Ecuador, el país con mayor actividad emprendedora temprana de Latinoamérica ante la falta de oportunidades laborales

A fines de junio se publicó el estudio Global Entrepreneurship Monitor Ecuador 2023/2024, que destacó a ese país como el líder de la región en la tasa de actividad emprendedora temprana, uno de los indicadores más importantes para medir el volumen de negocios nuevos o nacientes en un país. Pero más allá de la tasa, el índice esconde algunas precisiones.

“Hay una actividad de emprendimiento importante, pero que se deriva principalmente de la necesidad, porque las nuevas generaciones consideran que los empleos son escasos”, comentó a DFSUD Diego León, socio líder asesor de EY en Ecuador.

De acuerdo al informe, nueve de cada 10 personas encuestadas con el perfil de emprendedor temprano declaró que dentro de sus motivaciones está “ganarse la vida porque los empleos son escasos”. 

“Este nivel de emprendimiento es alto, pero está dado generalmente por temas más de empresas unipersonales, por un tema de autoempleo. Creo que, efectivamente, con ese alto nivel de emprendimiento como país -y obviamente con el apoyo correspondiente- el potencial de crecimiento y sobre todo de contribución a la economía es importante”, afirmó el experto. 

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Acceso a financiamiento

Una de las principales razones para abandonar un emprendimiento en la nación andina son los problemas para recibir financiamiento.

De acuerdo con el informe, 21,28% de los encuestados que cerraron su negocio en el país lo hizo por este motivo y la segunda razón más frecuente es la falta de rentabilidad de los emprendimientos.

Natalia Almeida, subdirectora de la Alianza para el Emprendimiento e Innovación de Ecuador (AEI), contó que en los inicios de esta red, en 2013, no había fondos para emprendedores, sobre todo desde el lado privado. 

“Ahora hay mucho más (financiamiento). Nacieron fondos de private equity, fondos de venture capital, fondos de inversión ángel, por ejemplo. En su momento no existían o eran muy poquitos”, detalló.

Pese a esta mejora, la subdirectora de la organización advierte que actualmente todavía no es fácil invertir o generar fondos de inversión para las startups, sino que hay un camino muy largo. “No hay incentivos, sino más bien castigos”, agregó.

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Regulaciones al debe

Otro desafío pendiente son los temas regulatorios, según comentó el socio líder asesor de EY. 

“Uno de los eslabones más débiles que tenemos como país es la complejidad regulatoria, principalmente de acceso o de costos relacionados al tema laboral impositivo. Y también el tema de los trámites necesarios para crear una empresa”, señaló León. 

Desde la Alianza para el Emprendimiento e Innovación han tenido un rol activo para crear y mejorar la regulación en este sector, y fruto de ello fue promulgada en 2020 una ley de emprendimiento e innovación y se creó la figura de las Sociedades Anónimas Simplificadas (SAS). Esto último, “ha permitido que más de 30 mil empresas se hayan formalizado a partir de 2020”, mencionó Almeida.

Asimismo, la ley creó el Consejo Nacional de Competitividad, Emprendimiento e Innovación, en 2021, pero hasta ahora no se ha podido desarrollar en profundidad. 

“Lo que buscábamos es que fuera una figura como la de la Corporación de Fomento de la Producción (Corfo) de Chile. Que los fondos vayan a un fideicomiso y a través de eso se pueda hacer un seguimiento, evaluación, monitoreo, de todos los gastos y la inversión hacia el emprendimiento y la innovación”, explicó Almeida.

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Capital humano

“Una de las cosas que aún falta es en el ámbito de talento humano y educación. Faltan incentivos para innovación, investigación y desarrollo”, mencionó la subdirectora de la AEI. En esa línea agregó que la organización se ha reunido con el Consejo de Educación Superior para incentivar y generar mayor investigación aplicada. 

“Es una de las cosas que en otros países realmente despunta, vuelve a las industrias más competitivas. Entonces, eso también lo estamos trabajando, pero falta mucho”, sentenció Almeida.

Por su parte, el socio de EY, Diego León, mencionó que parte de la ayuda que se necesita para los emprendimientos es desarrollar la educación necesaria para manejar una empresa, para entender los números y “tener esas herramientas que permitan que las empresas puedan trascender en el tiempo”, comentó.