Alfredo Thorne: “Cada vez el presidente de Perú se ve más arrinconado”

El lunes, Pedro Castillo, Presidente de Perú, se enfrentó a una segunda moción de vacancia impulsada por la oposición. Aunque el Congreso no estuvo cerca de aprobar la medida -que tuvo 55 votos a favor y 54 en contra del recurso-, la gobernabilidad en ese país sigue siendo un factor de atención, ya que todo apunta a que habrá nuevos enfrentamientos.

Alfredo Thorne, director de la consultora de finanzas corporativas Thorne & Associates y ex ministro de Economía y Finanzas de Perú, cree que Castillo no tiene muchas oportunidades de terminar su mandato. En conversación con el podcast Primer Click de Diario Financiero, resume su mirada de lo que está pasando en su país.

A juicio de Thorne, Castillo está cada vez más arrinconado, puesto que la primera moción no había llegado a ser discutida en Congreso y, ésta última, sí logró los votos para llegar al pleno.

“Me da la impresión que las investigaciones de la fiscalía y la insatisfacción popular con su gobierno, eventualmente van a llevar a arrinconarlo a que renuncie o que se haga una petición -como planteó un ex presidente-, para que el congreso lo vaque”, señaló.

¿Posibilidades de que termine su mandato? “Seamos bien sinceros, es como echar una moneda al aire…”, dice.

Problemas fiscales y económicos 

Las razones por las que se pretendía destituir al presidente incluye acusaciones de corrupción en licitaciones que están en investigación en la fiscalía, cuestionamientos al desempeño de algunos ministros y una “incapacidad moral” del presidente por haberlos nombrado, entre otras. 

El Ministerio Público de Perú ordenó el pasado lunes la detención preliminar durante diez días contra once personas investigadas por presunta corrupción en el entorno del Ejecutivo, entre ellas se encontraba el exsecretario de Palacio de Gobierno, Bruno Pacheco, así como dos sobrinos de Castillo.

Para Thorne, lo que le pasó a Castillo es que llegó con una agenda de reforma, explotó la dicotomía entre lo rural y lo urbano, se puso muy del lado de los pobres, pero “llega al gobierno, los escándalos son aquellos donde el mismo y su entorno han tratado de enriquecerse a costa de esa parte de la población, entonces existe frustración de ellos, que no han recibido la ayuda y, además, por contexto internacional, han sido golpeada por la inflación y la desaceleramiento de la economía”.

Thorne dijo que en lo personal no es un gran creyente de la vacancia, porque es una forma extrema de hacer las cosas, pero cree que si se logran detectar actos de corrupción, el Presidente debería renunciar.

Respecto de la oposición, dijo que se ha visto un fraccionamiento de los partidos del centro político, lo que ha quedado demostrado en cómo han votado en el Congreso cuando se les ha pedido que ratifiquen alguno de los tres gabinetes que ha formado Castillo y con cómo han avanzado.

“Cada vez el ala de centro-derecha (más radical) está ganando más adeptos y se acerca a decir que renuncie o que se vaya a la posibilidad de decir que renuncie o que se vaya, o cualquiera sea el formato”, dice.

Fundamentos económicos

Pese a los problemas políticos, a nivel económico se destacan los fundamentos económicos que han dado estabilidad. Thorne cree son esos “fundamentos los que nos tienen donde estamos hoy”.

En esa línea destacó que el país creció el año pasado 13%, que se debe a que el gobierno anterior creó un paquete de estímulos de 18 puntos del PBI. “Sólo Estados Unidos puede hacer algo así”, recalcó, a lo que habría que agregar el aporte de otros 10 puntos del PIB en base al retiro de ahorros, como fueron los de los fondos de pensiones.

“Cuando dicen que a Perú le fue mejor que a Colombia… ¡momentito!, Colombiano no diseñó un programa tan comprensivo como el de Perú… las comparaciones son un poco odiosas, pero eso también significa que la posibilidad de seguir esa ruta de estímulo de la economía por el lado público, ya se agotó”, dijo.

Por eso, recalca que este año se comparará frente a un período anterior donde hubo acceso a fondos e inversión privada, la que ahora se verá golpeada por la incertidumbre política. “La normalidad la vamos a ver con los números de 2022, no con los de 2021”, dice.

El partido de gobierno azuza a los trabajadores

Pese a todo esto y la conflictividad que se han visto con comunidades locales, en Perú se están realizando grandes proyectos, como el puerto Chancay o una faena de minera Anglo American. 

“La caída en la inversión minera se va a ver una vez que se termine la construcción de ese proyecto, porque las iniciativas que están avanzando son contadas: Mina Justa, Quellaveco y Toromocho”, dice y agrega que los efectos de la conflictividad sí se están viendo, por ejemplo con lo que está pasando con Southern Copper o Las Bambas.

“A la vez tenemos un gobierno que tiene un partido que constantemente azuza a los trabajadores a hacer manifestaciones, algo que los anteriores gobiernos buscaban solucionar… eso va a afectar a la minería a partir de 2023 o 2024”, recalca.

¿Por qué un inversionista podría estar mirando acciones peruanas? “Los fundamentos de la economía están ahí, la economía en sí misma no ha cambiado, no han habido estatizaciones o reducciones de capacidad… es muy fácil pensar que el día que Castillo salga, quien entre puede echar un poco de aceite a las máquinas y hacerlas caminar nuevamente”, explica.

“Nos convertimos en un sistema parlamentario”

Consultado sobre la posibilidad de que un próximo mandatario pueda efectivamente lograr eso, dados los constantes roces que se han visto en los últimos años con el Congreso, Thorne cree que “esta dicotomía entre rural y urbano ha hecho reflexionar a la clase política, los ha hecho pensar que hay una tarea pendiente, donde el modelo que implementamos no fue el correcto, porque no se llegó a los segmentos de bajos ingresos y no se pudo incorporar esa masa trabajadora de bajo recursos, darle protección social, salud, colegios. Ese es un pendiente y quien llegue, sea derecha o izquierda, tendrá que cumplirlo”, señala.

Sobre el retorno a la gobernabilidad, Thorne señala que hasta 2016 se creía que el país tenía una constitución presidencialista, pero luego de ese año, con la salida de Pedro Pablo Kuczynski en 2018, se abrió una puerta que nunca se ha podido cerrar: “Nos convertimos en un sistema parlamentarista… el Congreso puede vacar al presidente”, dice.

Para solucionar esto -agrega- “tenemos que hacer política con P mayúscula. En vez de que la oposición esté preocupada por los 87 votos (para impulsar vacancias), pues se deberían ir a hacer política a los distintos pueblos y decirles cómo les van a solucionar sus problemas”.