DHL da puntapié inicial al decreto de AMLO que traslada los vuelos de carga al nuevo aeropuerto de México

Durante la semana pasada, el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador (AMLO) anunció un decreto que remeció a la industria aeronáutica que opera en ese país: se trata de una iniciativa enviada a la Comisión Nacional de Mejora Regulatoria (Conamer) para trasladar las operaciones de los vuelos de carga desde el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) al terminal Felipe Ángeles (AIFA).

La noticia no cayó bien en la industria, la que además de advertir eventuales efectos económicos y en competitividad, -como en el caso de AirFrance y Avianca-, llegó incluso a calificarla como una medida carente de análisis logístico, según dijo la Cámara Nacional de Aerotransportes.

El argumento del gremio aeronáutico para rebatir la decisión presidencial se debía a los tiempos impuestos en el decreto, los que implican una migración de la operación en 90 días, siendo para la industria un plazo no realista. Ellos apuntaban a tiempos mayores: unos 360 días. 

DHL al rescate

Con este telón de fondo, ahora la historia suma un nuevo capítulo escrito por el mismo presidente mexicano y un actor privado. Durante la jornada del martes, AMLO anunció que en febrero, -o a más tardar en marzo-, DHL, la empresa de envío de paquetes, será la primera aerolínea extranjera de carga en tener operaciones en el AIFA.

Como confirmación de lo anterior, leyó un texto que dijo fue enviado por el director Legal y de Asuntos Gubernamentales de DHL Express en México, Manuel Montes.

“En aquella ocasión nos indicó el señor Presidente que nos acompañaría a recibir el vuelo inaugural, por lo que queremos tomarle la palabra y anunciar la llegada de DHL a Santa Lucía. Consideramos que son magníficas noticias”, decía la carta.

Más tarde, DHL confirmó el cambio de la operación de carga y aseguró que “se encuentra ultimando los detalles operativos. El vuelo adicional aterrizará en el Aeropuerto Felipe Ángeles entre febrero y marzo en el marco de un evento inaugural”.  La suma de este nuevo vuelo a ese aeropuerto, agregó la firma, va en línea con la estrategia de crecimiento trazada para 2023. 

De todas maneras, junto con el anuncio, López Obrador aseguró que para efectos de esa fecha, el decreto ya estaría vigente, dándole así un portazo a los reclamos de Canaero y de la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA, sigla en inglés), que solicitaban 360 y 180 días para hacer la migración. Todo esto, en momentos en los que el mismo AMLO ha manifestado su disposición a dialogar con la industria para llegar a acuerdos.

“No queremos imponer nada”, aseguró el presidente al referirse al tema en una conferencia de prensa con medios locales la semana pasada. Cabe recordar que la decisión de enviar este decreto se hizo sin un proceso de consulta previa a la industria; ese es otro de los reclamos del mercado aeronáutico local.

Reacciones del sector

A los planteamientos de Canaero, IATA y AirFrance se añade el de la empresa mexicana de mensajería Estafeta.

En el marco del proceso de consulta del proyecto de decreto, la compañía consideró que el plazo de 90 días hábiles no era suficiente para poder migrar sus operaciones a otras terminales, y apuntó de hecho, a que necesitaría unos 480 días para poder hacerlo.

“Estafeta requeriría, por sus características distintivas y los servicios que brinda, un plazo mínimo de 16 meses o 480 días para estar en posibilidad de movilizarse e iniciar sus operaciones en un aeropuerto distinto al AICM, para evitar afectar la operación y, en consecuencia, a los cientos de miles de usuarios que contratan nuestros servicios”, dijo.

A estos cuestionamientos se les unen los del mundo académico.

Así, a lo dicho por el Instituto Mexicano para la Competitividad, se suma Francisco Ortiz, director del Centro de Regulación Energética y Economía del Desarrollo de la Universidad Panamericana. En conversación con este medio dijo que “todo parece indicar que es una medida apresurada e incluso desesperada del gobierno para disminuir las pérdidas económicas, pero sobre todo políticas que tiene la poca demanda de uso del AIFA”.

De hecho el mover las operaciones de carga sólo libera 3% de la capacidad de AICM, indicó Ortíz al tiempo que manifestó que la medida en sí no es mala, pues la inversión ya se hizo, “pero el gobierno debe dejar de operar como un niño berrinchudo y tomar las cosas en serio”.

Lo anterior se da en un contexto en el que el director general de AICM, Carlos Ignacio Velázquez Tiscareño, aseguró que no habría impactos financieros por la salida de las operaciones de carga del principal punto aeroportuario de la capital.

“El compartir la carga con el AIFA va a ser muy saludable para nosotros, no hay un impacto financiero serio a nuestra economía”, apuntó.