Brasil, el nuevo foco de inversiones en tierras raras: ¿qué tienen sus suelos?

Brasil es el tercer mercado con mayor presencia de tierras raras en el mundo. 

De acuerdo con cifras de Statista, a 2023 se contabilizaba una reserva de 21 millones de toneladas de este material en el país, superado levemente por Vietnam, con sus 22 millones.

El podio es encabezado por China -con 44 millones de toneladas-, siendo también el mayor productor del planeta de este mineral con más de 240 mil toneladas métricas extraídas durante 2023. 

Sin embargo, Brasil ha tenido un boom de inversiones en el último tiempo, ya que su uso es crucial para la industria tecnológica y también para la transición energética.

El país cuenta con una proyección de inversiones por US$ 64.500 millones para el periodo de 2024-2028, lo cual significa un alza de casi 30% frente a lo previsto con anterioridad por el Instituto Brasileño de Minería (Ibram).

Las tierras raras es un grupo de 17 elementos químicos dentro de los que destacan el escandio, itrio, litio, níquel y cobalto. Por su relevancia para los desarrollos tecnológicos, la industria prevé un alza en la demanda y precios en los próximos años.

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Inversiones en Brasil

Con este escenario, la minera local Vale reveló recientemente que -con apoyo del BNDES- estaba buscando un fondo con foco en minería para firmas que extraigan minerales como cobre, cobalto o zinc, pero también tierras raras como grafito, litio, manganeso, niobio, níquel, silicio, entre otros. 

Al respecto, el exCEO de Anglo American en Brasil, Wilfred Bruijn, comentó a BNAmericas que hoy se está viendo una entrada “significativa” de compañías en la minería brasileña, particularmente en minerales críticos. “Sin embargo, a pesar de este crecimiento, creo que es un reto para Brasil convertirse en protagonista de estos commodities. Esto se debe a que una parte sustancial de las reservas de minerales críticos del mundo está controlada por China, ya sea a través de activos locales o adquiridos en todo el continente africano en los últimos años".

La peruana Minsur también reafirmó su foco en tierras raras en Brasil, luego de que a fines de 2023, acordara la transferencia de US$ 53 millones a su subsidiaria Minera Latinoamericana, para “incrementar nuestras recuperaciones metalúrgicas y, sobre todo, explorar el potencial de tierras raras que tenemos en Brasil”, detalló a Gestión el CEO de la firma, Juan Luis Kruger.

“Nuestra mina en Brasil es polimetálica, no tiene solo estaño, sino también niobio, tántalo y un contenido de tierras raras pesadas importantes, fundamentales para poder producir los magnetos que se requieren para los motores eléctricos. Son un elemento crítico para la transición hacia un mundo electrificado”, añadió.

En abril pasado, las anglosajonas Ionic Rare Earths (IonicRE) y Viridis Mining and Minerals crearon una empresa para establecer una refinería de separación de tierras raras y una planta de reciclaje de imanes en Brasil. Ello se sumó al protocolo de intención firmado por la australiana Viridis Mining and Minerals con el estado brasileño de Minas Gerais para invertir casi US$ 300 millones en su proyecto de tierras raras Colossus. 

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El foco en Goiás

Asimismo, las últimas inversiones que se han conocido en el país se relacionan con la canadiense Aclara -que también está desarrollando un proyecto de tierras raras en Chile-, quien en octubre presentó a las autoridades locales su proyecto Carina, de 1.400 hectáreas, ubicado en Goiás.

Según detalló la firma, el proyecto tiene una vida útil de 17 años y requerirá de una inversión cercana a los US$ 600 millones para producir anualmente un promedio de 208 toneladas de disprosio y terbio -equivalentes al 13,7% de la producción oficial de China en 2023- y de 1.190 toneladas de neodimio y praseodimio.

Goiás es el centro de la extracción de tierras raras, ya que en junio pasado la minera local Serra Verde recibió una inyección de capital por US$ 150 millones para impulsar el yacimiento de tierras raras Pela Ema en dicho estado brasileño.

La firma controlada por la empresa de inversión global Denham Capital inició su producción a inicios de 2024, produciendo concentrado de tierras raras como neodimio (Nd), praseodimio (Pr), terbio (Tb) y disprosio (Dy), que se espera constituyan más del 85% del valor del concentrado de la operación. En plena producción, la firma producirá -según las proyecciones- cerca de 5 mil toneladas de tierras raras.

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Un atractivo limitado por desafíos

Todas estas inversiones recalcan el potencial que tiene y busca explotar el mercado en cuanto a minerales raros. Sin embargo, a pesar de ser el tercer país con las mayores reservas de tierras raras, Brasil aún requiere de mayores inversiones para desarrollar esta subindustria y una normativa más enfocada en la importancia de estos minerales.

Así, el Ibram, lanzó la semana pasada el “Libro Verde” que plantea algunos puntos de la industria que debería considerar el gobierno para potenciar la minería en el país. 

Al respecto, Raúl Jungmann, presidente del organismo, señaló que “es esencial desarrollar una política nacional que oriente cómo expandiremos la producción”.

Para el ejecutivo, algunos de los desafíos son el bajo conocimiento geológico, pues sólo el 27% del territorio cuenta con algún tipo de información sobre minerales; la falta de líneas de financiamiento para proyectos mineros; los trámites burocráticos y lentos de licencias ambientales; y “graves” deficiencias regulatorias en materia ambiental y supervisión. 

“Si Brasil quiere una industria más innovadora, digital, verde, exportadora y más productiva,  tiene que invertir en la expansión sostenible de la producción mineral”, enfatizó, añadiendo que así, los desafíos que se presentan se pueden “transformar en oportunidades para crear empresas, atraer inversiones, ampliar el empleo y proporcionar más ingresos”, especialmente cuando hoy se está demandando con más fuerza este tipo de tierras.

Así la industria deja en manos del Gobierno la aceleración de la explotación de tierras raras, mientras ella continúa invirtiendo en nuevos proyectos para potenciar el mercado brasileño.

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