Principal candidata opositora a la presidencia en México promete enfrentar a los cárteles de drogas

Por Christine Murray y Michael Stott

Ciudad de México

La candidata de la oposición a la presidencia de México, Xóchitl Gálvez, ha prometido confrontar a los poderosos cárteles de droga del país, criticando la estrategia de "abrazos, no balazos" del Gobierno por ser negligente en una entrevista de cara a las elecciones de junio.

Los mexicanos están sufriendo una ola de violencia que ha estado creciendo durante más de 15 años, a medida que los grupos criminales matan casi impunemente, controlan franjas del país y extienden sus tentáculos a la política local, según los expertos.

La solución es "enfrentar a los delincuentes", le dijo Gálvez al Financial Times (FT) en una entrevista, en la que catalogó la seguridad como su prioridad número uno.

"Nadie tiene tanto poder como el Estado y hay que usarlo. Hay que usarlo con inteligencia, pero con firmeza".

El Presidente Andrés Manuel López Obrador creó una nueva guardia nacional dirigida por militares para mejorar la seguridad y prometió abordar las causas fundamentales de la delincuencia violenta, como las dificultades económicas. Sin embargo, durante su sexenio, que concluye este mes de septiembre, han sido asesinadas y han desaparecido más personas que en el de cualquier otro mandatario mexicano.

Gálvez, una empresaria por mérito propio que al principio no tenía muchas posibilidades de ser candidata de la oposición, marcha al frente de una coalición opositora de tres partidos. La mayoría de las encuestas la sitúan entre 10 y 20 puntos por detrás de Claudia Sheinbaum, la candidata del partido en el poder, aunque la oposición alega que muchas de las encuestas están sesgadas.

Algunos mexicanos desconfían de un enfoque belicoso hacia el crimen organizado y le atribuyen la creciente ola de violencia del país a la guerra sin cuartel contra el narcotráfico emprendida por el expresidente Felipe Calderón en 2006.

Pero desde entonces, los poderosos cárteles del país han crecido y se han ramificado hacia nuevos y lucrativos negocios, como el opioide sintético fentanilo, la extorsión y el tráfico de inmigrantes.

Gálvez, de 61 años, dijo que mejoraría el salario de la policía, que invertiría más en seguridad y que el lema del gobierno de "abrazos, no balazos" había fracasado.

"Las balas han sido para los ciudadanos", dijo.

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La violencia es también un obstáculo para el crecimiento de la inversión extranjera en un momento en que México parece tener buenas condiciones para beneficiarse de la escalada de la guerra comercial entre EEUU y China.

México es ahora el mayor socio comercial de EEUU, pero la inversión en el país se ha visto frenada por factores que también incluyen la escasez de energía eléctrica limpia, agua y terrenos adecuados, y la preocupación por el clima de inversión.

El gobierno de López Obrador ha tenido especial cuidado en no cortejar a China, sobre todo ahora que el acuerdo comercial T-MEC con EEUU y Canadá se someterá a revisión en 2026.

Gálvez comparte la cautela del gobierno: "La polarización comercial entre China y EEUU nos dice claramente que México no puede equivocarse en este asunto", dijo.

En lo que ella difiere del partido gobernante, Morena, es en la relación que México debe tener con países como Rusia, Nicaragua, Venezuela y Cuba, hacia los que el actual gobierno ha adoptado a menudo una postura acrítica.

"No me asociaré con gobiernos autoritarios y corruptos", dijo. "Sé leer un mapa, y formamos parte de Norteamérica y nuestros intereses comerciales están en Canadá y EEUU".

Tras una explosión inicial de entusiasmo, las encuestas sugieren que la campaña de Gálvez ha tenido dificultades para ganar terreno más allá del núcleo de votantes de la oposición. La agregadora de encuestas Oraculus sitúa a su coalición con el 34% de los votos, exactamente donde estaba en agosto de 2023, cuando ganó la candidatura.

Gálvez, quien a menudo viste un huipil, blusa tradicional de indígenas, y hace referencia a sus raíces indígenas, dijo que las encuestas no estaban captando un gran voto "oculto" a su favor, y que no estaba compitiendo en condiciones equitativas.

México, que tuvo un gobierno unipartidista durante 70 años hasta el año 2000, impone normas estrictas sobre lo que el gobierno en funciones puede decir durante las campañas. El presidente López Obrador, a quien la Constitución le impide presentarse a la reelección, ha sido reprendido por la autoridad electoral independiente, el Instituto Nacional Electoral (INE), en múltiples ocasiones por hacer comentarios a favor de su partido durante sus maratonianas conferencias de prensa matutinas.

Morena, el partido en el poder, ha destinado enormes recursos a su campaña publicitaria. Los candidatos rivales se han quejado de que también utilizó infraestructura gubernamental para ayudar a Sheinbaum, algo que el gobierno niega. El partido lanzó su versión de unas elecciones primarias presidenciales el año pasado antes de que las normas lo permitieran, y la alianza de Gálvez hizo lo propio.

"No es normal tener que competir contra el presidente y contra la candidata", dijo Gálvez.

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Los analistas políticos dicen que la campaña de Gálvez se ha visto perjudicada por las luchas intestinas entre los partidos de la oposición de su coalición, que tienen un importante problema de imagen por sus pasados fracasos en el gobierno y son constantemente criticados por López Obrador. Al preguntársele de si la alianza de la oposición se rompería en caso de que ella perdiera, Gálvez insistió en que perduraría.

Morena ha dicho que quiere ganar una mayoría de dos tercios en el Congreso para aprobar una revisión constitucional de las instituciones clave, incluyendo el proceso de selección de los líderes de elección popular de órganos como la Suprema Corte de Justicia y el INE. La oposición advierte que los planes representan un riesgo para la democracia.

"Él sueña con un México de un solo hombre, de un solo partido", dijo sobre López Obrador. "El regreso de un régimen autoritario está a la vuelta de la esquina".

Gálvez cita como fuentes de inspiración a la Madre Teresa, la escritora y monja mexicana Juana Inés de la Cruz y la excanciller alemana Angela Merkel. Dijo que una bendición del Papa Francisco la ayudaría a enfrentar a los criminales del país.

Su visión es la de un Estado "esbelto" con el sector privado como aliado, en contraposición al partido gobernante que, según ella, "odia" a los empresarios, pensando que todos son corruptos.

La experiencia de Gálvez en la creación de su propia compañía, que asesora sobre edificios inteligentes, la convertiría en una mejor presidenta, dijo.

"Estoy segura de que el país en manos de una mujer que sabe administrar el dinero va a funcionar mejor", dijo. "Al fin y al cabo, lo que la gente quiere es un trabajo bien pagado".