Marcela Torres, la ejecutiva que condujo la travesía de Uber en Colombia

A casi un año de asumir el cargo como directora general de Uber para la región Andina, Centroamérica y el Caribe, Marcela Torres asegura haberse reconectado en esta compañía con su propósito; aquel que descubrió cuando incursionó en el mundo del emprendimiento de las microfinanzas, a mediados de los 2000: “Generar espacios para que las personas tengan mejores oportunidades económicas”.
La ejecutiva colombiana, nacida en Cali hace 43 años y madre de dos pequeñas niñas, lleva casi cuatro años formando parte de la plataforma de movilidad estadounidense y ha ocupado tres cargos distintos.
Llegó como líder de estrategia de esa región que hoy lidera y, poco después, en el año 2020, asumió la gerencia general de su país natal.
Reconoce que no ha sido una experiencia fácil y es que –literalmente- le ha tocado conducir a la firma a través de grandes desafíos internos y externos.
“Asumí la gerencia en Colombia después del cierre de la aplicación en el país debido a un injusto fallo judicial que logramos revertir meses después”, contó a DFSUD.com.
“Este fue un gran reto por la complejidad de la coyuntura que estaba viviendo la operación y por el impacto que tuvo el cierre de Uber en la vida de tantos conductores y usuarios”, agregó.

Además, en ese periodo empezó la pandemia global; una crisis que trastocó los planes de todos, sin distinción, y que significó el replanteamiento de estrategias empresariales.
A Torres, ingeniera industrial de la Universidad de Los Andes, le tocó junto a su equipo redibujar cómo operar en tiempos de restricciones de movilidad y cuarentenas.
“Durante este periodo, buscó formas de ofrecer nuevas alternativas de productos y servicios, y no sólo llevó a que se triplicaran las opciones del portafolio, sino que encabezó el lanzamiento de Uber Taxi en alianza con TaxExpress, un hito histórico” en Colombia, precisó la firma al momento de su nombramiento en el cargo.

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Los planes actuales

Hoy, aparte de ser aficionada al chocolate, la pizza y las novelas de historia o ficción, dijo estar enfocada en abordar tres desafíos que enfrenta Uber.
El primero, señaló, “democratizar el acceso a la plataforma para que cada vez más personas la usen como una opción para facilitar la movilidad e incluso como alternativa para acceder a restaurantes, supermercados y tiendas especializadas”.
El segundo es “lograr mayor estabilidad regulatoria para maximizar el impacto que tiene la tecnología en nuestra sociedad, y defender el derecho que tienen los usuarios y socios de la app de escoger cómo se quieren movilizar y cómo quieren generar ganancias adicionales”.
Y, en tercer lugar, seguir innovando desde la diversidad y los retos medioambientales. “Esto incluye acelerar la electrificación de los vehículos de los socios”, contó.
“Tenemos una plataforma más sólida y robusta, lo que nos llevará a una nueva ola de crecimiento”, estimó.

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Las otras caras de Torres

La ejecutiva caleña suma a su trayectoria haber sido reconocida como una de las 50 mujeres más poderosas de Colombia por la Revista Forbes, en 2021. También hace parte de importantes plataformas que buscan trascender en la inclusión y equidad de género, como Women In Connection, y ha impulsado una cultura de diversidad e igualdad en la organización.
Es parte de lo que, dijo, ofrece Uber en sí mismo. La empresa “ha trabajado con mucha decisión para ser un lugar diverso y equitativo, y esto hace que ser líder mujer, sea natural. Es más, más del 60% de mi equipo de liderazgo está compuesto por mujeres”, contó.
Por tal razón, resumió: “He podido lograr la flexibilidad que necesito para ser el tipo de mamá que quiero ser”.
Torres tiene un MBA en el IE Business School que hizo cuando vivió en Madrid, entre 2007 y 2008, luego de que su esposo -amante del café, como ella y como todos los colombianos- fue trasladado a esa nación. En ese entonces, su emprendimiento, Prospéritas Microfinanzas -en apoyo a emprendedores de escasos recursos-, recibió el reconocimiento a Mejor Proyecto Emprendedor del Año.
Contó, incluso, que tuvo “una corta contribución al proceso de paz en Colombia, en la oficina del alto consejero para la reintegración” y recordó con añoranza los ocho años que pasó en McKinsey & Company, donde se desempeñó como gerente senior de proyecto, antes de aterrizar en Uber.

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