Ministro brasileño afirma que ambiciones petroleras y ecológicas no son contradictorias

Por Michael Stott

No existe "ninguna contradicción" entre los planes de Brasil de intensificar la explotación de petróleo y gas, incluso en aguas cercanas a la selva amazónica, y su aspiración de encabezar la transición mundial hacia la energía verde, dijo el ministro de Energía.

Brasil, donde casi el 90% de la electricidad se genera a partir de fuentes renovables, y que cuenta con un gran programa de biocombustibles, tiene la "autoridad política, económica y moral" para hablar de una transición energética justa e integradora con las naciones ricas, le dijo Alexandre Silveira al Financial Times (FT).

El presidente Luiz Inácio Lula da Silva ha sido aclamado internacionalmente por tomar medidas rápidas para alcanzar el objetivo de ponerle fin a la deforestación en la Amazonia para el año 2030, revirtiendo el fuerte aumento de la destrucción de la selva tropical bajo su predecesor de extrema derecha Jair Bolsonaro.

Pero en la misma semana en que Lula estaba declarando ante la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) que la crisis climática "golpea a nuestras puertas, destruye nuestras casas, nuestras ciudades, nuestros países, mata e impone pérdidas y sufrimientos a nuestros hermanos, sobre todo los más pobres", Silveira estaba defendiendo la perforación exploratoria en una zona ecológicamente sensible donde el río Amazonas se encuentra con el Atlántico.

El organismo regulador medioambiental de Brasil rechazó este año una solicitud de la empresa petrolera estatal Petrobras para realizar perforaciones exploratorias en la zona marítima del Margen Ecuatorial, que se extiende por la costa de seis empobrecidos estados amazónicos. Petrobras ha apelado la decisión.

"El pueblo brasileño tiene derecho a conocer su riqueza mineral, ya sea en tierra o en el mar", dijo Silveira en una entrevista cuando le preguntaron acerca de la perforación propuesta en la cuenca de Foz de Amazonas, una zona a 175 km de la costa norte que forma parte del Margen Ecuatorial. Dijo que parte de los ingresos procedentes del petróleo de Brasil se destinan a un "fondo social que financia la sanidad, la educación y la transición energética".

Se prevé que Brasil ascienda tres puestos y se convierta en el sexto productor mundial de petróleo en 2030 si se materializan sus proyectos actuales. Pero la apertura de la franja costera junto a la Amazonia podría desbloquear reservas de hasta 30 mil millones de barriles equivalentes de petróleo, convirtiéndola en el cuarto mayor productor de petróleo, por detrás de EEUU, Arabia Saudita y Rusia, según los planes del gobierno.

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"No veo ninguna contradicción entre la explotación de petróleo y gas y la decisión clara, objetiva, segura y firme . . . de llevar a cabo la transición energética de forma justa e inclusiva", dijo Silveira, político centrista y exempresario que estuvo en Nueva York durante la semana del clima de la ONU para hablar de los planes de energía verde de Brasil. "La realidad del mundo es que todavía necesitamos combustibles fósiles".

Cualquier perforación petrolífera que se realice en la desembocadura de la cuenca del Amazonas o a lo largo de la costa adyacente se atendrá a normas estrictas para evitar daños medioambientales, añadió.

Silveira dijo que Brasil está argumentando ante EEUU, China y las potencias europeas que la transición climática debe ser justa para todos los miembros de la sociedad. Las naciones ricas, añadió, tienen que "entender que no hay paz sin inclusión social, no hay paz cuando hay pobreza y hambre".

Un estudio reciente del Boston Consulting Group concluyó que la elevada proporción de energía renovable y la red interconectada de Brasil lo convertían en uno de los países con mejores condiciones para la producción de hidrógeno verde, pero dijo que se necesitaban incentivos fiscales y de inversión para competir con otros países.

Citando estadísticas oficiales, Silveira dijo que "el promedio mundial es del 28% de energías limpias y renovables y nosotros tenemos el 88%".

A Brasil le será difícil financiar grandes subvenciones públicas para el hidrógeno verde, como están haciendo algunas naciones ricas, debido a la necesidad de enfocar los escasos recursos en la sanidad, la educación y la seguridad pública, dijo. Pero el gobierno intentará encontrar incentivos legales y regulatorios para ayudar a la industria naciente y no descartó ventajas fiscales para impulsar la descarbonización.

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Brasil también está apostando fuertemente por los biocombustibles, con la esperanza de explotar aún más el potencial de un programa de bioetanol derivado de la caña de azúcar que utiliza productos de desecho para aumentar la eficiencia y reducir las emisiones. Los biocombustibles ya ayudan a impulsar los vehículos del país y podrían utilizarse en el combustible de aviación.

"Quienes invirtieron en etanol de segunda generación en Brasil, en etanol descarbonizado, están ganando dinero y teniendo éxito", dijo Silveira.

Pero, el ministro manifestó su preocupación por el proteccionismo de los países ricos, que, según dijo, sólo obstaculizará la inclusión social en el cambio hacia las energías limpias.

"Las barreras comerciales impuestas por los países desarrollados a los países del Sur global no resolverán el problema de la transición energética".