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¿Qué está pasando con las low cost en Colombia y a qué se debe la crisis de Viva y Ultra Air?

Las dos low cost, de las cuatro que existen en Colombia, atraviesan sendas crisis financieras y la solución para ellas parece estar cada vez más lejos.

Por María Gabriela Arteaga / Foto: Archivo I Publicado: Viernes 24 de marzo de 2023 I 06:34
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La industria aérea colombiana ha estado sumido en una crisis tras otra, especialmente en el modelo low cost que representa alrededor de 40% del mercado.

Han sido meses complejos, situación atribuida por analistas a la invasión de Rusia a Ucrania, que ha derivado en el alza del precio de los combustibles y en su impacto en la inflación global.

Pero, ¿por qué el efecto ha sido mayor en el sector de bajo costo? Porque las aerolíneas que operan esencialmente en el mercado doméstico reciben ingresos en moneda local.

En el caso del país cafetero, en pesos colombianos, una divisa que a febrero se había devaluado 5,14%, siendo la tercera con peor desempeño del mundo ese mes.

Considerando que la mayoría de las deudas y el pago de proveedores (combustible y arriendo de aeronaves), se hacen en dólares, la presión para las cuatro low cost en el país se ha hecho cada vez mayor. De esas, dos han quedado entrampadas en sus crisis financieras: Viva Air, con 10 años de historia, y Ultra Air, con tan solo un año.

¿Se tambalea la integración con Viva?: Avianca estudiará las condiciones impuestas por el regulador para determinar si la operación sigue siendo viable

La firma pionera sin rumbo fijo

Viva Air nació hace 10 años y fue la encargada de introducir el modelo low cost en Colombia. Su caso ha sido el más controversial y mediático, porque no solo ha derivado en una crisis de mayor impacto social, sino que ha involucrado a grandes actores de la industria locales y chilenos.

La historia reciente comenzó en abril de 2022 cuando Avianca pagó US$ 240 millones por los derechos económicos de Viva Air. En ese momento, la aerolínea de bajo costo no estaba en la situación crítica que, tres meses después, permitió afirmar que había una crisis financiera -por la pandemia y la guerra en Ucrania-, y que la integración con Avianca, bajo el Grupo Abra, era la única salvación.

La solicitud de unión empresarial ante la Aeronáutica Civi llegó el 8 de agosto y en enero recibieron un primer “no” como respuesta.

El análisis del caso fue anulado por un error de procedimiento de la Aerocivi y las compañías volvieron a introducir la documentación. Eso sí, ya entonces Viva Air advertía que no tendría caja suficiente para esperar cinco o más meses por una respuesta.

Así, llegó el 27 de febrero. Sin una decisión, la low cost suspendió sus operaciones, afectando a miles de viajeros en Colombia y en Perú, y también en la industria turística.

En paralelo, el regulador analizaba si la integración de Viva y Avianca se había dado en abril sin su permiso y terceros interesados (Latam Airlines, Wingo, Aerolíneas Argentinas y Ultra Air) tomaron partida del caso. Alegaron, entre otras cosas, conflicto con la repartición de los slots en el aeropuerto de Bogotá. Y es que Viva y Avianca tendrían, juntas, más del 60% del mercado y, por ende, más espacios de despegue y aterrizaje en horario prime.

Ante ello, Avianca puso sobre la mesa devolver algunos puestos, poner un techo de precios en algunas rutas y tener conectividad con Satena, la aerolínea estatal. Pero no fue suficiente.

En eso, un nuevo actor sacudió el mercado. JetSmart, basada en Chile, ofreció comprar el 100% de Viva, dando a entender que Avianca no era la única opción. Y luego se sumó Latam.

Viva y Avianca rechazaron la movida, y pidieron al regulador pronunciarse pronto. Pasaron semanas, hasta que finalmente la Aerocivil anunció la aprobación de la fusión, pero con condiciones; medidas que Avianca dijo necesita estudiar para ver viabilidad de la operación.

Así las cosas, nada está dicho y Viva dice estar al borde de la liquidación.

¿Ultra Air en caída libre?: Superintendencia de Transporte adopta medidas especiales ante eventual cese de operaciones

Ultra suspende venta de boletos y vuelos

Ultra Air tiene solo un año activa en Colombia y fue creada por William Shaw, el mismo fundador de Viva Air.

Hasta ahora, la compañía había asegurado “estar operando con éxito”, pero los números parecen demostrar lo contrario. Su situación interna, plagada de deudas, no solo estaría haciendo inviable su operación en el mercado local, sino que llevaron a JetSmart a desistir de comprarla, poco después de intentarlo también con Viva.

Estando al tanto de lo ocurrido, el gobierno ha estado en alerta ante la posibilidad de que Ultra siguiera los pasos de su competencia, en cuanto al cese de operaciones. Y, aunque desde la empresa desmintieron esa posibilidad, sí reconocieron que no son “ajenos a la situación actual, donde los diferentes factores macroeconómicos han afectado la industria”.

La firma aseguró estar “respaldada por inversionistas sólidos que creen en el proyecto de la compañía y que son conscientes de los retos actuales del sector”.

Sin embargo, no se han reportado mejoras y el tiempo comienza a correr en contra.

Después de que JetSmart bajara su oferta, la Superintendencia de Transportes del país dio inicio a una serie de medidas administrativas que buscarían proteger la movilidad en el país.

De esta manera, el gobierno hará un seguimiento punto a punto para identificar las condiciones de la compañía de forma diaria y semanal.

En este tiempo, Ultra deberá “implementar acciones necesarias, preventivas o correctivas, relacionadas con el plan de manejo de pasajeros ante un eventual cese y/o suspensión de operaciones”.

Por ello, este jueves, la firma anunció la suspensión de venta de boletos hasta el 30 de abril y la reprogramación de vuelos, asegurando que “se presentaron novedades con dos aeronaves, las cuales sufrieron afectaciones técnicas.

En medio de este escenario, y como indican medios especializados en el sector, Ultra arriesga la confiscación de gran parte de su flota por no pago de los arriendos correspondientes.

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