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Congelados: América Latina tuvo el crecimiento de productividad más bajo entre los emergentes en los últimos 25 años

Para salir del estancamiento, es necesario "incrementar la inversión (...) directa o indirecta, local o extranjera, pública o privada, en todas sus formas”, según experto del McKinsey Global Institute.

Por Anaís Persson / Foto: Pexels I Publicado: Miércoles 1 de mayo de 2024 I 10:00
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El crecimiento de la productividad mundial en los últimos 25 años fue notable, cuya mediana mundial se multiplicó por seis, en especial para países como China e India, donde más de 1.000 personas escaparon de la pobreza.

Sin embargo, el panorama para América Latina y El Caribe no fue el mismo, pues se mantuvieron prácticamente igual, según el informe Investing in Productivity Growth, del McKinsey Global Institute (MGI).

La región hace un cuarto de siglo estaba por encima de otras regiones emergentes, tales como China, India y Europa del Este. Hoy, su crecimiento está debajo del 0% y se ubica muy detrás de las zonas mencionadas e, incluso, de la mayoría de las economías avanzadas.

Según el socio senior de la firma y miembro del directorio del MGI, Andrés Cadena, una razón que explica el nivel de Latinoamérica es que “es altamente dependiente de la exportación de commodities, sin valor agregado”.

Alrededor del 51% de las exportaciones de la región son commodities, mientras que son sólo el 11% en China o el 21% en Europa Central.

Pero ese no es el único percance, ya que los sectores manufactureros y de servicios también “juegan un rol clave” como motor de crecimiento de las economías emergentes.

“Dichos sectores han visto una caída en la región en la cantidad de personas que emplea y casi no han tenido mejoras en productividad. Además, América Latina es un importador neto de conocimiento, importando ocho veces más de lo que exporta en propiedad intelectual”, dijo Cadena.

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Carril lento, medio y rápido

El análisis clasificó las economías en tres carriles de convergencia definidos por los puntos de partida en productividad (desde 1997) y la velocidad de su tasa de crecimiento: rápido, medio y lento.

De las 91 economías emergentes que contabilizó MGI, 30 de ellas -con 3.600 millones de habitantes- se encuentran en la vía rápida y si se mantienen así, convergerían a los niveles de productividad de las economías avanzadas aproximadamente en el próximo cuarto de siglo.

Las economías avanzadas -27 en total- desaceleraron su crecimiento en un punto porcentual desde la crisis financiera mundial. Al ritmo actual de mejora, las economías emergentes de carril lento, que albergan a 1.400 millones de personas, nunca alcanzarían los niveles de las avanzadas.

El análisis, al explorar el desempeño en 125 economías, indicó que la poca la inversión es la principal razón por la que América Latina ha quedado rezagada respecto de economías emergentes exitosas, llegando a crecer menos de un 30%.

No obstante, la cura se halla en ese mismo dolor, ya que la inversión es el principal motor para que las economías emergentes alcancen o permanezcan en la vía rápida, caracterizadas por una inversión de entre el 20% y 40% del PIB.

MGI señaló que en todas las regiones, el factor más destacado ha sido el aumento del capital por hora; en la mayoría de los lugares, representó entre el 70% y el 80% del crecimiento general de la productividad.

Economías de carril rápido como China, India, partes de Europa Central y Oriental y Asia emergente han apostado por la construcción de ciudades e infraestructuras que sustentan una urbanización exitosa, una mayor productividad en los sectores de servicios y una manufactura conectada globalmente.

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América Latina: ¿qué se puede hacer?

Si bien la región se posiciona en la vía lenta -contando a países como Argentina, Brasil y Ecuador entre los más estancados- hay otros que hacen la diferencia con un desempeño superior.

Casos como Perú, Colombia, Costa Rica y Chile han duplicado su stock de capital por empleado en el período. Sin embargo, desde la crisis financiera internacional, su crecimiento se ha ralentizado.

Según Cadena, es importante que Latinoamérica repiense cómo incrementar drásticamente sus economías, ya que “si no logramos un cambio drástico en esta tendencia no lograremos converger con el mundo”.

“Para ello, hay que incrementar la inversión, no hay receta mágica. Inversión, inversión, y más inversión. Directa o indirecta, local o extranjera, pública o privada, en todas sus formas”, afirmó.

El informe de MGI mostró que hay motivos para la esperanza y motivación para la acción, ya que una inflación y tasas de interés más altas pueden indicar una demanda más fuerte y alentar la asignación de capital productivo.

“Nos encontramos ante una oportunidad única, ya que contamos con vastos recursos naturales, un amplio pool de talento diverso y economías dinámicas y atractivas para acoger la inversión en productividad”, explicó el experto.

Además, resalta que tecnologías como la Inteligencia Artificial (IA), la digitalización y la automatización podrían impulsar nuevas olas de crecimiento de la productividad al crear condiciones fértiles para la inversión.

Países como China e India, posicionados como reyes en crecimiento de productividad, alguna vez tuvieron un crecimiento lento y han seguido los pasos de economías como Japón y Corea del Sur.

“Para ello, es necesario sofisticar el entramado productivo; mejorar la infraestructura física y digital; avanzar en tecnología e IA; garantizar la estabilidad institucional y de las reglas de juego; y promover alianzas transformativas entre todos los sectores para asegurar así un cambio positivo y duradero”, dijo Cadena.

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