María Justa: el restaurante de dos argentinos que mezcla gastronomía y arte, pero en Uruguay

Hace más de 15 años que la artista plástica y escultora Constanza Dozo Moreno y el arquitecto Diego de Risi Camardón añoraban cumplir su sueño como pareja: abrir un restaurante que mezclara la gastronomía y el arte. 

Desde que se casaron les encantaba ser anfitriones y recibir a todos con comida cocinada por Diego. De hecho, les solían preguntar todo el tiempo cuándo abrirían un local. La decisión se postergó hasta que Constanza tomó el primer paso al inscribir a su esposo en la academia de cocina del Gato Dumas, un reconocido chef argentino. 

Con eso, el sueño estaba cada vez más cerca. Diego -que ahora es el chef en María Justa- estudió dos años y fue reconocido con medalla de honor; luego siguió perfeccionándose con cursos de cocina y talleres de lugares como Tailandia e Italia. 

Ahora, solo faltaba el lugar perfecto. Les importaba mucho contar con naturaleza rodeando el territorio, y sentían que necesitaban encontrar un recinto que de inmediato los convenciera. 

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Pueblo Edén

Esa meta se cumplió cuando llegaron a Pueblo Edén, localidad uruguaya en la sierra del país, a 45 minutos de Punta del Este. Constanza lo encontró en un aviso online, y quedó maravillada por las 15 hectáreas, vertientes, manantiales y el arroyo que lo rodean. 

“Estuvimos 15 años buscando un lugar que se acomode a nuestras posibilidades y gustos. Cuando lo vimos no lo dudamos un instante. Al ingresar vimos el agua, que era lo que buscábamos y nos enamoramos, no lo podíamos creer”, comentó a DFSUD, Constanza Dozo Moreno.

Al cabo de un par de meses compraron el lugar-que posteriormente estuvo algunos años vacío- y el 1 de julio de 2021 llegaron para quedarse. Luego, exactamente un mes después empezó la construcción y el 10 de enero de 2022 María Justa abrió sus puertas al público. 

El lugar destaca por estar anclado a la naturaleza, e incluso, tienen su propia huerta donde cultivan gran parte de las materias primas que usan para cocinar. “A diferencia de lo que es la vida en Buenos Aires, que es mucho más vertiginosa, acá nos acostumbramos bastante a la tranquilidad. Es el ámbito ideal para que cada uno desarrolle sus vocaciones”, mencionó Diego de Risi Camardón.

Además, junto al arroyo instalaron una parrilla para 30 personas, donde los clientes pueden disfrutar el bosque nativo y la “piscina natural”. 

El concepto

Para la pareja lo más importante era que los comensales se sintieran cómodos en el lugar y que vivieran una experiencia agradable en cuanto a servicio, además de cuidar el ámbito gastronómico.

Debido a eso, tomaron la decisión de trabajar con reserva de al menos 24 horas de anticipación y así ajustar la propuesta a lo que necesitara cada comensal.

Sobre el menú, se trata de un menú de pasos variado con productos que van cambiando de acuerdo a la temporada. Por ejemplo, en invierno sirven sopa de cebolla gratinada y en verano una ensalada de langostinos más fresca. 

“Tratamos de ser lo más orgánicos posible, tenemos gallinas, así que vamos y buscamos los huevos. Una vecina nos hace el queso de las ovejas y de sus cabras, también nos provee de miel, lo mismo con el vino y el oliva que viene de nuestros vecinos de Lote 8, un olivar importante de Uruguay”, afirmó el chef. 

Además de los productos estacionales tienen el menú fijo que se llama Mar y Sierra, donde buscan retratar mediante los sabores la ubicación geográfica del lugar. “Tenemos la bendición de estar a media hora del mar y en las sierras, entonces armamos este menú donde hay degustaciones de ambos mundos”, comentó la artista.

Pero también, buscan incorporar sabores internacionales y que los comensales sientan que están viajando en cada degustación. Entre otras cosas, ofrecen focaccia, chorizos ahumados, mariscos, langostinos, cordero al curry con arroz basmati y mejillones de Chile. 

La importancia del arte en María Justa 

Algo muy relevante desde el primer minuto en el restaurante era incorporar la presencia del arte en la propuesta. Esto debido a la trayectoria artística de Constanza, quien tiene una larga carrera en la escultura de más de 30 años, con la que ha llegado a exponer sus obras en galerías y museos, en el circuito de arte europeo, entre otros. 

De esta forma, en el lugar ofrecen talleres y exposiciones, e incluso los clientes pueden visitar el taller de la artista y comprar sus obras. 

Pero también, el arte de Constanza se puede encontrar en objetos cotidianos como los servilleteros del restaurante o los baños del lugar. La escultora ha aprovechado de utilizar la materia prima del entorno para las obras, todos los pigmentos y materiales que usa son extraídos del lugar, y es común ver plumas, hongos o cortezas en sus esculturas. 

Incluso, están planeando abrir este año al menos tres cabañas iniciales de hospedaje que también servirán para realizar seminarios de arte. Con ello, los clientes podrán vivir la experiencia completa del lugar.

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