Perú sería uno de los países mejor posicionado en la región para enfrentar contexto económico global

La persistente inflación y los temores de una recesión mantienen a los mercados latinoamericanos alertas a lo que pueda suceder. De acuerdo con BCI Estudios, el crecimiento previsto para América Latina se situaría en torno a 2% este año, “destacando Perú entre las economías con mejor desempeño, con una expansión de 2,8%”, solo superada por Colombia. 

De cara a 2023, la entidad financiera ve un panorama “más debilitado”, esto a raíz de “una menor expansión global y efectos de los ajustes derivados en alzas en la tasa de política”.

Para hacer frente a las presiones inflacionarias, los bancos centrales de México, Chile, Perú, Colombia, Argentina y Brasil decidieron elevar sus tasas de interés, incluso antes que países desarrollados. Brasil y Chile son los países que más presión han ejercido en la economía, mientras que Perú el que lo está menos, “dado un manejo fiscal más prudente en 2021”.

En cuánto a la política, la incertidumbre continúa siendo un factor determinante en las economías de América Latina. “Se reconoce una alta polarización en buena parte de los países, con presiones desde sectores más radicalizados para emprender reformas altamente disruptivas y dificultades para aunar consensos y objetivos de desarrollo hacia el largo plazo”, señaló BCI.

Tras la pandemia, las economías latinoamericanas disponen de menos espacio para responder “con políticas estimulativas”, es decir, “no disponen de mayores holguras fiscales” para enfrentar el deteriorado panorama global. Sin embargo, BCI proyectó que hacia 2023 “comiencen a reducir sus tasas de política, bajo un panorama que apuntaría a un mayor control inflacionario y la necesidad de apoyo al crecimiento”.

Finalmente, prevé un desempeño “más bien pobre” de América Latina hacia el mediano plazo, con un crecimiento potencial en torno a 2%.

Perú, el mejor posicionado

De acuerdo con BCI Estudios, Perú es el país mejor posicionado en la región para enfrentar el actual escenario global. “La actividad ha dado muestras de estabilización tras las expansiones observadas en 2021”, destacó la entidad financiera, añadiendo que el fenómeno inflacionario y la respuesta de incremento de tasas por parte de la autoridad, “llevarían a un debilitamiento de la demanda interna en los próximos trimestres”. 

Bajo este contexto, BCI estimó un crecimiento de 2,8% en 2022, misma expansión prevista en 2023. 

En dicho horizonte prevé un debilitamiento del consumo privado y la inversión, ante mayores costos de endeudamiento.

Chile, Colombia y México

Con un comportamiento opuesto, las perspectivas de crecimiento para Chile en 2022 se “afianzan” y serían de 1,8%, mientras que la inflación vería una leve baja hacia fines de 2022, con “una disminución con mayor fuerza en 2023”.

Para Colombia el pronóstico de crecimiento para el año en curso se situaría en 5,1%, “con una moderación del consumo y mayor dinamismo de la inversión y las exportaciones”. A pesar de este crecimiento que se espera para el país cafetero, las expectativas de inflación se ubican en un 9%, con un panorama político que presenta desafíos para el nuevo Gobierno que incluyen una reforma tributaria y la disminución del déficit fiscal y la deuda pública.

En lo que respecta a la economía mexicana, ésta ha presentado una desaceleración en el crecimiento producto de las altas presiones inflacionarias, aumentos en las tasas de interés y caída en la actividad de los sectores de servicios y manufactura. Asimismo, BCI estimó un crecimiento de 1,9% para de 2022.

Respecto de la inflación en el país azteca, BCI consideró que podría cerrar el año bajo 7% anual producto del plan “anti-inflación” del gobierno, que incluye, por ejemplo, aumentar la

producción de granos. “Así, se espera llegar a la meta inflacionaria de 3% para finales de 2024”.

Argentina y Brasil

En lo que respecta a Argentina, si bien los mejores precios internacionales de agrícolas sostienen el crecimiento económico para este año, “el difícil escenario doméstico y externo

anticipan un menor dinamismo”, comentó BCI, añadiendo que a esto se se suma la tensión política en el Gobierno, lo cual “podría conllevar nuevas medidas cambiarias y financieras en lo inmediato”.

A pesar de lo positivo que implican los mejores precios agrícolas, el país enfrenta desafíos en lo que respecta a los equilibrios financieros. “El reciente acuerdo con el FMI por la renegociación de deuda es un respaldo a las medidas de saneamiento fiscal, pero se prevén nuevas medidas financieras, entre ellas, esfuerzos para evitar salidas de dólares y favorecer la acumulación de reservas”, advirtió BCI.

Para el ente financiero, si los precios internacionales de la soya se mantienen, “las exportaciones seguirán favoreciendo la acumulación de reservas y las cuentas financieras

externas, en un contexto de menor consumo e importaciones. De igual manera será necesario seguir devaluando la moneda para asegurar la convergencia a las metas impuestas por el FMI”.

Para Brasil, BCI Estudios anticipó una desaceleración de la actividad económica en los próximos trimestres. Con esto, espera un crecimiento económico de 1% para 2022, mientras que para 2023 el crecimiento llegaría a 1,2%. Junto con esto, proyectó que las presiones inflacionarias en el corto plazo continuarán y “a fin de año se espera que se sitúe en torno a 8,4% año/año”.

En cuanto al panorama político, las elecciones presidenciales de octubre están en el foco, y Lula tiene la primera opción de ser electo. “Si bien plantea un fuerte giro político y un Estado aún más preponderante, ha tomado un camino algo más moderado. Bolsonaro busca acortar la distancia con recortes impositivos y aumento de transferencias que impulsaría el crecimiento en el corto plazo, pero que aumentarían la inflación y el déficit fiscal”, detalló.