La sucesión de la derecha en Brasil: la búsqueda de un nuevo Bolsonaro
El gobernador de São Paulo y algunos familiares están entre los posibles herederos del excapitán del Ejéricto que enfrenta una pena de cárcel de 27 años.

Por Michael Pooler
Brasilia
Fue el “Trump de los trópicos”: un outsider con un mensaje radical antisistema, que tomó por asalto la mayor democracia de América Latina y ganó un enorme número de seguidores personales antes de ejercer una presidencia tumultuosa.
Pero ahora que Jair Bolsonaro, de 70 años, ha sido condenado a 27 años de prisión por intentar un golpe de Estado, los conservadores de Brasil deben encontrar un sucesor para liderar a la derecha en las elecciones del próximo año.
El exlíder de extrema derecha tiene prohibido postularse a un cargo público, pero aún no ha reconocido públicamente que no estará en las urnas. Su deseo de formar una dinastía política podría resultar en la inclusión de un familiar en la fórmula en 2026.
“Es muy difícil para él dejar ese legado que construyó a alguien que no sea Bolsonaro”, dijo un asesor de alguien del clan.
Cualquier aspirante a heredero necesitará la plena bendición de Bolsonaro, dada la lealtad de su base y su duradero atractivo electoral.
Mientras lucha con su mala salud y la amenaza de prisión, algunos aliados creen que el exlíder puede optar pragmáticamente por un candidato que no sea de la familia, como el gobernador de São Paulo, Tarcísio de Freitas, con amplio atractivo para derrotar al actual presidente de izquierda, Luiz Inácio Lula da Silva.
Figuras potenciales en la familia
Eduardo Bolsonaro. Si su padre no se postula, Eduardo, de 41 años, un congresista combativo, surfista y entusiasta de las armas, ha dicho que quiere ser su sustituto después de pasar los últimos meses impulsando la causa de Jair en Washington.
Actualmente reside en Estados Unidos y presionó con éxito para que se adoptaran medidas punitivas en el caso Bolsonaro: la administración de Donald Trump impuso un arancel del 50% a la mayoría de los productos brasileños este verano.
Ese logro se basó en las conexiones personales que Eduardo desarrolló con la familia del Presidente de Estados Unidos durante su mandato anterior.
Pero esto ha causado división en Brasil. Los bolsonaristas más acérrimos aplaudieron sus esfuerzos, pero muchos empresarios han criticado en privado el resultado de las acciones de Eduardo.
Eduardo también enfrenta problemas legales en su país mientras los fiscales consideran si acusarlo de obstrucción a la justicia por su lobby en EEUU.
Flávio Bolsonaro. Un senador de perfil más bajo, es considerado más agradable por muchos políticos: menos combativo que su hermano menor, sigue siendo un operador eficaz.
Pero quienes conocen al hombre de 44 años dicen que se muestra reticente a asumir el cargo de su padre. Tras la sentencia de la Corte Suprema la semana pasada, insistió en que Jair sería el candidato.
Sin embargo, con Eduardo en el exilio autoimpuesto, puede ser la mejor opción para la familia.
“Si (Bolsonaro) presenta su candidatura, Flavio no le negará la misión a su padre”, dice el senador Ciro Nogueira, aliado cercano y exjefe de gabinete del exmandatario.
Michelle Bolsonaro. La esposa de Jair Bolsonaro -casi tres décadas menor que él-, es una devota cristiana evangélica y una oradora apasionada con una fuerte conexión con las mujeres protestantes, un grupo demográfico de creciente importancia.
Sin haber ocupado nunca un cargo electo, esta mujer de 43 años ha forjado su propio perfil político y ahora lidera la sección femenina del Partido Liberal de Bolsonaro, lo que ha alimentado los rumores sobre su posible candidatura a la vicepresidencia o al Senado.
Hablante fluida del lenguaje de señas y defensora de los derechos de las personas sordas, su imagen de madre y esposa tradicional suaviza el descaro de su marido.
