Director de empresas en Perú: “La economía ya llegó a su tope… no sube más porque tiene debilidades institucionales”
El consejero de Valtin Capital y director de varias empresas en Perú, Marco Antonio Zaldívar, analiza la situación de la economía nacional, afectada por el clima político, la pandemia y la guerra. "Lo que pasó el lunes fortalece a Castillo... la oposición está lejos de obtener los votos suficientes para la vacancia", explicó.
En medio de un contexto macroeconómico complejo, saliendo de la crisis pandémica y con una guerra en curso, Perú ya tiene sus cartas jugadas para este año, según señaló el consejero de Valtin Capital -una firma de asesorías financieras- y director de varias empresas en ese país, Marco Antonio Zaldívar, quien además, comentó que su nación no se desarrolla porque la política no va en paralelo con la economía.
A nivel local, Perú está inmerso en una inestabilidad política que, en siete meses, tuvo al Presidente Pedro Castillo enfrentando a una segunda moción de vacancia que pudo llevar, eventualmente, al país a vivir una nueva elección presidencial. Finalmente la oposición no logró los votos necesarios, pero se espera que continúen las tensiones.
"Lo que pasó el lunes fortalece a Castillo, ya que ha demostrado que a pesar de los serios indicios de corrupción y pésimas decisiones, la oposición está lejos de obtener los votos suficientes para la vacancia", dijo.
Para Zaldívar, esta situación estaba descontada por el mercado, "por lo que no han habido efectos económicos". De todos modos, "los conflictos se están incrementando por reclamos económicos (de entidades gremiales), subidas de precios de alimentos, combustibles".
Bajo este contexto, el también director independiente de Banco Santander Perú, comentó que desde la presidencia Fujimori “la economía había estado caminado por un sendero de mucha fortaleza”, sin embargo, esto se ha visto truncado, porque “le falta toda la institucionalidad, todas las reglas políticas para poder subir. No importa si baja la inflación o sube más la reserva, la parte económica ya llegó a su tope y Perú no sube más porque tiene debilidades institucionales”.
Panorama para las inversiones
A juicio de Zaldívar, el país ya no puede crecer más si no resuelve los problemas de institucionalidad. “Lo que ha pasado desde 2016, con cuatro presidentes en cinco años, ha afectado con un menor crecimiento”, por eso no se ha logrado sacar ciudadanos de la pobreza, además hay más desconfianza “y la sensación de estancamiento y que la situación no va a mejorar, lo que puede crear un estallido social”.
A esto se suma la pandemia y que el país dejó de crecer en términos de números de empleo y salarios promedios, entre otras cosas, que afectan directamente a la sociedad.
Este panorama en 2021 cambió y Perú fue el país que más expansión económica tuvo (13%), pero “no ha recuperado el nivel que tenía en 2019 porque hasta hace un mes habían sectores cerrados”, explicó el también ex presidente de la Bolsa de Comercio de Lima. Sin embargo, el actual gobierno “está afectando de manera importante la economía, la confianza y la inversión pública que es un componente importante de recuperación”.
Zaldívar fue enfático al señalar que el gobierno de Castillo es “muy malo” y que “nadie puede defenderlo… porque la falta de capacidad técnica de la gente del gobierno hace que los proyectos no salgan o no avancen, con ministros que duran cinco días y un reparto de poder que no tiene que ver con especialización, sino por cuoteo“. A su juicio, eso se ha traducido en que la inversión pública bajó 16% en el segundo semestre de 2021 frente a 2020.
“Como hay un panorama exterior fuerte, se está creciendo y probablemente se logre un alza de 3%”, afirmó Zaldívar, quien además arguyó que este crecimiento podría haber sido mucho más, pero las compañías se cuestionan cómo trabajar en el escenario actual.
“No hay confianza clara de que haya una mejora en las expectativas, hay una cuestión de seguir caminando día a día, no hay grandes proyectos de inversión más allá de los que se necesitan para mantener la fuente productiva, porque la demanda continúa y somos 30 millones de personas que igual consumimos”, argumentó.
Efectos de la guerra
Junto con esto, se suma el conflicto bélico ruso-ucraniano, que no ha dejado fuera a los países latinoamericanos. Al respecto, Zaldívar comentó que en el corto plazo las empresas más afectadas por esta situación son “aquellas que tienen los costos altos porque importan y Perú importa mucho alimento, trigo para aceite, maíz… estas compañías ya venían afectadas y hoy eso se aceleró”.
El país produce poco petróleo y de baja calidad, por ende, debe importar este commodity desde Ecuador o Venezuela, por ende, también se verán afectadas.
Son las empresas de alimentos las que se verán más afectadas porque ya venían golpeadas por la pandemia y “los productores ya se están quejando por los costos”.
Explica que actualmente los agricultores se están manifestando por los altos precios de los fertilizantes, cuyo origen es de la zona en conflicto. A esto se suma el efecto de los cuellos de botella, los precios de embarques y el cierre de China, por eso “la mayor preocupación para Perú son los efectos inflacionarios en la canasta familiar, porque es muy dependiente del exterior y con producción local casi familiar”.
Desafíos
Es por este contexto que a pesar de que “el 2022 es un año casi jugado, porque tiene rezagos de 2021 y va a tener vientos de cola a favor por precios de minerales y la apertura total de la economía, por lo que se espera un crecimiento de entre 2% y 4%”.
Según el también director independientes de la cementera Pacasmayo, uno de los desafíos de las empresas peruanas durante 2022 es “mantener o subir su valor, porque cuando un accionista va a poner su plata en una empresa, lo que te va a decir es por qué poner la plata acá y no en otro lado”.
Esto en un momento donde las empresas están golpeadas por la crisis sanitaria y ahora enfrentando una alta inflación, en medio de una repartición récord de dividendos con los expertos. Así, agrega, se vuelve aún más relevante “el desafío de mantener ese valor, especialmente en las compañías grandes como las mineras, que están super golpeadas”.
En ese sentido, aconseja “sobrevivir estos dos años sin hacer muchas cosas más, o encontrar un nicho interesante, pero no hacer grandes apuestas”.
El otro desafío que planteó el experto fue aprovechar las oportunidades, porque las empresas están en un momento que otras compañías se están volviendo cautas “y el mundo es de los valientes y hay que capturar mercado… la solidez macroeconómica va a ayudar, el tipo de cambio es difícil que se deteriore y la inflación dependerá de lo que pasa en Rusia-Ucrania y las decisiones de la FED de Estados Unidos”.
Finalmente, ahondó que 2023 es el año al que hay que prestar atención “porque si no se ve nada externo que lleve para adelante o atrás, (el desempeño) dependerá totalmente de la economía interna. Es ahí donde nacen las dudas sobre cuánto afectará la política interna a la inversión empresarial porque hay proyectos de ley que afectan la actividad de las empresas y la probabilidad de que se concreten depende de si sigue el gobierno, quién está en el gobierno, los acuerdos, etc”.
A pesar de que “aún no tenemos nada claro hacia dónde irá 2023”, los últimos años las proyecciones se han superado y los resultados han sido mejores de lo esperado”, concluyó Zaldívar con cierta esperanza en el desarrollo del país en el próximo periodo.
El periódico británico especializado en información económica y financiera reconocido a nivel global
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