Sequía que golpea a Argentina podría impactar a la baja el precio de la carne en los próximos meses

Como si no tuviera suficientes enemigos con los que pelear, a la inflación argentina se le complica cada vez más el panorama, y en el arranque del año la carne se sumó al listado de segmentos que metió presión sobre los precios. Sin embargo, esta situación se podría comenzar a calmar e ingresar en un terreno menos turbulento.

Luego de haber mostrado un comportamiento sin grandes sobresaltos en 2022, arrancó 2023 con movimientos demasiado fuertes.

Según los últimos datos que difundió el Indec, el alza de "Carnes y derivados" alcanzó en febrero pasado un 21,1%, mientras que los cinco cortes que informa el Indec también tuvieron aumentos muy importantes si se tiene en cuenta de que solo se trata de un mes: Asado (28,6%), Carne picada (35%), Paleta (33,5%), Cuadril (34,3%) y Nalga (32,8%).

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De esta forma, en el primer bimestre del año el protagonismo de la carne fue importante -luego de haber tenido dormidos los precios en buena parte de 2022- y fue uno de los grandes segmentos causantes del alza inflacionario.

Pero la sequía, que tanto daño le genera a la economía en general, en este caso le dará una mano al Gobierno, al menos en cuanto a la contención de daños de la inflación.

La falta de lluvias está volviendo a generar que los productores vendan sus animales con mayor velocidad e incluso a menores precios, todo ante la falta de alimento para su engorde.

Según afirman en el sector, esto se comenzará a hacer más notorio en los próximos meses, por lo que se espera que llegue la calma a los precios de la carne en los mostradores.

"Si las vacas mueren, para el productor esto representa un problema muy grande, una pérdida. Entonces la decisión que se toma es la de engordarlo a corral de la forma más rápido posible, y ya venderlo. Esto obviamente termina generando que la oferta en el mercado sea mayor", sostuvo a El Cronista una de las fuentes consultadas.

La gran duda que surge entonces es hasta cuándo se extenderá esta situación. Y la respuesta más lógica es que todo dependerá del clima. Mientras los procesos de engorde del ganado no vuelvan a ser los normales, difícil será que se revierta la idea de vender los animales lo más rápido posible.

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