Milei enfrenta primera prueba de fuego en las calles y sigue sin destrabar plan de austeridad en el Congreso

El Presidente de Argentina, Javier Milei, se convirtió este miércoles en el jefe de Estado que más rápido ha enfrentado un paro nacional desde el retorno a la democracia.

A tan solo 45 días de su llegada al poder, el principal gremio del país lideró una masiva movilización en Buenos Aires, en la que se estima participaron unas 150 mil personas y que derivó en una huelga general del transporte.

Los manifestantes se tomaron las calles para rechazar el Decreto Nacional de Urgencia (DNU) propuesto por el mandatario y también la llamada Ley Ómnibus, sobre la cual el Gobierno ha tenido que ir haciendo concesiones para conseguir el complicado apoyo del Congreso.

Cuando recién parecía que esto estaba saldado, que se tenían los votos para avanzar -luego de la fractura del Partido de la Unión y de que se retiraran empresas como la estatal petrolera YPF y el Banco Nación de la lista de las que serían privatizadas-, el escenario para Milei volvió a complicarse.

Hay al menos tres áreas en los que aún no se logra acuerdo: algunos artículos relacionados al incremento de las retenciones al campo, específicamente que se suban los impuestos a los exportadores de granos; también sobre cómo debe ser el mecanismo de transferencia de recursos de la Nación a las provincias; y la fórmula de las jubilaciones.

Por esto, los legisladores pospusieron hasta el próximo martes la votación clave sobre parte de esa agenda para dar tiempo a más negociaciones. Mientras, el kirchnerismo pidió una sesión especial para tratar de frenar el DNU, antes de que Milei logre seguir ganando adeptos a la interna.

La aprobación del proyecto de ley será crucial para que la actual administración cumpla los objetivos establecidos por el Fondo Monetario Internacional (FMI) en su última revisión del programa de ayuda de US$ 44.000 millones.

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En la calle

En paralelo, la mirada estaba puesta en cuánto realmente lograba la Confederación General del Trabajo (CGT) movilizar para definir los pasos a seguir.

“Si la protesta es masiva, a los legisladores les resultará más difícil votar a favor del Gobierno. Pero si la protesta fracasa, quedará claro que Milei todavía cuenta con el apoyo de la población”, dijo en una entrevista a Bloomberg el analista político Raúl Timerman.

Aun sin datos concretos de la asistencia, en las calles los asistentes se mostraban firmes en el rechazo al plan de ajustes de Milei.

“Esas no son medidas económicas, son medidas de despojo que nada tienen que ver con la economía”, dijo a DFSUD Eduardo Fernando Valdés, de unos 60 años.

“¿No hay plata? Bueno, está bien. Pero yo no tengo tiempo. No solo no tengo plata, no tengo tiempo. Necesito medidas económicas reales”, agregó.

Por su parte, Carolina Aponte (28), expuso sus razones para estar presente en la cita. “En mi caso particular, lo que más me motiva es la Ley de Tierras. Al sacarla, le están dando el poder a cualquier empresa, a cualquier multimillonario, que compre la extensión de tierras que desee. Me parece una locura total”, expresó.

También se refirió a la eliminación de la Ley de Alquileres que, si bien reconoció que “no era muy buena”, estimó que sacarla “dejó a todos en el horno”.

Aseguró que la situación actual le recuerda a la crisis de 2001 que, aunque la vivió siendo muy pequeña, vio a sus padres “pasándola muy mal”. “Como que las medidas son las mismas y las personas que están poniendo en el Gobierno son las mismas que ya nos llevaron a esto”, señaló.

Tras esta primera prueba de fuego, crecen los desafíos para Milei: armar su proyecto de Gobierno para responder a quienes votaron por él; lograr consensos con una fracturada oposición que este miércoles reconoció -en la voz del dirigente sindical Facundo Moyano- ser responsable de la crisis que atraviesa el país; y ampliar la base de apoyo mientras la situación económica apremia.

El libertario llegó al poder en medio de una prolongada crisis con alta inflación, que sumió al 40% de los argentinos en la pobreza. Pero tras asumir el gobierno, la inflación se duplicó y superó en diciembre el 25% mensual.