La relación de Michelle con sus hijastros no siempre ha sido fácil, declaró Jair Bolsonaro este año. No habla con Carlos, concejal de Río de Janeiro, quien en su día dirigió la estrategia de redes sociales de su padre y era apodado "pitbull".
El exPresidente de centroderecha Michel Temer declaró: "Si Bolsonaro es el compañero de fórmula, digamos su esposa o su hijo... esto no perjudicará al candidato principal. Incluso podría beneficiarlo electoralmente".
Otros creen que el apellido puede ahuyentar a los votantes más moderados, dada la reputación manchada y divisiva del patriarca.
Los políticos
Tarcísio de Freitas. El gobernador de São Paulo, de 50 años, es el candidato preferido de muchas élites empresariales y agentes del poder político.
Durante su mandato, Bolsonaro se adhirió a regañadientes al establishment de centroderecha brasileño, famoso por su política transaccional. Respaldar a Tarcísio, considerado lo suficientemente moderado como para asegurar el respaldo de los partidos del establishment, podría representar otra de esas medidas pragmáticas.
Ingeniero de formación militar, fue ministro tecnócrata bajo el Gobierno de Bolsonaro, pero carece del atractivo popular de su mentor. Siendo relativamente novato en política, ganó la gobernación del estado más poblado y rico de Brasil en 2022 con el apoyo de Bolsonaro.
“Tarcísio es el candidato más fuerte que sin duda unificaría el centro y la derecha política. Hoy lo considero imbatible”, dijo el senador Nogueira. “Pero es (Bolsonaro) quien decidirá esto. Tarcísio es extremadamente leal y nunca sería candidato sin su apoyo”.
Días antes del veredicto del juicio por el golpe, Tarcísio viajó a Brasilia para presionar al Congreso a favor de una ley de amnistía que pudiera indultar a su ex jefe.
Sin embargo, todavía no se ha comprometido a postularse a la presidencia y tiene buenas posibilidades de reelección en São Paulo.
Otros contendientes
Otros tres gobernadores estatales de tendencia derechista también son candidatos potenciales, aunque ninguno tiene un perfil nacional sólido.
Las posturas intransigentes del gobernador de Goiás, Ronald Caiado, en materia de ley y orden público resuenan entre la base de Bolsonaro. Su estado se encuentra en la zona agrícola del medio oeste brasileño, y ha prometido amnistía para el expresidente.
El movimiento populista de Bolsonaro se construyó sobre los pilares de la agroindustria, los valores cristianos tradicionales y la ley y el orden: “carne, Biblia y balas”.
Ratinho Jr de Paraná, por su parte, es hijo de un famoso presentador de televisión y está siendo impulsado por uno de los principales jefes políticos del país, Gilberto Kassab.
El empresario Romeu Zema, que también prometió indultar a Bolsonaro, se ha centrado en arreglar las finanzas públicas del estado de Minas Gerais, pero los errores ocasionales no han ayudado a sus ambiciones.
Al igual que el movimiento MAGA en Estados Unidos, que rechazó a muchos republicanos tradicionales, los aspirantes conservadores brasileños tienen que enfrentarse a bolsonaristas radicales hostiles a los percibidos como usurpadores que no están totalmente comprometidos con la causa.
Carlos Bolsonaro criticó recientemente a gobernadores de derecha anónimos, tildándolos de “ratas” y “oportunistas”.
Y luego está el propio Bolsonaro. Christopher da Cunha Bueno Garman, director general de la consultora política Eurasia, declaró: "El capital político de Bolsonaro sigue siendo muy alto... Él será quien defina quién se presentará por la derecha".
En una vigilia de oración cerca de la urbanización privada del exmandatario en Brasilia -donde se encuentra bajo arresto domiciliario- tras el veredicto de la semana pasada, el jubilado Marcos Neri da Mata declaró: "El presidente (Bolsonaro) es nuestro candidato hasta que nomine a otro. Él lo sabe mejor que nadie. Eduardo, Tarcísio o Michelle son buenas opciones".
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