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Elecciones en Pemex: Entre la cultura arraigada y la presión de la reforma laboral

Cerca de 90.000 trabajadores de la estatal petrolera mexicana se enfrentarán a un evento que nunca antes han vivido: elegir mediante el voto libre, personal, secreto y directo a la dirigencia nacional de su sindicato. Son las nuevas reglas para las viejas costumbres.

Publicado: Lunes 24 de enero de 2022 I 16:32
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Luego de la histórica reforma laboral de 2019 en México, ¿cuál es el mayor reto para su implementación? Le preguntó Guy Ryder, director de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), a Luisa María Alcalde, secretaria del Trabajo y Previsión Social de la nación azteca, en un evento en noviembre pasado. “Cambiar la cultura”, respondió enseguida. Y hoy hay un ejemplo en puerta para ilustrar lo que dijo la funcionaria: El sindicato de Pemex.

El 31 de enero, cerca de 90.000 afiliados podrán votar por una nueva dirigencia del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM). Pero el poder político y económico que ha ejercido esa organización, con “componentes de autoritarismo y dominación”, no se cambian con una ley, dice Graciela Bensusán.

La reforma puso las condiciones para la transformación, pero no es suficiente, agrega la profesora de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), plantel Xochimilco.

“Estamos hablando de un cambio cultural. Mientras no eche raíces la política de acabar con la simulación, los pequeños o medianos capos seguirán ejerciendo su poder” al interior de los sindicatos, como el de Pemex, advierte Alfonso Bouzas, coordinador del Observatorio Ciudadano de la Reforma Laboral (OCRL).

Por primera vez en sus más de 80 años de existencia,el STPRM elegirá directamente a su dirigencia. En 2019, el Congreso modificó la Ley Federal del Trabajo (LFT) y estableció que las votaciones deben ser libres, directas y secretas.

Carlos Romero Deschamps fue el último líder en beneficiarse de las antiguas reglas: votaciones a mano alzada en las que además no elegían al dirigente nacional, sino a delegados de las secciones sindicales que, en su representación, lo escogían.

Pequeños capos que quieren crecer

“Hay que ser realistas y partir de que el antiguo modelo laboral duró 100 años”, tiempo en el que se permitió la corrupción a líderes sindicales, apunta Graciela Bensusán, doctora en Ciencia Política y experta en temas laborales.

Algunos movimientos obreros surgieron, pero fueron reprimidos, como el magisterial, de ferrocarrileros o de médicos, para exigir,  además de democracia sindical, mejores condiciones laborales.

Pero el caso del sindicato de Pemex es particular, pues “tiene un contrato colectivo fuerte, sus trabajadores están en mejores condiciones que la mayor parte del país”, explica. No se trata de un contrato de protección a la empresa, como muchos casos. Será “es difícil la transformación democrática”, pues el personal podría estar dudoso de cambiar a quienes les trajeron beneficios.

Lo que le corresponde a la autoridad, y lo que no

El pasado 14 de enero, en la conferencia matutina,Luisa María Alcalde fue cuestionada sobre la garantía para que Romero Deschamps no siga en el sindicato a través de otros candidatos. “La gran diferencia ahora es que son los trabajadores quienes van a decidir. Antes el gobierno imponía a los líderes”, respondió.

“No sólo para el caso de Pemex, hay que entender que el corporativismo era real y no es algo que podamos desaparecer por desearlo”, dice Graciela Bensusán.

“Esto no lo puede resolver Luisa María Alcalde, o el presidente Andrés Manuel López Obrador. No pueden hacer que los trabajadores voten por uno o por otro para que salga esa camarilla de Pemex, si precisamente por eso se hizo ese cambio, para que el gobierno ya no se meta”, afirma la especialista.

Lee el artículo original completo de El Economista.

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