Peruano Grupo BTH planea aumentar a 10 sus hoteles en tres años y ve a Chile como un mercado potencial

La historia de la cadena peruana de hoteles BTH inició en 1997 cuando ni siquiera ese era su nombre. Partió de la mano de Mario Figueroa quien, atraído por el mundo de los servicios, decidió inaugurar en la localidad de San Borja el Prince Hotel, de cuatro estrellas.

Sin mucho éxito en el negocio, y cuando ya corrían los primeros años de la década de los 2000, Figueroa intentó deshacerse de ese activo que acumulaba más pérdidas que ganancias.

Pero antes de que cualquier traspaso en la propiedad pudiera concretarse, uno de sus hijos, el único varón y quien lleva su nombre, tomó las riendas de lo que años más tarde se convertiría en una reconocida cadena de hoteles boutique, con una oferta de valor diferenciadora y ambiciosas proyecciones de crecimiento, incluso en otras latitudes.

Así, en 2006 es cuando nace el concepto de Hoteles BTH, una oferta de alojamiento que buscaba “hacer todo lo contrario a lo que el resto hacía”, dijo el CEO de la cadena, Mario Figueroa, en conversación con DFSUD.com.

El empresario se describe como fanático de lo distinto y eso, contó, es lo que buscó hacer desde que tomó las riendas de este proyecto. “Yo sabía que no podía competir con los grandes hoteles por razones obvias, entonces involucré a reconocidos profesionales para que me acompañaran en el proceso y le imprimieran ese activo diferenciador al que yo quería llegar”, añadió.

Convocó a arquitectos, chefs y profesionales del sector servicio de alto reconocimiento en Perú para iniciar ese proceso de cambio y apuntar a una generación que con los años pasaría a ser llamada “millennials”.

“Yo había viajado por muchos lugares, estudié y viví en las capitales del mundo; eso me permitió adelantarme y proponer también muchas cosas que en ese momento no estaban presentes, pero que yo sabía iban a llegar”, dijo.

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El crecimiento y los planes

Lo que inició con un hotel de seis pisos y 65 habitaciones, hoy es un edificio de nueve plantas y 131 piezas.
Además de BTH Hotel Boutique Concept de San Borja, la cadena tiene otros tres establecimientos: el BTH Lima Golf en San Isidro, BTH Hotel Arequipa Lake y BTH Rebel en Tacna que se inauguró a principios de año.

Para este último, la cadena contó con el financiamiento de un fondo de inversiones local llamado Fibra Prime, que desembolsó unos US$ 13 millones, de los cuales US$ 300 mil fueron destinados a cubrir elementos estéticos.

Con estos recursos, además de otros que esperan captar en una serie de rondas de inversión que están en curso, Hoteles BTH apunta a seguir creciendo. De hecho, Figueroa adelantó que ya tienen previsto lanzar dos recintos más durante 2023 a modo de alcanzar, en un horizonte de tres años, 10 establecimientos en total.

En este mismo sentido, el ejecutivo indicó que ven en Chile un mercado potencial, entre otras razones porque ya conocen el perfil de turistas y porque observan una cierta apertura de esa economía hacia lo innovador.
“Chile es un mercado que nos atrae, por su cercanía y porque sabemos cómo es, pero además lo que estamos viendo es que está dejando de ser un país demasiado conservador a abrirse a otras cosas distintas, y es allí donde nosotros creemos que podemos hacernos un espacio”, señaló.

De la hotelería a un holding: BTH Group

Los planes de la empresa peruana son ambiciosos, dijo el ejecutivo, pues además de trabajar en ampliar su red de hoteles, ha diversificado las líneas del negocio.

“Nos hemos metido en el rubro de la enseñanza. Actualmente tenemos un instituto dedicado al mundo de la hotelería y servicios, que cuenta con 100 alumnos inscritos. Somos el primer hotel escuela de Perú”, afirmó.

El ejecutivo también detalló que incursionó en el cuidado personal con Mr. Jacobs, un barber shop que tiene dos locales en Lima y está por inaugurar un tercero.

También crearon una agencia de marketing, que proporciona un servicio 360 en imagen, redes y diseños para la promoción de las diferentes empresas del holding y de otras marcas locales.

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Contención en épocas de crisis

A Perú le llueve sobre mojado y no solo por las torrenciales lluvias que lo mantienen azotado desde que el Ciclón Yaku llegó. Ese país, y en especial el sector turismo, ha tenido que sortear tres crisis seguidas: el Covid, el intento de golpe de Estado de Pedro Castillo y los desastres naturales recientes.

De los tres acontecimientos, dijo Figueroa, los dos primeros fueron los que provocaron mayor impacto en la operación de la cadena. La pandemia, por ejemplo, hizo que sus ganancias se desplomaran en un 70%, desde los US$ 6.000 millones que en promedio habían logrado anotar entre 2016-2019, y que la ocupación se redujera considerablemente.

“No descontinuamos operaciones, pero tuvimos que aplicar la suspensión perfecta de labores y aliarnos con el sector público para convertir a nuestros hoteles en residencias sanitarias. Lo mismo hicimos con la minería y sus trabajadores; esto nos permitió sostenernos”, dijo.

Pero, señaló, “el peor momento fue cuando Pedro Castillo intentó dar un golpe de Estado”. El ejecutivo indicó que los hechos de violencia hicieron que una de las temporadas más altas se viera comprometida y que la ocupación, en el caso de Tacna y Arequipa -que estaban entre las zonas más conflictivas- cayera entre un 5% y 10%.

Ahora, aseguró, han podido recuperarse y prevé -si la situación se mantiene- cerrar el año con un 70% del total registrado en el trienio 2016-2019. De esta manera, recuperarían lo perdido en el siguiente ejercicio.