ES NOTICIA:

Close

"Irse sin irse": el éxodo argentino a Uruguay para escapar de los impuestos

A sólo una hora en barco se encuentra un paraíso contra la inestabilidad económica, con ventajas fiscales cada vez más atractivas para los extranjeros, así como buenos servicios públicos y de seguridad.

Por Financial Times, editado por María Gabriela Arteaga / Foto: Pexels I Publicado: Martes 28 de noviembre de 2023 I 14:26
Comparte en:

Por Michael Stott

Uno de los beneficiarios menos obvios de la incertidumbre que rodeó a las impredecibles elecciones presidenciales argentinas de este año fue un desarrollador inmobiliario al otro lado del Río de la Plata, en Uruguay.

"Hemos vendido un montón de unidades", afirma Eduardo Bastitta. "Siempre que hay un shock en Argentina, nuestras ventas repuntan".

Bastitta está construyendo el proyecto más audaz hasta la fecha para atraer a los argentinos -cansados de los altos impuestos y la inestabilidad económica crónica-, a un país a menudo apodado como la Suiza de América latina.

Su proyecto +Colonia pretende duplicar con el tiempo la población de 26.000 habitantes de la histórica ciudad uruguaya de Colonia del Sacramento, situada a 40 km de Buenos Aires, ofreciendo a los argentinos la opción de "irse sin irse", como él dice, estableciendo su residencia fiscal en Uruguay, un país favorable a los inversionistas, pero disfrutando de un rápido desplazamiento en barco al centro de Buenos Aires en menos de una hora.

Los argentinos más acaudalados, como el fundador de Mercado Libre, Marcos Galperín, o el multimillonario petrolero Alejandro Bulgheroni, tienen desde hace tiempo casas en Uruguay, atraídos por su estabilidad, seguridad y ventajas fiscales para los ricos. Ya existe una colonia establecida de argentinos adinerados en el barrio de Carrasco de Montevideo, en Colonia y en Punta del Este (a veces apodado el Miami uruguayo), donde hay una mayor oferta de colegios.

+Colonia, el Silicon Valley de Latinoamérica, abrirá sus puertas en 2025: ¿quiénes se han sumado a este proyecto?En los últimos tres años, el presidente uruguayo Luis Lacalle Pou, favorable a los negocios, ha ampliado considerablemente las exenciones fiscales que ofrece, abriendo por primera vez su país como una opción para las masas adineradas que se desplazan por todo el mundo. Antes de asumir el cargo en 2020, ya hablaba de sus planes para atraer a los inversores extranjeros y a sus familias, con el objetivo de atraer hasta 100.000 nuevos residentes sólo de Argentina.

"Yo primero voy por la familia, después que estén las familias, van a poder traer la plata", le dijo el presidente a medios locales. "El país se va a convertir en un lugar de destino del Cono Sur y también del mundo".

En sus primeros meses de gobierno, Lacalle Pou cumplió su palabra. Redujo en tres cuartas partes la inversión mínima necesaria en Uruguay para obtener la residencia fiscal, hasta US$ 380.000, y redujo de 180 a 60 días la estancia mínima anual exigida en el país.

Para los residentes que cumplan los requisitos, Uruguay exime de impuestos todos los ingresos procedentes del extranjero durante un máximo de 11 años. A partir de entonces, los intereses y dividendos tributan al 12%. Los activos extranjeros no están sujetos a ganancias ni al impuesto sobre el patrimonio.

Italia, ¿el nuevo refugio inmobiliario de los latinoamericanos?

Ventajas de Uruguay

Las ventajas de este pequeño país sudamericano van mucho más allá de lo impositivo, la seguridad y servicios públicos decentes. Un largo litoral de playas de arena blanca les espera a los que se instalan, así como una floreciente escena artística y gastronómica, que atrae a la jet-set internacional durante el invierno del hemisferio norte a un grupo de selectos complejos boho-chic que a menudo se comparan con St. Tropez.

El multimillonario hotelero noruego Alex Vik, cuya madre es uruguaya, tiene tres retiros de lujo en Uruguay, agrupados en el pueblo pesquero de José Ignacio y sus alrededores, amado por las celebridades internacionales y comparado a veces con los Hamptons de los años sesenta.

"Hasta ahora, los argentinos que se iban a vivir a Uruguay eran generalmente los más ricos", dice Bastitta.

"Pero este proyecto está pensado para que cualquier persona de la región, no sólo de Argentina, pueda venir a vivir acá".

Con un depósito de sólo US$ 20.000, los compradores pueden suscribir una hipoteca a 22 años a una tasa fija del 4,5%, algo impensable en Argentina, donde las tasas de interés son las más altas del mundo (133%) y las hipotecas en moneda local son imposibles.

Las unidades más grandes de la primera fase del proyecto, de US$ 100 millones, cuestan hasta US$ 400.000, cantidad suficiente para que el comprador obtenga la residencia fiscal en Uruguay. Ya se han vendido más de tres cuartas partes de las propiedades y más del 60% de los compradores son argentinos, afirma Bastitta.

La construcción está a punto de comenzar, y la finalización está prevista para 2025. El desarrollador ya está planeando nuevos proyectos cada año a partir de entonces, siempre que la demanda se mantenga, por una inversión total de hasta US$ 2.000 millones. "El proyecto prevé traer otros 30.000 residentes a Colonia, es decir, duplicar la población de la ciudad y duplicar su superficie", afirma. "Es un proyecto precioso".

