
Entonces, ¿qué busca Trump con estas medidas sobre Venezuela? El presidente de Datanálisis sostuvo que “no sabemos si es una jugada de póquer para mejorar su capacidad de negociación y llevar todo a un escenario distinto, que podría ser más bien la construcción de un monopolio estadounidense en Venezuela (…) Pero lo que vemos en el corte transversal son mensajes negativos que alteran la economía, que la van a deteriorar, que van a expulsar más gente, que van a provocar más crisis y que están volcando a Venezuela hacia el mercado oriental”.
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Controlar vs. negociar
Aunque no se pueden predecir los resultados de las decisiones de la administración Trump sobre Venezuela, lo cierto es que las relaciones entre ambos países están cada vez más tensas. Frente a ello, la respuesta de Maduro fue firmar la semana pasada un decreto que declara la emergencia económica en el país y lo faculta para ordenar “medidas urgentes y de carácter extraordinario” durante los próximos 60 días.
León justificó esta decisión porque “es muy difícil para un Gobierno no tomar medidas para tratar de evitar grandes desequilibrios”. “Yo no diría que (Maduro) se volvió loco y está decretando una emergencia que no existe. Claro que existe y, además, puede ser severa en el futuro. Pero ¿lo necesita? Bueno, un poco cuestionable porque ellos tienen el control de las instituciones”.
En este sentido, trazó dos rutas que podrían definir el destino del país caribeño. En su opinión, a la luz de este decreto de emergencia, el régimen podría retomar el camino de los controles de precios, que se vivieron en 2018 y 2019, junto a un control de cambio con las supervisiones estrictas al comercio, pero con el riesgo de que vuelvan los problemas de abastecimiento, alza de precios e inflación.
En la otra vereda, el economista planteó la posibilidad de que Maduro asuma “políticas de negociación sobre el mercado” para intentar que no se produzca sobreprecio o reacciones sobredimensionadas frente a las expectativas de devaluación futura. “O sea, negociar, discutir, acordar y tratar de evitar la indexación de los precios en acuerdo con el sector empresarial; eso es una cosa distinta a los controles de precios”, puntualizó.
León recordó que en 2021 y 2022, el régimen vivió una situación similar que le permitió ganar cierta estabilidad de la economía y aliviar los precios al negociar con el sector privado: “Este Gobierno tiene que haber aprendido que le fue mucho mejor en la economía abriendo que cerrando”.
En este contexto, el abanico de opciones que puede elegir Maduro son múltiples, según el experto. “Pudiera decidir una devaluación en el tipo de cambio para acercar el tipo de cambio oficial al tipo de cambio paralelo, negociado básicamente con el sector privado; o podría utilizar los dólares en efectivo que circulan por la economía y permitir que se reserven en las cuentas custodia y que se pueda transferir y usar como una cuenta real, e incluso financiar algo de crédito con esas cuentas, con lo cual ampliaría la liquidez monetaria en dólares y pudiera hiperestimular algunos procesos productivos”.
Entonces, ¿qué hará el régimen? El economista dijo que no hay certezas, pero consideró que “tiene que estar dispuesto a asumir costos de inflación y devaluación. Tiene que explicarle a la gente y compensar”.
Mientras el régimen decide…
“No hay forma de evitar un deterioro en la economía venezolana en el año 2025”, anticipó León ante la “reducida capacidad de respuesta” que tiene el régimen. Y añadió: “No hay peor inflación que la de un producto que no está en el anaquel”.
Por lo tanto, una vez más serán los venezolanos quienes sufran los efectos de esta realidad; por eso, insiste en una alternativa de diálogo y negociación para “buscar medidas económicas que impidan que la población en el camino se destruya, que su capacidad de compra se pulverice, que tenga que volver a pasar por grandes desabastecimientos”.
En relación a la posibilidad de que Maduro pueda reducir el impacto de estas circunstancias sobre el bolívar, la moneda oficial de Venezuela, y seguir manteniendo el uso del dólar, como táctica que ayudó a bajar la presión en la economía, “la estrategia más sana sería reconocer un tipo de cambio dual, donde tú pudieras reconocer el uso legal del bolívar y el dólar, como lo tienen muchos otros países”. De esta forma, habría un incentivo a las operaciones digitales y se disminuiría la dependencia a la moneda física.
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Dialogar
El contexto en el que se desenvuelven hoy las relaciones entre Venezuela y Estados Unidos solo deja una opción para ambos: “Buscar un acuerdo que sea racional e inteligente, que permita repensar esa relación”, señaló León. Esto porque es necesario solventar el tema económico con los asuntos petroleros y el migratorio entre ambos países.
Adicionalmente, dijo el economista, “es muy importante entender que tienen que haber algunos cambios políticos, es decir, algunas negociaciones que preserven espacios democráticos en Venezuela”. No obstante, “esto no necesariamente significa un cambio de gobierno, porque Maduro jamás va a poner en riesgo su propia cabeza, pero sí hay espacios de democratización que hay que cuidar y que pueden ayudar a avanzar en la preservación de la oposición hacia el futuro”.
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