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EEUU aumenta la presión sobre México tras secuestros cometidos por cárteles

Las muertes de ciudadanos estadounidenses y el aumento de las víctimas del fentanilo provocan una creciente frustración en Washington.

Por Financial Times, traducido por María Gabriela Arteaga / Foto: Reuters I Publicado: Lunes 13 de marzo de 2023 I 08:30
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Por Christine Murray y Stefania Palma

El descarado secuestro y asesinato de estadounidenses en una ciudad fronteriza de México ha expuesto al presidente Andrés Manuel López Obrador a los llamados de Washington para que tome medidas drásticas contra los carteles de la droga mexicanos, mientras se disparan las muertes por opioides en EEUU.

Cuatro ciudadanos estadounidenses fueron secuestrados por pistoleros poco después de viajar de Texas a Matamoros el 3 de marzo para someterse a una operación de cirugía estética. Posteriormente, dos fueron encontrados muertos y dos vivos. Después apareció una carta atribuida al cartel mexicano del Golfo pidiendo perdón por los crímenes y diciendo que entregarían a los cinco hombres responsables.

Los políticos republicanos aprovecharon el secuestro y los asesinatos para pedir una intervención militar estadounidense contra los narcotraficantes mexicanos y atacar a López Obrador por "propiciar" a los traficantes. La administración Biden se ha resistido a los llamados a otorgar más facultades para hacerles frente a los cárteles, alegando que tiene la autoridad que necesita y que ya está adoptando una línea dura.

Pero la presión desde Washington está aumentando después de que las cifras oficiales mostraron que el fentanilo, un opioide sintético introducido de contrabando desde México, mató a más de 70.000 estadounidenses en el año transcurrido hasta el pasado mes de agosto.

López Obrador ha insistido en que México no produce fentanilo —a pesar de que el informe anual sobre narcóticos del Departamento de Estado de EEUU dice que fue la "única fuente importante" de fentanilo ilícito el año pasado— y ha arremetido contra los legisladores que piden una acción militar de EEUU contra los carteles.

"Nosotros no vamos a permitir que intervenga ningún gobierno extranjero, y mucho menos, que intervengan fuerzas armadas en nuestro territorio", dijo el jueves pasado el nacionalista de izquierda en su conferencia de prensa diaria. "A México se le respeta. No somos un protectorado de EEUU, ni una colonia de EEUU".

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Preparar el terreno

Aunque cientos de mexicanos son secuestrados por criminales cada año, el secuestro a plena luz del día de los ciudadanos estadounidenses fue captado en un vídeo que se hizo viral y convirtió la historia en noticia de primera plana en los medios de comunicación estadounidenses. Se produjo en medio de una creciente percepción en el Congreso de que México no ha logrado combatir eficazmente a sus proliferantes carteles de la droga.

"Ésa fue la chispa que todo esto necesitaba, echándole leña a un fuego que ya estaba ahí", dijo Cecilia Farfán Méndez, jefa de investigación del Centro de Estudios México-EEUU de la Universidad de California, San Diego.

Lindsey Graham, senador republicano por Carolina del Sur, dijo la semana pasada que quería "preparar el terreno para usar la fuerza militar" en México presentando un proyecto de ley para designar a los carteles mexicanos de la droga como organizaciones terroristas extranjeras. En una carta reciente, 21 fiscales estatales le solicitaron a Biden la designación, la cual le permitiría a EEUU utilizar fuerza militar letal.

"Vamos a desatar la furia y el poderío de EEUU contra estos cárteles", dijo Graham el miércoles. "Las sobredosis de fentanilo causan el equivalente a un nuevo 11 de septiembre cada dos semanas".

En una comparecencia ante el Congreso antes del incidente en Matamoros, Merrick Garland, fiscal general de EEUU, les dijo a los senadores que no se opondría al cambio, pero añadió que existen "preocupaciones diplomáticas, necesitamos la ayuda de México en esto".

Aunque es poco probable que el proyecto de ley de Graham prospere, las frustraciones se extienden por todo el espectro político. Importantes figuras de ambos partidos, el fiscal general y el exfiscal general, así como el director de la Administración para el Control de Drogas (DEA, su sigla en inglés), han dicho recientemente que México no está haciendo lo suficiente para detener el flujo de fentanilo que pasa a través de la frontera.

"Lo que me preocupa es que, por diferentes razones, los republicanos —tanto los muy radicales como los menos radicales— y los demócratas están convergiendo", dijo Martha Bárcena, exembajadora de México en EEUU, calificando la confluencia de acontecimientos de "tormenta perfecta".

Las autoridades mexicanas han reaccionado a las críticas a su política antidroga señalando que EEUU es, por mucho, el mayor mercado de sustancias ilegales.

"Están bajo mucha presión por la situación en EEUU y a veces es más fácil culpar a otro que aceptar que enfrentamos un reto muy complicado", le dijo Roberto Velasco, subsecretario para América del Norte de la cancillería mexicana, al Financial Times (FT).

Velasco dijo que las reuniones con funcionarios estadounidenses la semana pasada habían sido respetuosas y que México seguiría ayudando a controlar el flujo de drogas, pero que su prioridad era combatir el tráfico de armas.

Dijo que las críticas a México por parte de la DEA se produjeron justo después de que su país perdiera a 10 militares en la captura de Ovidio Guzmán, hijo del jefe del cartel de Sinaloa, Joaquín "El Chapo" Guzmán.

"Ésa no es la forma de reforzar la cooperación, sino de generar desconfianza en un momento en el que estamos colaborando estrechamente", le dijo al FT.

Ansiosa por garantizar la cooperación de México para frenar la inmigración ilegal, la administración Biden ha evitado reprochar públicamente a López Obrador, quien arremete regularmente contra periodistas, empresarios y funcionarios extranjeros que lo critican.

Al preguntársele sobre la afirmación de López Obrador de que México no produce fentanilo, el embajador estadounidense Ken Salazar dijo que en sus conversaciones con el presidente "hay un reconocimiento de que lo del fentanilo está ocurriendo".

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Tensas relaciones

México es el segundo mayor socio comercial de EEUU, y las inversiones estadounidenses en su vecino del sur se han disparado a raíz del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) de 1994, que más tarde se convirtió en el Tratado entre México, EEUU y Canadá (T-MEC). Más recientemente, las compañías estadounidenses han estado considerando a México como lugar de fabricación alternativo a China.

Pero es probable que la amplia cobertura mediática de los secuestros y el aumento de las muertes por fentanilo en EEUU provoque una mayor presión estadounidense sobre México, al menos en privado, según los expertos.

Esto podría incluir solicitarle a México que intensifique sus esfuerzos para detener el tráfico de fentanilo y los precursores químicos en puertos y aeropuertos, que acelere las extradiciones de narcotraficantes, que gaste más dinero público en seguridad y que comparta más información con las fuerzas de seguridad estadounidenses, dijeron funcionarios y exfuncionarios.

La semana pasada, la secretaria de prensa de Biden, Karine Jean-Pierre, dijo que designar a los carteles como terroristas no le daría al gobierno herramientas adicionales. También subrayó que la administración no temía utilizar sanciones contra los traficantes y sus cómplices.

López Obrador ha seguido un enfoque de "abrazos, no balazos" contra el crimen organizado desde que asumió el cargo en 2018, irritando a partes del gobierno estadounidense y a muchos en México. La fiscalía general ha llevado a los tribunales pocas investigaciones penales complejas y ha sido ampliamente acusada de perseguir a adversarios políticos y personales.

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