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A un año de la guerra en Gaza: el testimonio de dos chilenos en el conflicto de Medio Oriente

Dos chilenos, radicados en El Líbano y en Israel, narran en primera persona cómo se vive el conflicto que amenaza con prolongarse.

Por María José Gutiérrez, DFMAS / Foto: DFMAS I Publicado: Lunes 7 de octubre de 2024 I 09:33
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“¿Cómo llegó el Líbano a mi vida? Cursé el colegio en Chile y luego me fui a Francia a estudiar. Hice el doctorado en derecho financiero y trabajé en una oficina de abogados. Hace un poco más de dos años me cambié de rubro y entré en una ONG francesa de protección de la infancia donde soy el encargado de relaciones internacionales.

En Francia hay un fuerte vínculo con El Líbano. Vine por primera vez en un viaje humanitario hace cinco años y desde comienzos de 2023 vivo acá. Este país es muy lindo, tiene mar, montañas, nieve, playas espectaculares, campos y viñas, pero tiene malos índices en corrupción, inflación, cesantía, migración de jóvenes, etc.

No hay prácticamente servicios de electricidad pública, ni de agua potable, no tenemos presidente hace dos años, las instituciones funcionan muy mal. También falta gente que se comprometa más con el país; los jóvenes cuando pueden, se van. Para muchos la prioridad es conseguir otro pasaporte.

No quiero tomar partido en el conflicto.

El 17 de octubre de 2019, un día antes del estallido en Chile, acá hubo manifestaciones muy fuertes (la “revolución” le llamaron en árabe) contra la clase dirigente porque el país quebró. Después, el 4 de agosto de 2020, vino la explosión de las bodegas del puerto donde se almacenaba nitrato de amonio y murieron 235 personas. Eso marcó mucho a la gente por la negligencia de los políticos porque había una bomba en medio de la ciudad sin que nadie se haga cargo. Se trata de una de las explosiones no nucleares más grandes de la historia.

Cuando en 2022 se acabó el mandato del Presidente Michel Aoun el barco quedó a la deriva y el sistema político completamente bloqueado. No se ha elegido otro jefe de Estado.

Los actuales ataques se veían venir. En el sur del Líbano esto se declaró el 8 de octubre de 2023. Muchos decían que la guerra estallaría este año, los israelíes fueron primero por Gaza y ahora están en el norte, en la frontera con Líbano.

Estos días en Beirut se han escuchado los bombardeos y los drones y aviones que vuelan sobre la ciudad. Hace 10 días explotaron los beepers, con un nivel de inteligencia impresionante del servicio secreto israelí. La zona sur de la ciudad está dominada por Hezbollah.

El ejército israelí vuela aviones caza que rompen la barrera de sonido, se escucha muy fuerte y los niños se ponen a llorar. Eso es para amenazar y asustar a la gente. Pero el viernes se sintió un estruendo más fuerte. Me tiré al suelo, no sabía qué hacer. Vi los vidrios vibrando y pensé que iban a explotar.

Estaba a 3 kilómetros del lugar bombardeado y cuando salí a la calle nadie entendía qué pasaba hasta que por X (ex Twitter) nos enteramos de que habían bombardeado la oficina central de Hezbollah para matar al jefe Hassan Nasrallah. Él llevaba 15 años escondido, era una persona tan importante en El Líbano que cuando hablaba a veces se suspendían las clases porque no se sabía si iba a declarar la guerra.

La gente está muy angustiada, se quieren ir porque esta guerra está cada vez peor y la situación del país es muy triste.

Anoche estuve en Beirut y se escuchaban fuerte los bombardeos. Mucha gente está con el discurso de que esta es una guerra que no es nuestra. Es como que un grupo armado chileno ataque a Argentina desde Chile. Y luego Argentina bombardee Santiago.

Actualmente las clases están suspendidas, hay un millón de desplazados internos. Yo me vine a un pueblo en la montaña, a la casa de un amigo. Mi familia está en Chile. Aquí hay una comunidad chilena muy pequeña, el año pasado votamos nueve personas en el plebiscito constituyente si recuerdo bien.

El cónsul chileno Pablo Callis y su equipo han estado monitoreando la situación constantemente, el embajador chileno Marco Correa, acaba de llegar al Líbano y ya está muy activo y al corriente de todo. La embajadora libanesa en Santiago Joumane Khaddage también me llamó para saber cómo estaba.

Ahora es la guerra, pero esta crisis es mucho más profunda. Hay mucho miedo de lo que podría llegar a pasar. No es imposible que esto termine en una guerra más extendida”.

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Hernán López desde Israel: “La tensión es inmensa”

“El Año Nuevo nuestro fue el miércoles, pero estuvo raro. No hay mucho que celebrar para muchas familias. Yo estaba solo en mi kibutz en Geser, porque mis dos hijos están en el ejército; uno de ellos en el cuerpo de las fuerzas especiales que fue el primero en entrar al Líbano. Hay orgullo, pero desde el tema personal es horrible. Las últimas acciones que hizo mi hijo en Gaza fueron recuperar muertos. No puedo hablar con él ahora, se sabe cuando ellos entran, pero no cuando salen. Lo único que te queda es ‘no news, good news’.

La tensión es inmensa. Estamos en estado de emergencia tras el ataque balístico de Irán el martes. A la gente de reserva la llamaron a las bases. Es una situación incómoda. Se supone que tenemos que responderles a los iraníes en algún momento, que puede ser perfectamente mañana.

Hay una situación muy extrema. Terminamos la guerra de Hamas, anulamos todas sus posibilidades de avanzar como organización y empezamos esta guerra con Hezbollah, donde teníamos mucho miedo, pero el ejercito demostró que en ocho días podíamos derrotar a un enemigo a quien temimos 40 años. Tu paz depende de tu capacidad de amedrentar a los demás. Estamos rodeados de vecinos islámicos, en la medida que no seamos inmensamente más fuertes que ellos no van a buscar la paz.

No estamos asustados, porque nos dimos cuenta de que nuestros temores eran infundados. Las armas de los sirios, del Líbano o de Irán son armas rusas, no son mejores que las que usaron en la guerra rusa y ya vimos que cualquier armamento occidental es superior. Podríamos entrar a Irán sin problemas, pero no lo hemos hecho porque no tenemos muchos amigos en este minuto y no podemos hacer nada sin apoyo de EEUU. Pero técnicamente estamos preparados para atacar Irán y destruir su programa atómico, que es el gran miedo de Israel.

No creo que haya grandes manifestaciones el 7 de octubre, cuando se cumple un año del ataque de Hamas. La gente entiende que hay un imperativo distinto.

Cuando sonó la alarma este martes, partí al bunker. Instauraron un sistema que te llaman al teléfono, y todas las instrucciones del ejército van a tu teléfono personal. Esta vez dijeron ‘vayan al bunker y no salgan hasta que les digamos’. Sólo escuchamos explosiones, las sientes en el suelo. Y después una sensación de casi un milagro: de 220 proyectiles, ninguno le pegó a nada, lo cual es increíble. La gente cumplió las instrucciones, los 40 segundos que te advirtió el teléfono salvaron miles de vidas”.

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