Milei llega a EEUU para reunirse con Trump y espera que la amistad resulte en préstamo del FMI para Argentina
El libertario busca un préstamo del organismo mientras se posiciona como aliado del Presidente electo en la guerra cultural contra la corrección política de la izquierda.
Por Ciara Nugent, Christine Murray y Michael Stott
Javier Milei, el Presidente libertario de Argentina, espera que su incipiente amistad con Donald Trump, el mandatario electo de EEUU, y con el multimillonario Elon Musk le ayude a conseguir las inversiones que tanto necesita su país, asolado por la crisis, incluyendo un nuevo préstamo del Fondo Monetario Internacional (FMI).
Argentina ya es el mayor deudor del FMI, con US$ 44 mil millones en pasivos. Argentina quiere miles de millones de dólares en nuevos fondos para ayudar a levantar los estrictos controles de divisas y capitales que están retrasando la salida del país de la recesión.
Un funcionario del Gobierno de Milei dijo que "no había duda" de que la victoria de Trump aceleraría las conversaciones con el Fondo, en el que EEUU es el mayor accionista. Su victoria impulsó un reciente repunte de los bonos y de las acciones de Argentina.
Un alto funcionario financiero internacional se mostró más cauto. "Puede que ayude a Argentina" a asegurar un acuerdo con el FMI, dijo sobre la victoria de Trump.
Milei, un economista libertario, se ha ofrecido como el aliado latinoamericano más fuerte de Trump en una guerra cultural global contra la corrección política de la izquierda, a pesar de las profundas diferencias en materia de comercio con el proteccionista republicano.
Milei apoyó la candidatura de Trump a la reelección entre bastidores durante la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC, su sigla en inglés) celebrada en Maryland en febrero. En septiembre, él calificó a Trump como uno de los "dos políticos más relevantes del mundo", junto con él mismo.
Milei también ha cultivado una amistad de alto nivel con Musk, el director ejecutivo de Tesla que codirigirá el nuevo "Departamento de Eficiencia Gubernamental" de asesoramiento de Trump y, la semana pasada, le ofreció consejos acerca de cómo "replicar nuestra motosierra", en referencia al modelo de Milei de recortes de gastos y desregulación.
Musk ha intercambiado cálidas palabras con Milei en los medios sociales y en persona. Trump también le ha correspondido, pero hasta cierto punto. "Milei es un gran tipo. Lo quiero, porque él quiere a Trump", dijo el republicano en febrero.
Es poco probable que Argentina —geográficamente distante y sólo un pequeño socio comercial de EEUU— sea una prioridad para el presidente electo. Milei esperó casi una semana por una llamada de Trump, detrás de docenas de otros líderes mundiales, antes de hablar con Trump el martes.
Pero los analistas dijeron que la "ofensiva de encanto" de Milei puede darle una oportunidad.
"La victoria de Trump representa una enorme oportunidad para Milei", dijo Juan Cruz Díaz, director gerente de Cefeidas Group, una consultora política en Buenos Aires. "Pero el reto es traducir estar sincronizados en ventajas concretas para Argentina. Él necesita construir una infraestructura fuerte para relacionarse con la administración de Trump".
Milei recientemente promovió a su embajador en Washington, el empresario Gerardo Werthein, a ministro de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto, y el martes nombró como su reemplazo a Alejandro Oxenford, un empresario tecnológico.
Milei asistirá este jueves a la conferencia derechista CPAC en Mar-a-Lago, con la esperanza de reunirse con Trump por segunda vez y con Musk por cuarta. Musk ha dicho que sus compañías están "buscando activamente formas de invertir" en Argentina, con la producción de litio del país sobre la mesa, dijeron unos funcionarios.
Milei no es el único líder latinoamericano con esperanzas de beneficiarse del regreso de Trump. Nayib Bukele, el Presidente autoritario de El Salvador, se ha convertido en uno de los favoritos de la derecha estadounidense por su encarcelamiento masivo de sospechosos de pertenecer a pandillas. Donald Trump Jr. fue un invitado de honor en su reinauguración en junio.
Bukele dijo la semana pasada que había hablado con Trump por teléfono, pero la condición de El Salvador como una de las principales fuentes de migración a EEUU hace que la relación sea problemática.
Trump ha acusado a Bukele de reducir la delincuencia "enviando a todos sus criminales, a sus narcotraficantes, a su gente que está en las cárceles" a EEUU. "No hace un trabajo maravilloso", dijo Trump en julio.
Bukele también está buscando un acuerdo con el FMI, pero lleva años enfrentado al Fondo por el uso de bitcoin como moneda de curso legal en el país.
"Trump va a ser aún más transaccional y cortoplacista en cuanto a su enfoque de la región esta vez, y la principal transacción que importa, obviamente, es la reducción de la cantidad de migración", dijo Will Freeman, un miembro del Consejo de Relaciones Exteriores (CFR, su sigla en inglés) en Nueva York.
Los planes de Trump para las deportaciones masivas suponen un enorme problema para Bukele, ya que las remesas de más de un millón de salvadoreños y sus familias en EEUU representan más del 20% del producto interno bruto (PIB) de su país. Muchos carecen de visado, y alrededor de 250.000 están en EEUU bajo un estatus protegido que Trump podría revocar.
Milei también podría enfrentarse a las presiones económicas de Trump. Los economistas advierten de que los planes del presidente electo en materia de deportaciones, alto gasto y aranceles podrían estimular la inflación, forzar el aumento de las tasas de interés estadounidenses y fortalecer el dólar, complicando el objetivo de Milei de poner fin a las presiones crónicas sobre los precios en Argentina y de estabilizar el peso.
Pero Trump ha ayudado a Argentina en el pasado con el FMI. Fue fundamental en la consecución del préstamo récord de US$ 56 mil millones que el Fondo le concedió a Argentina en 2018 bajo la presidencia de Mauricio Macri, otro rico empresario al que Trump conoció por primera vez cuatro décadas antes cuando hizo un negocio inmobiliario en Nueva York con el padre de Macri.
Ese programa se descarriló por una crisis de confianza de los mercados en el Gobierno argentino y se reestructuró en el actual paquete de US$ 44 mil millones en 2022.
A pesar de elogiar la austeridad de Milei, el FMI sigue dudando en aumentar su exposición. El personal está preocupado por la negativa de Milei a devaluar significativamente el peso tras su rápida apreciación este año, y por la falta de claridad sobre su futura política monetaria tras una controvertida promesa electoral de dolarizar la economía.
Alejandro Werner, quien dirigió el departamento del hemisferio occidental del FMI en el momento del rescate de Argentina en 2018, dijo que EEUU bajo Trump tenía "incentivos más claros" para apoyar a Argentina en el Fondo. Werner advirtió de que un nuevo programa podría tener que esperar hasta después de las elecciones de mitad de período de Argentina a finales de 2025, cuando Milei tendrá más libertad política.
Héctor Torres, un exdirector ejecutivo argentino del FMI, dijo que había "más posibilidades de que EEUU use su peso para anular las reservas técnicas en el Fondo con Trump en la Casa Blanca", aunque agregó que anticipaba que Argentina consiguiera un acuerdo de todos modos. "Somos rehenes mutuos: el mayor deudor y el mayor acreedor. Nos necesitamos mutuamente".
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