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La fiebre del Litio: los proyectos que impulsarán la oferta latinoamericana

A medida que la demanda por este mineral -clave para el desarrollo de baterías de autos eléctricos- sigue aumentando, distintas iniciativas verán la luz en los próximos años.

Por Natja Muñoz C. / Gráfico: Ma. Concepción Arvelo I Publicado: Lunes 14 de febrero de 2022 I 07:44
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En 2021 la venta de vehículos eléctricos en el mundo fue el doble que la del año anterior. La demanda por estos equipos está creciendo de forma acelerada y es el principal factor de impulso de la demanda de litio, el mineral que concentra las miradas de la nueva economía y cuya producción en Latinoamérica es clave para el abastecimiento futuro.

Una serie de iniciativas se están desarrollando para proveer esta oferta. Los proyectos nuevos más relevantes para los próximos años en el continente están en Argentina (Exar y Orocobre) que se espera entren en producción este año con 65.000 toneladas LCE, explica Juan Esteban Fuentes, Jefe de consultoría en Sudamérica de CruGroup.

Exar es una empresa argentina, conformada por Lithium Americas Corp (LAC) y Ganfeng Lithium, dedicada al desarrollo y producción de litio en el Salar Cauchari-Olaroz, en Jujuy, Argentina. 

El Proyecto Cauchari-Olaroz, según su página web, se encuentra en etapa de construcción y estará listo para producir en 2022. La financiación contempla una inversión de US$ 565 millones para establecer una planta de producción de 40.000 toneladas por año de carbonato de litio con grado de batería.

A su vez, Orocobre Limited, con su proyecto de expansión de Olaroz, ya se encuentra terminada en un 60% y estaría próxima a entrar en producción para el segundo semestre de este año. De acuerdo a información pública de la empresa, la producción del tercer trimestre del proyecto fue de 2.802 toneladas, un 19% más que en el mismo período del año anterior, donde el 58% del total correspondió al carbonato de litio de grado de batería.

El peso de Chile

El denominado “oro blanco” es cada vez más demandado a nivel global para la fabricación de baterías. De las mayores reservas mundiales, el 52% se encuentra en el salar de Atacama, en el norte de Chile.

​​SQM produce carbonato de litio en su planta Salar del Carmen, cerca de Antofagasta, a partir de soluciones con altas concentraciones de litio provenientes del Salar de Atacama. La empresa ha estado desarrollando una serie de inversiones para aumentar su capacidad de producción. En 2021 la capacidad alcanzó las 120 mil toneladas y para este año buscan llegar a las 180 mil. Pero el objetivo es seguir creciendo hasta las 210 mil toneladas por año de carbonato de litio, mediante la incorporación de nuevas tecnologías, mejoras operacionales en las instalaciones existentes y la construcción de nuevas plantas productivas, para lo cual han solicitado permisos ambientales.

Mercado del litio

La demanda por este mineral se está expandiendo. Fuentes sostiene que se prevé un crecimiento anual compuesto hasta 2026 de un 20%, llegando a más de 1,2 millones de toneladas medidas en carbonato de litio equivalente. El crecimiento depende muy fuertemente de cómo se desempeñe el mercado de autos eléctricos en el futuro.

Ahora -agrega- “la producción es de unas 466.000 toneladas LCE y esperamos que llegue a 1,2 millones de toneladas LCE hacia mediados de la década. Más del 50% de ese crecimiento en producción depende de expansiones brownfield (instalaciones existentes) y nuevos proyectos greenfield (que parten desde cero)”.

SQM dice que esperan una “demanda de litio para 2022 de aproximadamente 650 a 700 mil toneladas anuales y proyectamos que en 2025 la demanda supere el millón de toneladas. En 2030, podríamos superar los 2 millones de toneladas”.

Además cuentan que si bien existen otros proyectos en desarrollo en la región, “conociendo la complejidad del negocio, es difícil prever qué ocurrirá con ellos. Sabemos que Argentina está haciendo una apuesta fuerte y Bolivia ha mostrado interés en afianzar su producción. Hay que esperar ver qué ocurre con este nuevo intento”.

De acuerdo a un informe sobre este mineral realizado por la Comisión Chilena del Cobre (Cochilco), se prevé un crecimiento esperado de la producción mina de 384 mil toneladas LCE en 2020 a 1.637 mil toneladas LCE en 2030, lo que supone un crecimiento anual compuesto de 16%. Este incremento está fuertemente asociado a la entrada operacional de proyectos nuevos, los cuales aportarían el 49% de la oferta hacia fines de la década.

Superávit o déficit

Las fuentes consultadas aseguran que los precios se han visto de manera favorables y esperan que el escenario siga igual. Por parte de SQM, el promedio del tercer trimestre de 2021 fue más de un 50% más alto que en el precio del mismo período de 2020. “Esperamos que nuestro precio promedio aumente en el cuarto trimestre de 2021, llegando a US$12.000/MT. Esperamos que en 2022 los precios sean más altos que en 2021”.

Sin embargo, Fuentes llama a la cautela, cree que existen proyectos sólidos y una producción potencial suficiente para cubrir la futura demanda -al menos hasta 2025-, lo importante es el seguimiento de timing de los proyectos.

“Esto último puede significar un cambio de déficit a superávit o viceversa en el balance de mercado lo que obviamente tiene impacto en los precios”, afirma. Más allá de 2025 es muy importante el desarrollo de nuevos proyectos para poder satisfacer la demanda creciente producto de los autos eléctricos”, dice.

El mercado del litio ha avanzado desde una situación de superávit en 2019 hasta una progresiva estrechez durante el 2020, produciendo leves déficits a partir de 2021. Si bien hasta 2027 se ve un panorama estable, cualquier disrupción en la oferta de operaciones existentes o retrasos en la puesta en marcha tanto de proyectos nuevos como de expansiones pueden causar déficits temporales.

A partir de 2027, Cochilco proyecta que la oferta no alcanzará a satisfacer la demanda esperada, creando un déficit creciente. Esta situación naturalmente ha puesto presión sobre la velocidad con que efectivamente pueda materializarse la oferta proyectada, lo que a su vez se ha traducido en un alza en los precios de carbonato e hidróxido de litio durante 2021.

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