Ciro Gomes, aspirante presidencial de Brasil: "En ningún otro lugar del mundo Lula y Bolsonaro serían candidatos"
En una entrevista, el político -tercero en las encuestas- atacó las propuestas de sus adversarios mientras intenta subir en los sondeos con miras a ganar la primera vuelta de octubre.
Por Bryan Harris
Ciro Gomes no oculta su desprecio por sus compañeros candidatos en las elecciones presidenciales de este año en Brasil.
El líder en funciones, Jair Bolsonaro, es un "loco, criminal y genocida que opera a través de la notoriedad, estando en los medios de comunicación a diario y galvanizando a su radical base", dijo en una entrevista el veterano político de izquierda, quien ocupa el tercer lugar en las encuestas. "Él crea el caos, siempre inventando un enemigo institucional al que culpar de sus fracasos".
Por su parte, el expresidente y favorito para las elecciones, Luiz Inácio Lula da Silva, es "una expresión del populismo sudamericano podrido y corrupto. Si se considera que (el presidente autoritario nicaragüense Daniel) Ortega es un populista corrupto, entonces Lula es la expresión absolutamente igual de Ortega o de (el presidente venezolano Nicolás) Maduro".
Éstas son el tipo de palabras combativas sobre las que Ciro, como se le conoce, ha construido su carrera. Procedente de una poderosa familia política del estado nororiental de Ceará, es uno de los políticos más conocidos de Brasil, habiendo servido en varios gobiernos, incluyendo en un cargo ministerial durante la primera administración de Lula en 2003.
Es un alborotador político, conocido por su ingenio y ágil intelecto y afilada lengua, rasgos que le han ganado una dedicada base de apoyo de alrededor del 8% de los votantes brasileños. Sin embargo, no han sido suficientes para impulsarlo a la presidencia, a la cual se está postulando por cuarta vez en 24 años.
En cada uno de los intentos anteriores, Ciro no logró pasar de la primera vuelta del proceso de votación. Las encuestas han sugerido que él cuenta con un 8% de apoyo antes de la primera votación del 2 de octubre, lo cual significa que él representa la mejor oportunidad para romper la polaridad Lula-Bolsonaro, a pesar de la difícil batalla de la campaña.
Las elecciones brasileñas también se han visto históricamente empañadas por sucesos imprevistos que pueden cambiar drásticamente las predicciones, como el fallecimiento de un candidato en un accidente aéreo en la carrera de 2014, o el apuñalamiento de Bolsonaro en 2018.
Ciro ha indicado que se está postulando de nuevo porque ni Lula, quien fue presidente entre 2003 y 2010, ni Bolsonaro, elegido en 2018, representan una auténtica nueva visión para el mayor país de Latinoamérica.
"Lula es un corrupto de la facción liberal y democrática, y Bolsonaro es un corrupto de la facción fascista", dijo Ciro, afirmando que sus dos rivales han gobernado con políticas económicas para complacer a la élite empresarial y con maniobras políticas para mantener contento al notoriamente venal Congreso de Brasil.
Las propuestas
A pesar de que a menudo se le describe como centroizquierdista, Ciro ha propuesto una transformación radical de la economía brasileña, prometiendo abolir el límite de gasto del país establecido por la Constitución, la independencia del banco central y la tasa de cambio flotante.
Brasil necesita un "sistema fiscal completamente nuevo y un nuevo sistema de pensiones" que funcione para mejorar la drástica desigualdad del país, dijo Ciro.
"El sistema no está funcionando", dijo. "Está funcionando para una microélite, pero está destruyendo el país. El salario mínimo hoy día ofrece el peor poder adquisitivo desde 2008".
Él ha afirmado que 70 de cada 100 trabajadores brasileños están actualmente empleados informalmente o desempleados, aunque las estadísticas oficiales sugieren que la cifra está más cerca a los 50.
Pero Ciro, de 64 años, reservó sus palabras más contundentes para Lula, su antiguo aliado convertido en adversario, quien lidera las encuestas con el apoyo de alrededor del 47% de los votantes frente al 29% de Bolsonaro. Cualquier candidato que obtenga más del 50% en la primera ronda automáticamente gana las elecciones, sin necesidad de una segunda vuelta.
La popularidad de Lula es un resultado de "recuerdos idealizados de su gobierno, los cuales han sido exacerbados aún más por los extraordinarios problemas que el pueblo brasileño ha estado enfrentando bajo Bolsonaro", señaló Ciro.
Ayudado por un largo auge mundial de las materias primas, Lula presidió un período de vertiginoso crecimiento económico y de reducción de la pobreza, y dejó el cargo con un índice de aprobación superior al 80%. Luego se vio envuelto en la investigación de corrupción “Lava Jato”, y pasó casi dos años en prisión por soborno antes de que se anulara su condena.
Ciro dijo que la corrupción revelada durante los gobiernos del Partido de los Trabajadores (PT) de Lula es innegable, recordando las bolsas deportivas llenas de dinero en efectivo que eran descubiertas regularmente por la policía y por los fiscales.
"Lula se presenta, incluso en la comunidad internacional, como inocente, que fue exonerado, que fue perseguido y tal. Todo esto es una mentira", dijo Ciro, quien está aspirando a la presidencia por el Partido Democrático Laborista (PDT, su sigla en portugués).
Lula y Bolsonaro son figuras divisivas, y ambos históricamente han sufrido de altos índices de rechazo entre los votantes. En teoría, esto debería abrir espacio para un tercer candidato, como Ciro. En la práctica, sin embargo, los dos favoritos tienen bases de apoyo de entre el 15% y el 20% de los votantes, lo cual obstaculiza la aparición de un tercer candidato consolidado.
Ciro también se ve socavado por su propia retórica belicosa, según los analistas. "Su agresividad ha hecho que cualquiera que tuviera alguna duda sobre él huyera hacia Lula", dijo Carolina Botelho, politóloga de la Universidad Estatal de Río de Janeiro.
"Sabemos muy bien que en la segunda vuelta la gran mayoría de los votantes de Ciro se pasarán a Lula, ¿no? Así que tal vez para evitar cualquier posibilidad de tener a Bolsonaro de nuevo, estos votantes pudieran escoger a Lula en la primera ronda", agregó Botelho.
Ciro dijo que reconoce el reto que tiene por delante, pero él cree que obtendrá votos cuando su campaña comience en serio este mes con anuncios de televisión y difusión en los medios sociales. Más que nada, a él le preocupa la calidad de la oposición a la que se enfrenta.
"En ningún otro lugar del mundo estos dos serían candidatos. Brasil está enfermo".
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