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“Willy Wonka” argentino: familia que inventó el chocolate en ramas sale a conquistar mercados con sus frambuesas congeladas

Desde la pandemia sus frambuesas bañadas en chocolate de Bariloche se han expandido por América Latina, Europa y a Medio Oriente. "No paro hasta conquistar el mundo”, dijo Aldo Fenoglio, CEO de Franui.

Por María Jesús Doberti / Foto: Franui I Publicado: Lunes 26 de febrero de 2024 I 16:50
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Simplemente frambuesas frescas bañadas de chocolate. Primero una capa de blanco y luego una de chocolate de leche o amargo. Este es el producto estrella de la chocolatería argentina Rapanui que está dando que hablar en todo el mundo. 

A la cabeza del negocio de la familia Fenoglio se encuentra Diego y sus hijos Aldo, encargado del mercado Latinoamericano, y Leticia que ve la expansión en Europa. 

El primer mercado regional que abrieron fue Uruguay a finales de 2021. Más tarde entraron a México, Colombia, Perú, Brasil, Uruguay, Paraguay y Chile. Y en breve lo harán a Ecuador y Estados Unidos. “Vamos a llegar a todo el mundo, es un hecho. No paro hasta conquistar el mundo”, dijo Aldo Fenoglio (hijo), CEO y dueño de la marca en conversación con DFSUD. 

En Chile están presentes a través de Cencosud, Espacio Uno, Copec, Fork, además de delivery. “Hay muy buena aceptación de parte de los clientes chilenos, así que muy contentos por ese lado”, comentó. Y agregó: " A pesar de los vaivenes de la economía argentina, siempre pudimos mantener el flujo de producto hacia Chile".

Aldo Fenoglio, CEO de Franui. Hijo de Diego Fenoglio y nieto de Aldo Fenoglio. 

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Innovación en el ADN 

El producto nace de la mano de Diego Fenoglio, conocido como el “Willy Wonka argentino” y dueño de la chocolatería Rapanui, una de las más reconocidas del país. Hijo de Aldo Fenoglio, inmigrante italiano que se estableció en Bariloche con su chocolatería Tronador en 1948 y quien más tarde inventó el chocolate en rama. 

Con solo 20 años, tras la temprana muerte de su padre, Diego se hizo cargo del negocio familiar y luego fundó su propia chocolatería a la que llamó Rapanui. Hoy cuentan con 15 sucursales en Argentina donde venden más de 600 productos entre cafetería, heladería y chocolatería.

No fue hasta el año 2013, que a Diego se le ocurrió bañar de su chocolate las frambuesas que tenía en una plantación. Un producto que hasta ese momento no existía en el mundo y que más tarde patentaron.

“Mi abuelo inventó el chocolate en rama, mi padre Franui, así que a mí me tocará inventar algo más”, dijo Fenoglio, quien comenzó a trabajar en el negocio familiar desde que egresó de Economía en la Universidad de Buenos Aires y actualmente está a cargo del desarrollo de todos los productos de la chocolatería.

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Expansión e impulso Rappi

A pesar de los más de 70 años de tradición en chocolate, este es el primer producto que la familia Fenoglio exporta a nivel global.

La idea surgió gracias a un factor clave: la llegada de Rappi a Argentina. “Ellos vieron más el potencial que nosotros”, reconoció Fenoglio.

El equipo de la compañía multinacional colombiana eligió su producto para captar nuevos clientes. Es así como armaron una campaña en la que regalaron un Franui a quienes se descargaron la app de Rappi.

“Eso me dio el puntapié para salir a buscar clientes más grandes”, relató Fenoglio. Más tarde firmaron una alianza para comercializar su producto en las estaciones de servicio de YPF la más importante del país–, lo que les dió mucha exposición. “Y a raíz de eso empezamos a contactar y buscar otros clientes”.

​​Actualmente Franui cuenta con una planta en Valencia donde invirtieron 3,5 millones de euros para abastecer a Europa. Desde ahí atienden a España, Francia, Portugal, Italia, Alemania, Grecia, Suiza, Rumania, Andorra y han salido contenedores para Arabia Saudita y para Israel. Además están construyendo una nueva planta en Buenos Aires para exportar a toda América Latina. Se espera que el establecimiento, que demandó una inversión de US$ 8 millones, entre en funcionamiento en agosto.

Sin embargo, dado el éxito, también han aparecido imitaciones en el mercado. “Lamentablemente hay gente que no tiene mucha creatividad, así que decide copiar”, dijo. Y agregó: “Nos han copiado en todo el mundo. El problema está cuando te copian mal y la gente prueba ese producto antes que el nuestro, porque nos cataloga como que no es un buen producto”.

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