Facundo Garretón, un empresario y exlegislador argentino que ahora vive en Uruguay, dice que para él la gota que rebasó el vaso fue cuando los peronistas ganaron las elecciones de 2019, desbancando al presidente Mauricio Macri, pro-empresas, y devolviendo al poder a Cristina Fernández de Kirchner como vicepresidenta de gran influencia.

"Dije: 'No quiero vivir en un país donde la gente elija gobiernos así'", expresó. "Pensaba que ocurriría un desastre como el que vive hoy Argentina. Ese fue mi principal motivo. Fui a Uruguay e hice todos los trámites para convertirme en residente".

Lima es sede para promover la inversión sostenible del Seminario Latin American Cities Conferences 2023

Miles de argentinos siguieron sus pasos. El número de argentinos que buscan residencia en Uruguay se disparó tras el cambio de poder, luego de descender a 1.482 durante los años de Macri.

En 2020, el primer año completo del gobierno peronista, se más que triplicó a 6.816 y luego casi se duplicó de nuevo al año siguiente a un récord de 12.489, aunque los números volvieron a caer en 2022. Se estima que más de 30.000 argentinos se trasladaron a Uruguay, durante los cuatro años de gobierno peronista.

Alberto Iribarne, embajador de Argentina en Uruguay, calcula que unos 60.000 de sus compatriotas viven actualmente allí. "Hay una enorme afinidad cultural", dice, señalando que los uruguayos disfrutan del mate y el dulce de leche tanto como sus primos del otro lado del charco, y hablan español con acento similar. A ambos les encanta el fútbol. "Pero el mayor incentivo, sobre todo para los de arriba, son las ventajas fiscales".

Gustavo Grobocopatel, un barón de la agroindustria argentina que vive en Uruguay desde hace años, señala que hay una tradición de políticos e intelectuales argentinos que buscan el exilio en el país que se remonta al Siglo XIX.

"Elegí Uruguay porque, en cierto modo, es como Argentina. La parte cultural, las amistades, las creencias, los valores son muy parecidos", afirma. Grobocopatel se instaló en Colonia, que describe como "un suburbio de Buenos Aires".

Paraguay, el nuevo paraíso de las inversiones inmobiliarias de los latinos: ¿qué lo ha impulsado a superar a Uruguay?

Por qué no Argentina

La mayoría de los argentinos más acaudalados que viven en Uruguay no quieren hablar públicamente de las razones que los llevaron a buscar una vida con bajos impuestos al otro lado de su patria. En privado, sin embargo, confirman su desafección por la fijación de su país natal con la política de izquierda y los altos impuestos. "El impuesto a la riqueza introducido por los peronistas (en 2020) fue realmente un castigo terrible", afirma uno de ellos. "En un año impusieron un recargo de modo que sumaba hasta el 5% de los activos y siempre existía el riesgo de nuevos impuestos. Después vino la pandemia".

Argentina impuso una de las cuarentenas más largas del mundo, incumplida por el Presidente Alberto Fernández cuando celebró una fiesta en la residencia oficial, con invitados entre los que se encontraba su peluquero, lo que provocó indignación. El confinamiento resultó costoso pero, en última instancia, ineficaz: las estimaciones de exceso de mortalidad durante la pandemia elaboradas por The Economist indican que Uruguay tuvo menos muertes por cada 100.000 habitantes que Argentina, a pesar de evitar en gran medida los confinamientos.

Uruguay depositó su confianza en un sólido sistema de salud pública, altos niveles de educación y tecnología de rastreo de contactos, al tiempo que evitaba los cierres. "Pudimos pasear por la playa durante la pandemia y disfrutar de los restaurantes mientras Argentina estaba cerrada", dice un oligarca, que prefiere permanecer en el anonimato. "Eso también influyó en la decisión de quedarnos aquí".

Los expatriados argentinos en Uruguay que esperaban un giro hacia un gobierno moderado de centro-derecha para volver a casa, han visto frustradas sus esperanzas. Patricia Bullrich, la principal candidata conservadora, fue eliminada en la primera vuelta de las elecciones de octubre y la segunda vuelta del 19 de noviembre fue ganada por Javier Milei, un extravagante economista televisivo que se describe a sí mismo como "anarcocapitalista" y ha prometido cerrar el banco central y dolarizar la economía.

La convincente victoria de Milei ha llevado a Argentina a terreno desconocido, con el libertario decidido a embarcarse en un programa de reformas económicas radicales a pesar de que no cuenta con mayoría en el Congreso y se enfrenta a la poderosa oposición del peronismo, que ha dominado la política argentina desde que el país volvió a la democracia en 1983.

Los peronistas controlan los poderosos sindicatos del país y tienen capacidad para movilizar a sus seguidores en protestas masivas que pueden paralizar la capital y sus alrededores. Esto, unido a la personalidad volátil y excéntrica de Milei, probablemente hará que los próximos años sean turbulentos.

"El problema es que ya no es sólo la gente con mucha riqueza. Ahora también se va todo el conocimiento, toda la gente con conocimientos para desarrollar negocios. Las empresas más valiosas e innovadoras han sido fundadas por argentinos que hoy viven en Uruguay", dijo Garretón.

Comparte en: