ES NOTICIA:

Close

Exministro de Hacienda de Colombia y la reforma de Ecopetrol: "Se me hace una insensatez que Colombia se sacrifique por el cambio climático"

Juan Carlos Echeverry, excandidato presidencial y expresidente de Ecopetrol, compartió con DFSUD las claves del desarrollo para la región y su opinión respecto de las reformas que se han planteado, en los últimos años, en su país, en Chile, Perú y México.

Por María Gabriela Arteaga / Foto: Verónica Ortiz I Publicado: Miércoles 17 de mayo de 2023 I 16:25
Comparte en:

Economista, exministro de Hacienda (2010-2012), autor de al menos ocho libros (y uno más en proceso), consultor, experto en temas energéticos e incluso candidato presidencial resumen parte de la hoja de vida del colombiano Juan Carlos Echeverry Garzón.

En su visita a Chile para participar en la Semana de la Construcción –organizada por la Cámara Chilena de la Construcción (CChC)-, el también expresidente de Ecopetrol compartió con DFSUD.com lo que a su juicio son las claves para el desarrollo de los países latinoamericanos, en especial Colombia y Chile, considerando el contexto nacional, regional y global.

Destacó, en primera instancia, cómo ha cambiado el mundo desde 2015, el efecto pandemia, inflación, conflictos bélicos, impacto en los commodities, entre otros, y cómo a ello se suma lo que él denomina el péndulo político.

“Lo cierto es que, en todos nuestros países, y lo estamos viendo en Chile, la polarización ha ampliado el movimiento de ese péndulo. Antes se movía entre centro-derecha y centro-izquierda. Ahora contempla los extremos", dijo.

Eso, comentó, “hace admisibles cosas que durante 30 años eran impensables: cambiar la Constitución con componentes muy novedosos, como en Chile, por ejemplo; dejar (de explotar) el petróleo en Colombia o incluso echar para atrás las reformas energéticas en México”.

“Todo eso influye en la toma de decisiones en cuanto a inversiones se refiere, ya seas un padre de familia, un pequeño o mediano empresario, o una gran compañía”, agregó.

Marcos Buscaglia: resultados en Chile congelan agenda de reformas antimercado de Boric

  • - ¿Cuál es la lección aprendida entonces en la historia reciente?
  • - Lo que llegó, lo hizo par quedarse. Nada va a cambiar en dos, tres o cinco años. El péndulo político y la radicalización van a estar en los próximos 20 años. Podemos aprender a hablarnos más frecuentemente, más civilizadamente, a entender los puntos de vista al otro y a reducir el péndulo. Pero también hay que tomar en cuenta lo rápido que cambia el público. Chile es el mejor ejemplo: en dos años hemos visto que el público puede pasar de un lado a otro prácticamente.
  • - Y con esa rapidez también se mueve el capital. Hemos visto que en los últimos tres años, la fuga de capitales ha llegado a niveles históricos.
  • - Con la llegada de los presidentes de izquierda en Perú, Chile, Colombia e incluso México, se vio que la gente reacciona con pánico; como si se perdiera de la noche a la mañana el statu quo. Eso ha llevado a esa estampida de capitales y, al final, no tienen la misma rentabilidad una vez afuera. Los mercados y las reglas son distintas, y el péndulo siempre regresa. El pánico no es buen consejero.
  • - Pero, ¿cómo no tener pánico, siendo una empresa, un inversionista o alguien con ahorros, ante señales de grandes reformas?
  • - Hay que saber entender que, para ser exitoso es necesario soportar el ciclo político más allá del económico. Entiendo, como es el caso de Colombia, que exista temor en medio de una ebullición política, pero ya hemos aprendido con Perú, Chile y México que en esos procesos las instituciones han despertado para recordarle a los presidentes que ellos no toman decisiones solos.
  • - ¿Coincide entonces en que las reformas son necesarias?
  • - Claro, pero reformemos lo que está funcionando mal, no lo que está funcionando bien. Creo que hay un debate muy positivo, y a la vez muy difícil, sobre qué es reformar y qué es echar reversa 30 años con los altísimos riesgos que ello trae consigo. En Colombia está y en Chile también.

A mi juicio hay que ser gradualistas y pararse sobre los hombros de lo que se hizo. Corregir los errores, porque todas las reformas los tienen, es clave. De hecho, para mí un buen país es uno que se demora cinco años en corregir errores y no dejar pasar 30. Creo que la reforma gradualista es la forma de vivir del Estado.

El potencial de Colombia para ser la cuna de grandes proyectos de energía renovable de Sudamérica 

Industrias extractivas

  • - Mucho ha estado pasando en las industrias extractivas en la región, especialmente en Chile y Colombia. En el caso de su país, hay un mensaje claro sobre grandes cambios para la estatal petrolera. Usted, como expresidente de Ecopetrol, ¿cómo ve esa apuesta?
  • - Colombia es un país que vende hidrocarburos: gas, petróleo y también carbón. De hecho, entre el 25% y el 40% de las exportaciones surgen en ese sector y es la fuente más importante de divisas. A mí se me hace una insensatez plantear que Colombia se tiene que sacrificar por el cambio climático. Y me explicó: la matriz energética de Colombia es súper limpia, básicamente hidro y solo cuando hay un fenómeno de El Niño se usa gas. Entonces, no es mucho lo que aporta al calentamiento global.

Ahora bien, sin perjuicio de eso, es bueno que hagamos la transición energética, pero no sacrificando a Colombia, quitándole las fuentes más importantes de ingresos sin ningún efecto del cambio global, no tiene sentido. Ahora, sin perjuicio de eso, la transición se tiene que hacer, de forma gradual.

  • - ¿Cómo ve la idea de la empresa estatal del litio en Chile o de la minería en Colombia?
  • - Creo que todos hemos aprendido mutuamente en América Latina. Lo fundamental es cómo se administra la empresa día a día; con disciplina, seriedad y estrategia. Colombia y Chile tienen excelentes multilatinas que son públicas. En eso yo soy menos ideológico. Ahora, si la ideología implica que la empresa se la toma el sindicato y la carcome por dentro, la vuelve ineficiente y le aumenta los costos, no puedo estar de acuerdo.

La clave no es reformar por reformar. Si el Estado no sirve para tener buena gestión o las empresas públicas no son bien gestionadas, no hay texto de reforma, por magnífica que sea, que valga. Es letra muerta. Me parece que la mezcla entre privado y público, en ese sentido, es virtuosa.

Comparte en: