El Salvador se convirtió en el epicentro de las inversiones de las empresas de Colombia

En los últimos 12 años, la inversión desde Colombia hacia El Salvador superó los US$ 504 millones y el ingreso de capital colombiano en ese país ha crecido a tasas de doble dígito desde 2019.

De acuerdo con los datos entregados por el Banco de la República, con corte a junio, la inversión extranjera de los connacionales en tierra salvadoreña ya iba en US$ 32 millones y en solo seis meses casi iguala el monto registrado en 2023, que totalizó US$ 35,4 millones.

Entre las compañías colombianas más reconocidas que se interesaron en El Salvador pueden mencionarse Davivienda, Grupo EPM, Procaps y Organización Carvajal.

Esta última empresa, de origen vallecaucano, inaugurará una planta en El Salvador, donde tuvieron inversiones por US$ 10 millones.

“Estamos a puertas de inaugurar una planta en El Salvador. A ese país llegamos en 2007 con una adquisición en Carvajal Empaques. De lo que fabricamos allá, 70% se exporta a otros países. Entonces es muy importante esa operación y estamos expandiendo nuestra huella en Centroamérica”, explicó Pedro Felipe Carvajal, presidente de la compañía.

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¿Efecto Bukele?

Jaime Alberto Cabal, presidente de la Federación Nacional de Comerciantes, Fenalco, señaló recientemente que la economía doméstica atraviesa un ciclo marcado por la incertidumbre. Y mientras la Inversión Extranjera Directa, IED, ha caído 22% en lo corrido de 2024, el flujo desde Colombia hacia afuera se ha incrementado en 400%.

El incremento inversionista de El Salvador ha coincidido con el periodo presidencial de Nayib Bukele; un mandatario que provoca resistencia entre Organizaciones no Gubernamentales y defensores de derechos humanos por su política estricta de seguridad, pero que goza de una aceptación de 92%, según CID Gallup.

La Agencia de Promoción de Inversión y Exportaciones (Invest in El Salvador) asegura que son varias las ventajas competitivas que estimulan el apetito inversionista. Entre ellas, una economía dolarizada que evita el juego asociado a la tasa de cambio, buena infraestructura, un marco jurídico que protege al inversionista y las actuales condiciones de seguridad y orden público.

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